"Buenos días Dani" -pronunció un pelinegro de catorce años, recostado en la cama con un cierto rubio a su lado, el rubio de ojos azules parpadeó un par de veces y dio un gran bostezo, miró a Leonardo recostado junto a él, sonrió y se acurrucó más para seguir durmiendo o ese era su plan. "Daniel..." -dijo Leonardo abrasando por la espalda a su novio, ambos estaban en pijamas, el azabache lentamente acariciaba con ambas manos el pecho y vientre de Daniel, quien intentaba dormirse una vez más, pero entonces sintió la erección de Leonardo chocar contra su colita, el ojinegro ya estaba empezando a frotarse contra él de esa forma tan agradable y a la vez pervertida, típico de Leonardo...
- Oye Leonardo, déjame dormir...
- ¿A poco no te gusta? -le susurró al oído, continuando con el roce.
- Sí me gusta, pero... tengo sueñito...
- Dani ya dormimos lo suficiente, además te dejé dormir veinte minutos más.
- ¿Cómo es eso? -dijo aún adormilado.
- Jeje, estuve viendo dormir a mi gatito -lo abrasó más fuerte.
- ¿Te quedaste viéndome mientras dormía? -dijo abriendo un ojito.
- Sip, eres mío y tengo que cuidarte.
- ... ¿Tienes frio?
- Un poco, pero...
Antes de que el azabache pudiera terminar de hablar Daniel se había liberado del abraso, ahora estaba arriba del pelinegro y cabiéndolos a los dos bajo las cobijas, "así estaremos más calientes" dijo sonriéndole a su novio debajo de él y cara a cara, esta vez rozándose sus miembros ya duros de los dos.
- Ahh... ¿no que querías seguir durmiendo?
- No si ya me pusiste duro, ahh...
Siguieron así rozándose sobre la ropa y bajo las cobijas de la cama, luego de unos minutos el azabache volteo a Daniel, esta vez quedando el menor abajo. Leonardo tomó a Daniel de la cintura y acomodó las piernas del rubio para que lo envolvieran, ahora Leonardo imitaba una penetración rozando el trasero de Daniel con el pijama de por medio. Daniel suspiraba bajito, Leonardo y él estaban cara a cara, no se resistió y le dio un beso, un húmedo y caliente beso en la boca.
- ¿Así te gusta?
- Ahh...
- Responde Dani...
- Ahh, sí...
A Leonardo le encantaba el papel de dominante y tener a su tierno novio a su disposición, también le encantaba saber que a Daniel le gustaba mucho las sensaciones que él mismo le provocaba. Esos roces eran deliciosos pero una buena mañana con sexo matutino sería genial para comenzar el día. "Daniel... gatito, te quiero hacer mío" le susurró al oído para luego morderle con picardía la oreja al rubio. Daniel trataba de gemir bajito, esas sensaciones eran muy placenteras... ahora estaba mucho más calientito. Leonardo pasó sus manos por debajo de la parte superior del pijama de Daniel y acarició la suave piel de su pecho, para luego apretar los delicados pezones del más pequeño. El de los ojitos azules al sentir tal placer, mordió su labio inferior para reprimir un gemido, ahora con deseos de más mientras Leonardo seguía pellizcando sus pezones, Daniel fue hasta el cuello del azabache, besándolo y mordiéndolo con cuidado, lamiendo con ansias esa piel tan suave y con tan agradable aroma...
Leonardo estaba por bajarse los pantalones cuando Daniel se separó de él como un rayo, "¿Qué pasó Dani?" le preguntó de inmediato. "Shhh, hazte el dormido, ahora" le dijo y rápidamente se tumbó en la cama fingiendo dormir, Leonardo aún algo confundido lo imitó y cerró sus ojos. A los segundos escucharon unos golpecitos en la puerta de la habitación del rubio. Toc toc* tocaron unas cuatro veces y luego la puerta se abrió. "Niños... Niños ya despierten, es hora de desayunar" Emeli estaba en la puerta de la habitación, esperando la respuesta de los que parecían dormidos.
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El Chico de la bici [Completa]
Fiksi PenggemarYa estaba asomándose por la ventana de su casa, seguramente ese chico pelinegro y con piel muy blanca pasaría muy rápido con su bicicleta frente a su casa otra vez, y eso animaba al rubio de 14 años recién cumplidos.