Nada, al final llegaron a la casa de Luigui sin decirse ninguna palabra en el camino. Eso era algo muy extraño para Daniel, se suponía que se debían hablarse por lo menos un poco... después de todo tendrían que trabajar juntos para terminar ese dichoso trabajo, aunque el pequeño rubio tenía la intención de iniciar una conversación, siempre que estaba a punto de pronunciar una palabra se detenía en seco y no decía nada. "Adelante" fue lo único que dijo Luigui después de abrir la puerta de su casa, todas las luces estaban apagadas y aunque no era tarde ni nada, las cortinas de las ventanas estaban cerradas, Daniel no pudo aguantar su curiosidad esta vez.
- Mmm... no hay nadie en tu casa ¿verdad?
- ... Ahora no, mis padres no llegan hasta la noche.
- Ya veo... ¿Estás seguro de que terminaremos hoy mismo?
- ...
- ¿Luigui?
- Sí, tampoco es tan difícil...
Los dos jóvenes subieron las escaleras hasta la habitación del castaño, cuando entraron Daniel vio asombrado como todo estaba casi perfectamente ordenado, mucho más ordenado que su propia habitación y un poco más ordenada que la habitación de su pelinegro, Daniel no dejaba de mirar a todos lados... libros en libreros, el escritorio impecable, su cama muy bien tendida... era tan diferente a su habitación, al pequeño le dio algo de envidia sana. Ni bien se sentaron en el escritorio que ya estaba preparado con dos asientos, Luigui encendió su laptop.
Muy bien... no fue una muy buena conversación, en realidad no se hablaron de casi nada mientras hacían la monografía, solo se hablaban para los más importantes casos, después de casi dos horas sin detenerse el estómago del rubio empezó a sonar, lo cual puso lo muy rojo. Al principio trató de disimular su apetito, pero cada vez los ruidos de su pancita se hacían más fuertes.
- Por cierto... tengo unas galletas en la cocina, puedes comerlas si quieres...
- ¿En serio? Eso suena bien.
- Bien... tomemos un descanso, no lo haremos bien si tenemos hambre.
Luigui puso guardar todo lo que habían hecho, ya estaban a la mitad. Los dos se pusieron de pie y bajaron hasta la cocina, ahí Luigui casó unas galletas de un gran jarrón y las puso sobre la mesa. "Ehh... ¿quieres algo de tomar?" preguntó el castaño con el mismo tono neutral que usaba hasta ahora. Daniel solo asintió a su pregunta, era su imaginación o Luigui estaba muy cortes... jaja era un Luigui completamente diferente al que conocía, Daniel sonrió sin darse cuenta.
- ¿Quieres café?
- Ehh... no gracias, no me gusta el café.
- ¿Entonces qué quieres?
- Leche ¿tal vez? -preguntó otra vez algo tímido.
- Ok...
Luigui saco una caja de leche fresca de la refrigeradora y le sirvió un vaso al rubio, luego se preparó una taza de café para él. Tomó asiento en la mesa de la cocina donde hasta entonces estaba sentado Daniel comiendo de a pocos las galletas.
- ¿En serio te gusta el café? -preguntó extrañado.
- Creo que sí... los adultos lo beben siempre así que...
- Jaja, pero no somos adultos...
- ... -Luigui lo miró con cara de pocos amigos.
- ... L-Lo siento... -dijo bajando la cabeza.
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El Chico de la bici [Completa]
FanfictionYa estaba asomándose por la ventana de su casa, seguramente ese chico pelinegro y con piel muy blanca pasaría muy rápido con su bicicleta frente a su casa otra vez, y eso animaba al rubio de 14 años recién cumplidos.