Parte 25

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El día estaba muy agitado, tanto así que los dos protagonistas de nuestra historia no habían podido verse. Sus dos familias los tenían muy ocupados con todos los preparativos de Noche Buena. Por momentos podían mensajearse por celular pero rápidamente al ver que estaban desocupados llamaban a uno o al otro, bueno... por lo menos era por una buena causa estar sin tanto contacto. Casi sin darse cuenta la noche había llegado ya, vaya que el tiempo volaba en realidad. Eran las siete de la noche y mientras que Daniel y Leonardo estaban en sus respectivas casas un castaño llamado Eliot caminaba con su cachorro Rex por el parque, tenía que pasearlo antes de la cena de Navidad. El cielo estaba muy tranquilo, las nubes se movían lentamente y el parque estaba vacío, era obvio que todos estaban en sus casas, así le gustaba a Eliot, caminar tranquilo con su perrito al lado. Ya estaba casi por volver a casa después del paseo cuando en un momento vio a una persona que se acercaba por la acera, vaya que sorpresa era ese tipo... Rex pareció emocionarse al ver también a esa persona y ladró alegre mientras intentaba correr hacia allá, pero no pudo del todo ya que tenía puesta su correa.

Tal vez antes no lo hubiera hecho, pero luego de pensarlo unos segundos el castaño caminó hacia ese otro castaño de cabello más largo, el cual al escuchar los ladridos dio media vuelta dándose cuenta que había pasado de largo a Eliot sin darse cuenta, eso le pasaba por estar con los audífonos a alto volumen y caminar mirando hacia la nieve. Cuando vio que Eliot y su cachorro se le acercaban se quitó los audífonos y dio unos pequeños pasos hacia el castaño. Cuando ya estuvieron a una distancia considerable se detuvieron al mismo tiempo, mientras que el cachorro daba vueltas entre las piernas de los dos de forma juguetona.

- Hola Luigui -dijo de forma neutral.

- Eliot, Rex ¿Cómo están? -trató de sonreír.

- Bien, supongo... ¿Qué haces por aquí?

- Vengo de la pastelería... compré postres para los invitados -le mostró la bolsa que sostenía.

- Jaja, sé a qué te refieres... ¿tú casa también se llena de gente en estas fechas?

- Sí, estaré con Jessica y mis otros primos... ¿Y tú qué haces?

- ¿No adivinas? -le mostró la correa de Rex.

- Oh, claro... es obvio, que tonto soy.

- Jaja -no pudo evitar reír un poco.

Eliot intentó retroceder un paso por casualidad, pero entonces sintió un obstáculo, Rex había enredado las piernas de los dos con el largo de su correa y ninguno de los dos se habían dado cuenta de eso. "¡Hey! ¡Rex nos enredaste!" dijo Eliot al darse cuenta, agachándose y tratando de desenredarse, Luigui hiso lo mismo, de hecho, le parecía gracioso como habían quedado con la correa del perrito cruzándose entre sus piernas. Cuando ya pudieron separarse el de cabello largo que había dejado su bolsa en el suelo tomó con ambas manos a Rex quien no perdió tiempo y se abalanzó a lamerle las mejillas una vez más, haciendo que Luigui riera por ese gesto. Eliot aún miraba extrañado esa escena, a menos que Luigui untara miel en sus mejillas no había otra explicación para que su pequeño compañero lamiera su cara sin conocerlo... era tan extraño y curioso. "Bueno ya es suficiente chico" dijo Luigui bajando a Rex y dejándolo en el suelo, luego acarició su cabeza.

- Ehh... no quiero que se nos haga tarde así que... -dijo Eliot de pronto.

- Oh, claro -se puso derecho y tomo su bolsa.

- Bueno Luigui, ojalá tengas unas bonitas fiestas -le sonrió.

- Sí, tú también.

- Pásale mis saludos a Jessica... ¡Adiós, pásenla bien! -dijo dándose vuelta, listo para marcharse.

El Chico de la bici [Completa]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora