III: Alianza aceptada.

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AUGUSTUS.

No entiendo por qué a estas alturas del cuento todavía no he perdido del todo mis capacidades para usar los dones, pero la presencia de Justin y esas palabras tan ofensivas hacia mi persona no me han agradado.

¿No le afectará mi muerte en cinco meses? Bien. A mí no me importa en absoluto haberle asustado tras haber provocado en Sera lo que sea que le he provocado. A veces gracias al don del milagro puedo provocar cosas que ni siquiera yo pretendía desde un primer instante. ¡Es divertidísimo!

Salgo de la zona de las cárceles. Sé que es de noche gracias a la ventanita que tenemos en la celda, pero igualmente no hay que ser muy listo para percatarse de ese dato. La gente, despreocupada totalmente, parece estar durmiendo porque no se oye absolutamente nada, y, además, no creo que Justin se arriesgase a ir de día junto a nosotros para declararse oficialmente de nuestro bando.

La prioridad de los doce guardianes no es que no nos atrapen y se feliciten entre ellos como si tenernos entre rejas fuese lo mejor que han hecho en toda su vida, tampoco que la paz armada entre exiliados y convictos pase a ser algo más debido a la rivalidad patente que existe entre ambos bandos. No. Nuestra prioridad es que el libro de Sera no sea traído aquí... y para ello debo de hacer algo que solo he logrado una vez en mi vida:

Forzar la conexión con Fernand Javios.

Sera no querrá decirme dónde demonios tiene su libro, ya que quedamos en que bajo ningún concepto ninguno de los once guardianes restantes lo sabríamos hasta que ella quisiera decirlo. Por lo tanto, si no me lo dirá a mí, muchísimo menos a los otros... y si "él" ya sabe dónde se encuentra será cuestión de tiempo que se centren en ella para obligarla a interpretarlo.

Por lo tanto, el único guardián que puede encontrarlo sin necesidad de usar a Sera es Fernand Javios con su don de lo llamativo. Dado a que los doce libros son iguales, me imagino que habrán atado cabos y estarán llamando a todo aquel convicto que sea capaz de usar su don de lo llamativo con esa subcategoría para encontrarlos todos. Mucho han tardado, pero... debido a que Maya destruyó los libros de Enerus y de Nixie, querrán encontrarse con cualquiera que tengan a su alcance cuanto antes.

—Dicen que han visto a Nixie Yass por Estados Unidos —dice una chica muy cerca de mí.

Me pego a la pared más cercana y aguanto la respiración. Por suerte la oscuridad ayuda a que me camufle, pero luces de linterna se aproximan más a mí y sé que en cualquier momento podrán verme. Deben de ser personas que estén de guardia.

—¡Por decir pueden decir que los guardianes que tenemos en cautiverio están en Australia! —se burla otra chica—. Por hacer caso a los rumores falsos creados por esos estúpidos exiliados a veces solo nos hemos dedicado a perder el tiempo.

—Esa gente debería ser exterminada... —dice un chico de manera seca pero decidida.

—¡Txomin, luego bien que te relacionas con ellos como si fueses su amigo de toda la vida! —oigo un ruido asemejado al de una palma impactando de forma cariñosa en un hombro.

Se paran justo a unos pocos metros de mí. Me movería, pero me he arrinconado. O le rezo al Dios rosa para que no se percaten de mi existencia y pasen de largo, o volveré a ir a la celda... o quizá no.

Mientras no sea pleno agostus, no podrán matarme. ¡Da igual si me pillan! El dolor físico no es algo que me preocupe aunque parezca a veces que sí. Si les demuestro que yo puedo vacilarles y jugar con ellos a su antojo se enfadarán tanto que tendrán tantas ganas de matarme... que les joderá aún más no poder hacerlo.

Voy a dar un paso al frente pero me da un vuelco al corazón. El pulso y la respiración se me aceleran y comienzo a sudar un poquito debido a los nervios. El trío que está conversando pasa por mi lado sin percatarse... a excepción de él. Los ojos del chico me observan de una manera tan fría que me quedo en el sitio sin poder reaccionar. Aun así, él le bloquea la vista a las chicas y siguen caminando en silencio, alejándose de mí.

Saga meses del año III: El intercambio de octubre.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora