XXII: Hipotermia.

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JULIETA.

Abro los ojos, lentamente, y observo con dificultad el lugar en el que estoy. Me encuentro en una despensa en los que hay, colgados, animales muertos. Me entran ganas de potar pero me aguanto.

Me entra un escalofrío. Cuando me froto los brazos me doy cuenta de que me han quitado los pantalones y el jersey que tenía puesto, dejándome únicamente con mi camiseta de tirantes blanca y mi ropa interior.

Lo último que recuerdo es que estaba a punto de bajar con Jaden. Pensaba que podría saber algo más sobre el paradero de Augustus y Sera así que estaba realmente ilusionada, pero alguien se acercó a mí y me golpeó. Por suerte, se me había ocurrido dejarle a Jaden una instrucción por si acaso, pero...

Si me han atacado a mí, es probable que a él también.

—Así que tú eres la famosa Julieta Zasper, la prima de Argel.

Miro hacia la izquierda y veo a una chica que me suena bastante, pero no sé de qué.

—Eres incluso más ingenua de lo que pensaba —prosigue, sentándose en el suelo y soltando un suspiro de resignación—. Hablan tanto de ti que te he cogido asco.

—¿Quién habla... de mí?

—Aquellos que opinan que Argel evita traerte con nosotros a toda costa. Aunque, qué se puede esperar. Los convictos dan el mismo asco que toda esa panda de humanos de mierda que merodean por las calles cada día.

—Argel no...

—¡Anda que no! —la chica comienza a reírse, y de verla tan abrigada me entran ganas enormes de arrebatarle la ropa y ponérmela yo—. ¡Si incluso dicen que es él el que ha escondido a la que impidió su boda con Nixie Yass!

—¿Qué boda...?

No logro comprender al cien por cien lo que quiere decir esta chica, sea quien sea. Si Evan estuviese aquí, habría atado cabos antes que yo, pero como mi inteligencia no es muy alta que digamos, solo puedo conformarme con intentar averiguar a qué se refiere sin morir antes de hipotermia.

Pestañeo y veo, de repente, que esa chica es idéntica a mí. Me sobresalto y, a consecuencia de eso, me froto más los brazos aunque sé que es inútil a estas alturas. Estoy perdiendo calor.

—¡Te lo he dicho, estúpida! ¡La de tu primo con la guardiana de Novembrus! Pero claro, tu querida amiguita Bethany, que está en paradero desconocido, se interpuso.

—Ella no...

La puerta de la despensa se abre y veo a Jaden. La chica idéntica a mí desaparece, así que doy por hecho que esto que acabo de vivir ha sido una ilusión de mi mente por la falta de calor.

Me ayuda a levantarme y tira de mí hacia afuera. Se quita su chaqueta y me la pone a mí para que recupere los grados centígrados que le corresponde tener a un humano.

—Te he encontrado por los pelos. Si llego a tardar un poco más, ahora estarías muerta por el frío.

—¿Sabes ya....?

—Sí. Ahora lo que importa es que nos vayamos. Estamos tardando demasiado.

—Hay que provocar el apagón... Hay que...

—Ah, es verdad. ¿Tienes energía suficiente?

—No... ¡Lo siento tanto! —comienzo a llorar—. Siempre lo digo... Soy una inútil.

—Dime qué hay que hacer y lo haré por ti.

—Hay que estropear la gran máquina eléctrica y...

Jaden sale corriendo, dejándome a solas con su chaqueta. Si soy sincera, creo que antes llevaba la camiseta de otro color... e incluso unos tenis diferentes, pero puede que aún siga delirando por el frío.

—¡La congelaré y apagaré todo el sistema!

Le pierdo de vista y me da un mareo leve, aunque al menos los dientes me han dejado de castañear.

—Jaden, tú no puedes congelar nada... Eso es un don de Maius —susurro para mí misma.

Me encojo de hombros y me seco las lágrimas.

Seguro que aún sigo distorsionando la realidad, aunque sea un poco.

Camino sin rumbo porque no sé dónde estoy y, aunque pueda hablar con objetos, no hay y las paredes y el suelo no cuentan.

La residencia se queda, de repente, y quizá más pronto de lo esperado, a oscuras. Se escuchan murmullos y demás y entonces sonrío porque podemos pasar a la fase siguiente del plan.

Pero la sonrisa se me desvanece en cuestión de segundos.

¡La Blackberry la tiene Jaden, y él se ha ido hace un momento!

Saga meses del año III: El intercambio de octubre.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora