XXVII: Caída en picado.

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DAMIAN.

Han tenido que pasar un par de días hasta que Odell ha podido levantarse de la jodida cama. A Abby le costó bastante convencer a Maya para que accediese a dejar al guardián de Octumbrus en reposo. Es una chica bastante dura de roer, aunque más o menos eso ya lo sabía.

Gracias a las premoniciones que Sera me enseñó, hay cosas que tengo muy en cuenta. El problema es que al final no les hablé de ninguna a Fernand y Abby, y como ellos tampoco se han molestado en querer saber cosas, no les he dicho nada.

¿Cuáles habrán sucedido ya? ¿Y cuáles no? La única que sé que ha pasado es la mía junto el guardián de Enerus.

—Se me hace raro ir en un ordenador cambia-formas —me dice Odell, soltando un bostezo.

—No sé qué es eso, pero si tú lo dices...

—YO soy un ordenador cambia-formas —replica Ruedas—. Y si vamos a encontrarnos con esa chica es gracias a mí y a la información que Odell nos ha proporcionado.

—¡Cooño! —me sobresalto y me tenso. No estoy acostumbrado a oír a Ruedas a pesar de que llevo desde febrero con él—. ¡Qué puto susto me has dado!

—Damian... Tú conociste a la guardiana de Julius, ¿verdad? —me pregunta Odell, tímidamente—. Porque vamos a ir a ver a su mejor amiga.

Sabía que hice bien cuando me ofrecí voluntario a venir junto a Odell. No lo hice por amor al prójimo, aunque quizá debería haber sido así. Lo hice porque le había oído decir "Bethany", y ese es el nombre que Julieta mencionó meses atrás cuando yo aún pensaba que estaba como una cabra. No se me olvidará. Incluso se lo comenté a Fernand y Abby cuando narré mi experiencia previa a nuestro encuentro.

Por lo tanto, si voy a ver a su mejor amiga... Quizá pueda averiguar una de dos cosas mínimo; por qué mató en defensa propia y dónde está.

Eso sí, aún me sorprende que Odell la conociese porque le salvó la vida.

¿A quién más conocerá Odell que conozcamos alguno de nosotros?

—Sí.

—Ella trajo su libro para dárselo a ella o a su novio, el primo de Julieta, pero...

—¿¡Que la mejor amiga de Julieta es la novia de Argel!? —exclamo rápido, aguantándome una risa histérica.

—Sí... —se peina el flequillo—. Pero creo que es más importante el paradero de su libro.

Es muy probable que el libro lo tenga Argel. Si la premonición que Sera me enseñó es real, será él mismo quien se lo dé a su verdadera dueña. ¿Debería preocuparme? ¿O debería pasar de ese libro?

—¿Y el tuyo? ¿Dónde está? —le cambio de tema.

Recuerdo que, en la premonición que vi, Maya y Odell veían el libro del segundo. Es decir, que como estaban juntos esa ya debe haber pasado. Supongo.

—Verás... Mi tía me lo bajó cuando decidió convertirse en una convicta, pero el día que se llevaron a Maya e intentaron cogerme a mí también, tuve que huir de mi casa. Luego me encontré con Bethany y juntos fuimos para salvarla. Antes de venir al antiguo país francés pasamos por mi casa, pero el libro ya no estaba. Maya quería que le devolvieseis el libro del guardián de Agostus, pero teniendo el mío iba a dároslo más a menudo. Dadas las circunstancias, no.

—Se lo llevarían las personas que os atacaron.

—No. Maya destruyó los libros de Enerus y Novembrus y no vio el mío.

Hay dos libros fuera de juego, y creo que es mejor así. De todas maneras, aún hay que averiguar dónde se encuentran los demás. El de Augustus lo tenemos nosotros. Abby, Fernand y yo los tenemos en nuestros respectivos planetas. Los de los guardianes de Marzus, Maius, Juno, Septembrus y Octumbrus están en paradero desconocido, y, finalmente, el de Julieta lo debe tener Argel.

Saga meses del año III: El intercambio de octubre.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora