VII: El humano asesino.

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AUGUSTUS.

Delante de mí va Txomin, que nos guía porque nos ha comentado que se ha aprendido cada rincón de memoria. Tras eso no ha vuelto a dirigirnos la palabra ni a Sera ni a mí. Ese chico me parece realmente extraño, y aunque me dio miedo cuando le vi por primera vez, Fernand tenía razón. Es una persona simple, no como nosotros. Ni él ni ninguna otra persona puede ver la conexión que mantenemos los guardianes. Es imposible.

Saber que mi padre ha muerto no me ha impactado tanto como haberme desahogado tras las palabras de Txomin. Aun así, es una lástima. Hace mucho que no lo veía y me hubiera gustado hablar mejor con él sobre el tema de lo que soy. Creo que hubiese accedido a quedar conmigo si hubiese sabido que yo he descubierto muchas cosas por mí mismo.

—Sé que nos ha dicho que si se separa de nosotros no le demos importancia y no le sigamos, pero, ¿no crees que lo mejor será no hacerle caso? Ese no tiene intención de volver a la celda con nosotros.

—Te he traído conmigo para enseñarte la puerta de salida más cercana —le susurro. Sera se sorprende porque noto que me agarra con más fuerza.

—Estoy segura de que es la puerta por la que saldrás... Lo sé. He tenido una premonición.

—¿Eh?

—Tú espera y verás...

Txomin nos lanza miradas de reojo de vez en cuando, así que no le respondo. Es realmente sospechoso que haya logrado salir de su celda, así que no es de fiar. No aún. Por lo tanto no es recomendable que nos oiga hablar sobre premoniciones y tonterías así, y mucho menos sobre "mi supuesta ida".

Llegamos a una zona que está iluminada solo por candelabros que llevan doce personas. Txomin tira por otro camino, dejándonos solos a mí y a Sera, pero como me importa averiguar por qué hablan por lo bajini, decido seguirlos.

—Así es, Ellen siguió a Justin y a Chesum hacia el despacho de "él", pero lo único que encontraron fue una nota en la que decía "os vigilaré desde las sombras y lo lamentaréis algún día. Nadie me desobedece. Nunca."

—Estoy harto...—Chesum aprieta su puño con fuerza—. Estoy harto de fingir que sabemos quién es cuando no es así.

—Tío, nadie lo sabe —le replica Argel—. Y de los doce líderes convictos tú eres el que la ha cagado al desobedecerle.

¿Eh? Entonces, cuando Sera y yo creíamos que una minoría sabía cómo era "él", ¿estábamos equivocados? ¿Cómo es posible que nadie sepa cómo es, si Justin mismo nos tiene avisado de que es muy peligroso?

—Yo no quiero que me hagan daño por tu culpa, Chesum —dice una chica que no conozco—. Eres gilipollas.

—¿Y si nos preguntan los doce líderes de los exiliados dónde está? ¿Qué les decimos? Se supone que ellos le conocen físicamente...

—No creo que eso sea así —murmura Justin. Todos se callan para oírle—. A nosotros nos obligó a hacerle creer a la gente que sabíamos cómo era. Probablemente con ellos suceda lo mismo, y cuando se enteren de que es nuestra culpa que haya desaparecido...

—Ahora que Justin lo menciona... Yo estoy de acuerdo. Creo que absolutamente nadie sabe quién es, y eso es un problema enorme. ¡Uno de vosotros podría ser "él"! —un chico que sé que es februense, pero que no sabía que era el líder convicto de ese planeta, acusa a los cinco chicos que están ahí junto a él.

Todos se paran enfrente de la pared. Cuando uno la empuja puedo percatarme de que se puede entra a una sala secreta. ¡Es el despacho de "él"!

—Yo tengo que salir al exterior —dice Ellen, la pelirroja líder convicta de Aprilis—. Los exiliados quieren que les confirme un día para que nos intercambiemos lugares.

Saga meses del año III: El intercambio de octubre.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora