SERA-MASUMI.
Augustus vuelve a estar conmigo el tres de aprilis. Se nota que le han torturado –de nuevo –pero al menos no le han cortado –de nuevo –los dedos. Ni siquiera sé en qué momento exacto se los volvió a colocar. Me imagino que en el momento en el que perdió todo control de sí mismo. Fue tan extraño...
Me entró el pánico cuando vi que estaban a punto de matar a Argel. Por un momento incluso pensé que mi premonición, la que le enseñé a Damian en la que salen él y Julieta, era falsa. Y si era falsa significaba que "LRMIDM" de Julieta podría ser encontrado con facilidad, ¡y todo por mi culpa! Me angustié. Y luego sucedió lo más extraño que jamás he visto con mis ojos.
Augustus pegó un grito horripilante y su aura me cegó durante unos minutos. Eran tan rosa y brillante que ni siquiera podía creer que eso fuese mi compañero, mi amigo. Cuando el aura desapareció, ni Augustus ni los dos humanos estaban en la zona. Argel se levantó, intacto, y se fue para avisar a los demás de lo que había sucedido, no sin antes decirme que "Augustus es un tonto". Eso no era nada nuevo para mí.
—¿Qué es lo que te pasó?
—Nada que te incumba.
Me mira como si fuese una simple desconocida más para él, y he de admitirlo, eso me duele incluso más que su respuesta seca y cortante.
—Vale. ¿Y qué es lo que te pasa?
—No quiero preocuparte —su mirada vuelve a ser igual de cálida que siempre y me sonríe ampliamente—. Estamos bien, ¿no? Eso es lo que importa.
—Puede ser, pero...
—He descubierto por qué mañana vendrán exiliados a sustituir a la mayoría de convictos —me cambia de tema, sentándose en su colchón—. A Menta se le ha escapado sin querer cuando me estaban torturando. Al parecer es el día en el que los humanos, en dos mil dieciséis, perdieron toda la capacidad de avanzar en la ciencia. Las residencias española y francesa harán una fiesta por ello.
—Espero que no haya ningún guardián por la zona mañana.
—Sí. Yo también lo espero.
Mañana es el día en el que se produzca el intercambio de octubre. Si Augustus supiese que Odell, que probablemente ni se acuerde de nosotros dado al poco tiempo que estuvimos, ocupará su puesto... ¿Se iría? Yo creo que no, y ya que le enseñé esa premonición a Damian, quiero hacerla realidad cueste lo que cueste.
—Las espadas que tenían Txomin y esa persona multicolor son dos de las doce armas letales... Es que aún no puedo creérmelo —dice Augustus, rompiendo el silencio que se había creado.
—Ya hemos visto lo dañinas que son si las empuñan las personas equivocadas.
—Txomin, el otro día, se subió a ella tras clavarla en la pared, saltó, y de alguna forma bastante extraña la quitó de la pared. Al principio pensé que era una cosa bastante extraña, pero si es una de las doce armas letales... No me sorprende. Son mágicas, a fin de cuentas.
Supongo que se refiere al momento en el que me desmayé. Hubiera sido curioso verlo, pero la luna nueva es horrible para mi organismo en general.
—Están en un punto muerto sobre mi libro —le digo tras recordar las palabras de Justin—. Así que... Mira, esto es muy difícil para mí, pero creo que es necesario dadas las circunstancias.
—¿A qué te refieres?
—A que te voy a revelar dónde está mi libro.
La mueca de incertidumbre de Augustus cambia a una de sorpresa. Sí. Lo sé. Le extraña porque ni siquiera él era consciente de dónde se encontraba, pero es lo único que puedo hacer si no quiero que los demás sepan, gracias a mí, información. Voy a romper otra premonición que tuve el otro día por un bien común.
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Saga meses del año III: El intercambio de octubre.
FantasyAbril ha llegado... y las premoniciones se cumplen. El libro da comienzo con la famosa huida de Augustus y su encuentro con Miane, pero la historia no tratará sobre lo que sucede después de este hecho. Irá sobre lo que sucedió entre el momento en el...