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You know I talk too much
Honey, come put your lips on mine
And shut me up
Con este estribillo terminaba de apuntar el último apartado de derecho constitucional que tenía que estudiar este fin de semana para el examen que tenía el lunes. Sinceramente, no entendía una mierda. De verdad que me estaba costando bastante esta asignatura, pues los apartados no parecían querer entrar en mi cabeza. Sin embargo, Jake –Quien parecía haber cogido la extraña manía de sentarse a mi lado en todas las asignaturas- era todo un cerebrito. Parecía saberse la mitad de estas cosas. Supongo que antes de saltarse las leyes las habrá aprendido para asegurarse de saltárselas bien todas.
La mierda era que tenía examen. Ayer me puse muy a tope con el primer tema que explicó pero mi cerebro no absorbe la información tan bien como en derecho romano, algo que me pone enferma. ¿Y a quién puedo pedir ayuda si todas mis amigas y Damien van a carreras diferentes? ¿Jake? No, eso sería repugnante. Me saltaría con alguna estupidez, o tal vez intentaba llevarme a la cama. No, creo que esa opción quedaba descartada.
Pero es que tampoco podía suspender el examen. Yo tengo una media de 9, hasta en la universidad, algo casi imposible. Me mato a estudiar por buenas notas y no quiero que una maldita asignatura me haga bajar la media. ¿Y si me gradúo la segunda de la clase? Los bufetes me rechazarán. Los segundos son los primeros perderdores.
El timbre sonó, haciéndome salir de mi ensoñación. Apagué rápidamente la grabadora y me dispuse a recoger las cosas con total tranquilidad. Jake estaba levantándose cuando la idea de pedirle ayuda volvió a cruzar mi mente. Según Madison, mi hermana, los Morgan son esa clase de chicos que solo sirven para un rato. Sin embargo, a Jack Morgan solo lo había visto con dos chicas y ambas como relaciones serias. Además, por mucho que Damien dijese que Jake se las llevaba a todas a la cama, en las escasas conversaciones que hemos tenido no ha parecido tener malas intenciones. Solo sería por esta vez. Pedirle que me ayude un poco ahora y listo.
Terminé de meter los libros en mi mochila y me di cuenta de que Jake estaba ya saliendo de la clase. Serpenteé entre las mesas lo más rápido que mis piernas y mochila me lo permitieron hasta alcanzarlo a mitad del pasillo. Los Morgan eran muchas cosas menos lentos. En cuanto llegué a su lado le toqué el hombro. Tampoco quería llamar demasiado la atención.
-Peque, ¿qué haces así? –Frunció el ceño y miró encima de mi hombro-. ¿Alguien te ha empujado? –Negué.
-Es que tengo problemas con derecho constitucional –Me puse recta y miré al suelo-. Y tú eres muy bueno, has sabido responder a todas las preguntas del señor Fitch. Y me preguntaba... -Miré el techo. En ese momento parecía extremadamente interesante y mucho menos intimidatorios que esos ojos grises claros con motas verdes-. Me preguntaba si podías ayudarme con el examen del lunes, porque de verdad que no me aclaro.