Capítulo 23

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Jake Morgan sabe cómo sacarme una sonrisa al final de la jornada escolar

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Jake Morgan sabe cómo sacarme una sonrisa al final de la jornada escolar.

          Mientras recogía mis cosas, la lucecita del móvil color verde me indicó que Jake me había enviado un mensaje. No tardé ni un segundo en abrirlo. Solo era una foto, una foto muy estúpida capaz de ponerme una sonrisa de idiota en la cara.

            Era una foto de su cara, más bien de sus labios. Si pulsabas en ella se veía su garganta con una marcada nuez de Adán y la nariz regordeta que poseía. Tenía los labios un poco entreabiertos. No eran regordetes ni muy finos, pero seguían cortados. Había un papel de cuadros arrancado de la libreta que sabía que utilizaba para derecho civil en la que ponía "Propiedad de Katherine Steel" y una flecha apuntando a sus labios.

            Fue lo que le dije ayer después de conocer su secreto. Sonreí como una idiota y le escribí otro mensaje.

Katherine

Bien dicho, N.

            Guardé mi estuche en la mochila y me dirigí a la puerta, aun mirando como una completa idiota el teléfono. Me dirigí a las escaleras más cercanas de esta aula para bajar los dos pisos hasta la salida. Esperaba que Astrid estuviera en el coche ya porque no pensaba esperarla mucho tiempo. Joe se iba con René a una cafetería para estudiar y después volvería a casa para cenar con nosotras.

            -¿Se puede saber qué pasa con el Morgan y tú? –Al oír las palabras de Damien bloqueé el móvil y lo metí en el bolsillo trasero de mi pantalón. Ya no hacía falta traer chaqueta pero se podía seguir utilizando pantalones largos sin problemas. Por suerte, Ithaca no era un lugar muy caluroso.

            -¿Se puede saber qué te importa a ti lo que suceda en nuestra vida? –Era la primera vez que me refería a Jake y a mí como un nosotros y me alegraba de que nadie pudiera escuchar mi corazón porque se había acelerado.

            -Ayer hice una importante pelea y dejé KO a dos chicos que me sacaban una cabeza. ¿Y de qué habla la gente? De unas estúpidas cartas. Que alguien borrase la noticia no quiere decir que hayan dejado de hablar de ello.  –Me giré y miré a Damien con una mirada helada. Bajábamos las escaleras con absoluta tranquilidad pero yo quería darle una gran patada en sus partes y largarme de allí corriendo.

            -¿Me estás diciendo que te molesta que todo el mundo no sepa tus acciones ilegales? ¿Sabes cuántos años te podrían caer por lo que me acabas de decir si a alguien le da por denunciarte? –Iba a continuar con mi discursito pero Damien me cortó. Ya estábamos saliendo del edificio.

            -No, no lo sé. La idiota que estudia derecho aquí eres tú. –Bufé.

            -¡Idiota tú! –Exclamé y aceleré mi paso hasta mi coche.

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