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-¡Jackson, maldito hijo de puta, suéltame ahora mismo! -Pataleé su abdomen y espalda pero él únicamente se reía mientras Blair nos grababa mientras Joe y Brooke nos miraban divertidas. Malditas hijas de perra.
-No, querida, el agua está de muerte, así que deja esos libros. -Bajamos las escaleras trotando y salimos por la puerta de cristal trasera de la casa. No me fijé en realidad en quién estaba ahí porque estaba demasiado centrada en agarrarme a Jackson para que no me tirase. Le estaba clavando mucho las uñas en la espalda.
-Como sigas clavándole las uñas en la espalda -Advirtió Christina, la cual no supe dónde estaba ya que lo único que veía era el culo de Jackson moviéndose, algo nada desagradable-, Sally Bruckman pensará que Jackson se ha tirado a alguien.
-Que piense lo que quiera.
-Y que hablen mientras puedan. -Terminó el pequeño trozo de canción Suicide Club y me debatí entre reír o lanzarle una silla. ¡No quería salir de mi cueva!
-¡Jackson como no me sueltes pienso ir a quejarme a Jack!
-En realidad -Habló el aludido mientras Jackson iba tomando velocidad- yo le he mandado a traerte. Tienes que ponerte morena, es parte de la operación bikini para verano.
-¡En verano voy a mataros a todos...! -Mis palabras fueron tragadas por el agua, pues Jackson se había lanzado a la piscina sin previo aviso y no había podido coger aire. Por lo tanto me estaba ahogando.
Tuve la suerte de que me soltó y salí nadando rápidamente. Suerte tenía de no llevar nada en los bolsillos porque llego a tener el móvil y le arranco el pelo uno a uno. Cuando vi que salió, tras tener de nuevo mi respiración controlada lo volví a hundir.
-Eres un malnacido. -Le grité a Jack, él se encontraba en el borde de la piscina.
-Tienes que admitir que te ha gustado el chapuzón. ¿Está buena el agua? -Vi a Amelia detrás de Jack y me guiñó un ojo.
-No sé, dímelo tú. -Amelia empujó a Jack con fuerza a la piscina y se empezó a reír con fuerza mientras se secaba las gotas que la habían salpicado con la mano.
-¿Ese era mi novio? -Quiso saber Brooke acercándose a Amelia.
-Sí. -Asintió ella.
-¿Está bien? -Me preparé para salir de la piscina y me llevé las manos a los pechos, pues la camiseta se me trasparentaba por completo y era ligeramente incómodo. Astrid se acercó a mí y me pasó una toalla.
-No sé.
-Ve a comprobarlo. -Fueron las últimas palabras de Brooke antes de empujar a Amelia. Sin embargo, la jugada le salió mal porque Amelia la había agarrado del brazo y Brooke había caído con ella. Me fijé en que tanto Jackson como Jack se habían deshecho de sus camisetas y había cambiado velozmente de opinión acerca de no venir a la piscina. Hacía veinte y un grados centígrados y se estaba bastante bien.
