-Tú ropa interior no ayuda a que mi erección mañanera se relaje, peque. –Me giré para ver a Jake. Quién se encontraba descamisado, con los brazos detrás de la cabeza, mirándome el culo muy descaradamente.
-Te jodes, no quiero llevar pantalones. –Continué peinando mi cabello con el cepillo. Jake me sonrió ladeadamente.
-Y yo no soy quién para decirte qué llevar. –Solté el peine en mi escritorio y abrí el armario para ponerme una camiseta de tirantas sobre el sujetador. Saqué unos vaqueros también y me dispuse a ponérmelos.
-¿Te vas a levantar ya? Blair va a venir, tienes que ensayar con Joe y hay que ir a comprar los libros. –Jake bufó y se levantó de la cama. Se dirigió al armario y sacó ropa para ducharse y vestirse.
-Eres una mandona. –Masculló. Estiré la cabeza y le di un beso en los labios.
-Me adoras.
-Por desgracia, sí. –Sonreí y le acompañé a la puerta. Él se metió en el baño y yo comencé a hacer tortitas y café.
Astrid y Joe salieron de la habitación. Solo que Astrid estaba subida a Joe como si fuese un koala. Llevaba una sudadera granate que era de Joe y pantalones cortos.
-¿Has comprado un koala? –Joe sopló el pelo de Astrid que le daba en la cara y asintió.
-No se quería levantar de la cama y ha quedado con Amelia y Christina para ir a comprar. Así que nos va a tocar cuidarla como un bebé. –Reí un poco.
-¿No va a ponerse Jake celoso cuando sepa que tengo un bebé contigo y no con él? –Joe rió y dejó a Astrid en una banqueta. Comencé a remover efusivamente un bol con los ingredientes de las tortitas mientras las miraba.
-¿Sigue aquí?
-En el baño, se está duchando y vistiendo. –Astrid abrió su boca y señaló a ella.
-¿Tienes hambre? –Le pregunté y ella asintió sin dejar de mirar a Joe-. ¿Qué quieres desayunar? –Señaló a Joe. Ella sonrió y se inclinó para darle un beso con lengua. Puse los ojos en blanco y me giré para encender la sartén, coger la mantequilla y comenzar a hacer las tortitas. Mientras todo se calentaba, hice cuatro tazas de café y dejé dos en la barra. Pensé en interrumpirlas pero se veían muy entretenidas besándose.
Hice un par de tortitas y se las dejé en frente. Ya sí que no las dejaba media hora besándose. Tosí un montón y me miraron sonrojadas.
-Sois unas viciosas –Las regañé y ambas rieron-. Comeros esto. Que ya tenéis los labios rojos.
-Tú eres la que me dijo que fuese a por lo que quería. –Me recriminó Astrid echando sirope en sus tortitas.
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Sarcastic
Teen Fiction«La vida da muchas vueltas. Los buenos a veces son Los malos y los Buenos los que alejamos.» Novela registrada en Safe Creative © Bajo el código 1809138354653. Está prohibida la copia o adaptación de esta sin mi consentimiento.