XV

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Narra Esmeralda

Estaba ya cerca del parque, realmente no sabía si hablar con esa persona o ir a mi apartamento e ignorar el mensaje, pero la curiosidad me mata, así que camino hasta el parque en el cual casi no hay gente, tal vez como tres parejas.  Veo un banco vacío y me siento ahí, no sé si él está aquí o no, así que espero unos minutos.  Cuando ya estaba a punto de irme siento que me tocan los hombros, me giro y hay un hombre encapuchado, se sienta a mi lado, y no habla hasta después de unos minutos.

–¿Viniste con alguien?

–No, ¿con quién iba a venir? —Contesté.

–Más te vale que vengas sola, no quiero problemas y tú no los quieres tener tampoco.

–Entiendo, no tienes por qué hablarme así.  —Lo miré mal.

–No estás tan pendiente al chico, pero te hemos visto hablando con él ¿porque razón?

–¿Y como carajo saben eso?

–Te hemos seguido por un tiempo. —Lo decía como si eso fuera normal.

–¿Por qué mierda hacen eso? No pueden solo seguirme. —Carajo ¿así se sentía cuando yo investigaba?

–Aquí las preguntas las hago yo.

–Que sea la última vez que hagan eso.

–Basta ¿te crees que puedes decirme que hacer estúpida?  —Me tomó de la muñeca con fuerza.

–No me toques, suélteme. —Me estaba lastimando.

–No hasta que lleguemos a un acuerdo, ya me estas enfadando niña malcriada y no quieres ver al ogro enfadado. —Lo miré con ganas de reírme.

–Al ogro... ¿enfadado? —Sonreí.  El me miraba como con ganas me matarme. –Ya, entiendo no quiero ver al ogro enfadado, entonces a que acuerdo quieres llegar, pero primero suélteme.

–Mira ya no hables, solo escúchame, que no tengo toda la noche para una mocosa como tú, ap... —No lo dejé terminar.

–Claro, una mocosa, pero que necesita la ayuda de esta mocosa.

–Cállese maldita sea, mira Esmeralda Watson necesitamos que espíes a Isaac, sabemos que estas en su mismo instituto se te hará más fácil.

–Necesitamos? ¿tú y quién más?

–Nada es de tu incumbencia ¿Entendido? Ya deja las malditas preguntas, lo importante es que te llevarás una buena lana, solo lo espías, empiezas mañana y en dos semanas nos vemos aquí a la misma hora. —Se levanta y camina a una dirección.

–Espere. —Le grito. Llego a donde él. –¿Para qué quieren que lo espíe? ¿Por qué a él? Solo necesito saber eso, y lo haré, lo prometo. 

Lo pensé un poco.

–Eso es cosa nuestra, no tuya. ¿Entendido?

–¿Y qué pasa si no acepto? ¿Buscarán a otra persona y lo seguirían espiando?

–Si tu no aceptas contratamos a alguien más, y esa persona se ganará todo el dinero, pero nos dijeron que usted es buena en este trabajo y nadie sospecharía de ti. —Lo pienso bien... primero; si necesito el dinero, segundo; tengo que averiguar por qué lo quieren espiar, y tercero; si no acepto contratarán a otra persona.

Para eso lo hago yo ¿no?

–Okey, nos vemos en dos semanas. —Digo y me retiro.

Salgo del parque para ir directo a mi apartamento, pero en el camino siento una mirada, miro a todos lados, no había nadie, literalmente todo estaba vacío, me asusto, claro que sí, cualquiera en sus 5 sentidos se asustaría.  Acelero el paso, ahora siento que alguien me persigue, no miro hacia atrás, veo un callejón y entro hacia él, me quedo quieta, veo la sombra de la persona y cuando veo que está cerca le brinco encima, haciendo que se caiga, solo a mí se me ocurre, pero bueno, es mejor que nada... supongo.

–Estás locaaaa, carajoo, suéltame. —Esa voz la conozco, lo suelto.

–Loco estás tu, idiotaa, que te crees, ¿porque me persigues?

–Tengo que hablar contigo. —Se levanta del suelo, yo hago lo mismo.

–Ay ajá, ¿y me perseguías como un psicópata solo para hablar conmigo? —Le di un manotazo en el pecho.

–No te perseguía como un psicópata Esmeralda, fue tu culpa si te asustaste.

–No vuelvas hacer eso, porque juro que te mato. —Le digo seria.

–Uy si, Esmeralda la asesina. —Contesta sarcástico y entrecierro los ojos.

–Mira mejor cállate, y dime que quieres habl... no no no, mejor dime ¿cómo sabías donde estaba? ¿Ahh?

–Eso no importa niña, solo quiero hablar contigo de algo muy serio.

¿Me llamó niña? NIÑA SU ABUELA.

–Aja, ¿sólo eso?

–¿Te parece poco hablar de algo serio?

–Mira Isaac, si es de tu mad...

–No.  No es de ella. —Contesta serio, muy serio.

Lo miro, ¿entonces si no es de su madre, de que es?

–¿Entonces? ¿Es del trabajo?

–¿Del trabajo, que trabajo? Ah del trabajo, no, obvio no.  ¿Qué tal si me acompañas a buscar mi auto y hablamos en el camino? —Pregunta, y acepto con un 'mjm', Solo acepto por curiosidad, lo sé, tengo un problema con la curiosidad, lo tengo que mejorar.  Por curiosidad me matan.

Narra Isaac

Tenía que hablar con ella, la vi con un hombre mayor que ella, mucho mayor, no se le veía muy bien la cara, pero estaba seguro que era mayor ¿Pero que hacia ella con ese tipo? ¿Quién será? Primero se veían que estaban hablando normal, luego él se veía algo enojado, de donde me escondía no podía escuchar nada y no me podía acercar más.

–¿Entonces de que quieres hablar?—Habla mirando al frente.

Me quedo en silencio por unos minutos, pero lo suelto rápido.

–¿Quién era ese hombre? —Le digo y ella deja de caminar y se queda mirándome seria, intentado levantar una ceja, cosa que nunca podía.

Necesitaba saber; la curiosidad era mi peor enemigo.  Y aunque ella no me importaba; algo me decía que estaba en problemas, y no la pensaba ayudar, pero.... tenía curiosidad de todo.

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