La vida era tan impredecible, todo puede cambiar en tan solo un segundo, que lo que hoy crees que es cierto, tal vez mañana no lo sea. Cuando piensas que la tienes más o menos controlada llega algo nuevo y te dice: Aquí estoy cariño, ven vamos a jugar un poco más.
No había pisado un instituto en mi miserable vida, pero llega Richard y me cambia todos los planes. Estuve odiando a la familia de Isaac junto a él, por mucho tiempo, pero justo cuando menos me lo imaginé; lo volví a encontrar. Conocí a personas nuevas.
Volví a odiar a Isaac aun más, pero aún así hice cosas con él, de las cuales, todavía no me arrepentía, contando que hace unos minutos atrás, casi me acuesto con él. Sabía que tenía que hacer algo con todo esto. Pero no era el momento adecuando, así que lo dejé pasar.Y traté por un momento de ponerme en su lugar.
Podía ver su preocupación y la angustia de él. Quería calmarlo, pero no sabía cómo, no sabía que decir, dijera lo que le dijera, no iba a sentirse mejor, estaba segura de eso.
Tuvimos una pequeña discusión luego de vestirnos y que la tensión sexual que antes teníamos se calmara <no quería pensar en eso ahora>.
Insistía en que me quedara en su apartamento mientras él iba al hospital a ver a Liam y averiguar un poco lo sucedido. Ambos sabíamos que nada de esto era una casualidad. Pero pese a que no los consideraba tan amigos, sabía que Rocío me necesitaba, y por primera vez no quería ser tan egoísta, así que decidí acompañarlo, aunque se negaba al principio, pero entendió lo de Rocío y aceptó mi compañía. Habíamos quedado en contarles todo o casi todo a los chicos. Según él, merecían una explicación, ya que, 'por su culpa habían golpeado a Liam'. No puse peros, pues esa era su vida, más su decisión. Todo el camino hacia el hospital fue en silencio. Notaba cómo sus nudillos se ponían blancuzcos por la fuerza que tomaba el guía de su auto. No hablaba, más sabía que estaba enojado y muy frustrado.La tensión en el hospital no me agradaba mucho. Rocío y Matt se sorprendieron cuando llegué junto a Isaac, pero no preguntaron, lo cual les agradecí mentalmente. Rocío se echó a mis brazos a llorar, acto que me sorprendió muchísimo y no sabía cómo actuar. Jamás había consolado a alguien, y tampoco estaba en mis planes. Pero sabía que estaba sufriendo, pues el estado de Liam no era grave, pero si un poco delicado. La tomo por sus hombros y la aparto de mi, no había dado un abrazo en mucho tiempo, y sinceramente no quería dárselo. Ella me mira sorprendida, la dirijo a una de las sillas que se encontraba en la pequeña salita de espera y me siento junto a ella, mientras veo cómo Isaac y Matt hablan en un lugar más apartado.
–Escucha, no puedes ponerte a llorar de esa manera, no puedes ser débil así. Porque nada va a cambiar. —Mis palabras salieron más frías de lo que quería.
–No me puedes pedir eso. —Dice angustiada.
–Solo te estoy diciendo la verdad, está bien que sientas dolor, es lógico. Tú novio está allá dentro sufriendo, tal vez. Pero que tú estés aquí destrozada y llorando, no lo ayuda en nada a él.
–No puedo ayudarlo. —Tenía sus ojos rojos de tanto llorar, y su nariz llena de mocos. Una vista no muy bonita de ella.
–Si puedes, dime lo qué pasó, tú estabas con él ¿cierto?
–Si, es solo que, fue tan rápido y estaba muy asustada.
–Entiendo, solo trata de recordar y cuéntame. —Necesitaba saber unas cosas y estaba segura que ella me podía ayudar. Se queda unos minutos en silencio, como si estuviera recordando todo lo qué pasó.
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Esmeralda
Teen FictionElla, una persona completamente antisocial, una persona que no confiaba ni en su propia sombra. Tenía motivos para no ayudarlo a él... ¿Él? Un misterio más. Pero... ¿Por él? ¿ella cambiará su forma de ser? ¿Ella?.... ESMERALDA.