Narra Esmeralda
–¿Es una puta broma? Me seguiste. —Lo último no lo pregunté, lo afirmé, molesta.
–No te seguí, bueno tal vez sí, pero eso no importa, solo contesta Esmeralda, ¿quién era?
¿Qué le contesto? Obviamente no le puedo decir la verdad, pero no sé qué decirle, se veía estresado, no tenía por qué darle explicaciones.
–No sé porque haces tanto show, es solo un amigo. —Dije tratando de escucharme segura de mi misma.
–¿Un amigo? ¿Tan mal te trata ese amigo? —Que manía de levantar la ceja.
–Mira, mira, mira, ¿Es tu problema? No verdad, pues cállate y no te metas en mis asuntos, nadie te ha llamado ¿Acaso te llamé? No verdad.
–Deja de hacer eso.
–¿QUÉ COSA? —Le grité.
–Hacerme preguntas y responderlas tu misma, me molesta, y deja de gritar. —Lo miré con la misma expresión de siempre.
–¿Acaso te pregunte si te molesta? N...
–No me preguntaste ya entendí.
Lo ignoré por completo, la conversación no tenía ningún sentido; hablar con él no tenía sentido. Cada vez que abre su boca para hablar conmigo, termino molesta, ¿por qué se tiene que meter en mis asuntos?
Seguí caminando sin importar que él estuviera a mis espaldas. Gracias a los focos de luz podía ver su sombra junto a la mía en la carretera.Escuchaba murmullos de él, pero hablaba tan bajo que no se entendía nada. Empezó alzar la voz, como para que yo lo escuchara. –Un amigo, ja, eso no se lo cree ni ella misma.
Enserio estaba hablando para que yo lo escuchara, que patético. Lo ignoré y apresuré mi paso para tratar de perderlo, pero él seguía a mis espaldas y hablando estupideces. Me volteé y parece que no me había visto y se tropezó conmigo, mi cara quedó pegada a su pecho, si él no fuera más alto que yo nuestros labios hubieran rozado, pero gracias al altísimo si es más alto que yo, podía sentir su olor en los fosas nasales, y no estaba nada mal, olía bastante bien. Rápido lo empujé.
–¿Qué te pasa? ya deja de seguirme, ¿qué quieres? Demente.
Sonrió descaradamente. –Voy a mi casa.
–Mm, ¿a tu casa? No mientas, me sigues, tu casa no queda por aquí. —Le hablaba un poco alterada.
Bueno realmente no sabía dónde vivía.
–Tu ni sabes donde vivo. Oh, por dios, ¿acaso me espías? —Su papel de víctima era fatal, pero lo que no sabe es que eso haré.
–No te creas tan importante, aparte solo digo porque dijiste que ibas a buscar tu auto. —Lo pensó un poco.
–Iba, tiempo pasado, mañana lo buscaré.
–Como sea, pero deja de seguirme ¿quieres?
–N.o t.e s.i.g.o o.k.e.y. —Dijo lentamente. Lo volví a ignorar y seguí mi camino, estaba oscuro, solo se veía algunas luces de los focos, pero no era tanto, caminé unos 5 minutos y no me había dado cuenta que ya estaba caminado sola, no sé dónde se habría metido Isaac, llegué a mi apartamento, cerré todo, me duché y me acosté, estaba un poco cansada y molesta con él.
___
Ya ha pasado una semana desde aquella noche que me vi con aquel hombre, no he vuelto hablar con Isaac, solo al día siguiente para terminar el trabajo, y ninguno de los dos sacó el tema de la noche anterior. Estos días no han sido muy fáciles para mí y mis pensamientos, pero al fin me decidí, y acepté el trabajo de investigar bien a Isaac. Algo andaba mal, y yo tenía que averiguarlo, pero para eso me tendré que acercar a él, y eso no es muy fácil que digamos.
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Esmeralda
Teen FictionElla, una persona completamente antisocial, una persona que no confiaba ni en su propia sombra. Tenía motivos para no ayudarlo a él... ¿Él? Un misterio más. Pero... ¿Por él? ¿ella cambiará su forma de ser? ¿Ella?.... ESMERALDA.