Narra Isaac
No sé qué hago aquí. El alcohol últimamente me hace hacer cosas que no debo, como decirle a Esmeralda que estoy en su apartamento porque la quería ver.
–Ignoraré lo que acabas de decir y voy a verificar algo. —Se va y entra a lo que debe ser la cocina.
La miro de arriba abajo, creo que no se ha dado cuenta que lleva todo este tiempo sin pantalones, lleva una camiseta negra que le llega a mitad de muslo, pero cuando camina o habla se le sube dejando ver su ropa interior de encaje del mismo color.
Joder.
La sigo.
–¿Ahora te gusta buscar en la basura Esmeralda? —Digo riendo.
–Cállate busco algo... sii aquí está. —Veo que tiene un paquete de pastillas vacío y lo observa detalladamente, ¿acaso está loca? No estoy completamente sobrio, pero sé lo que veo. –Joder con razón.
–¿Qué pasa? —Le pregunto recostándome de la pequeña mesa para dos personas, cruzo los brazos en mi pecho.
–Me tomé unas pastillas y daban sueño, y tú interrumpiste mi sueño, maldito.
–¿Por qué bebiste pastillas?
–No me sentía bien. —Sube y baja los hombros, sin darle importancia a su respuesta.
Arrugo la frente, creo que por eso tiene la nariz roja, me acerco a donde está, y ella me observa. –¿Te sientes mejor? —Le pregunto acariciando suavemente su cara, noto que se tensa, pero no dice nada, solo me mira, seria.
–Sí, solo que me siento dormida. —Aparta mi mano con la suya, de mala manera.
–Claro, por eso no llevas pantalones. —Le digo mirándola en la parte de abajo y sonrío de lado.
–De que habl... —No termina de hablar ya que se mira e intenta bajarse la camisa. –Mierda mierda, ¿por qué no me dijiste nada?
Está enojada y un poco sonrojada ¿Esmeralda sonrojada? Si que esta enferma.
–¿Por qué te lo diría? Te ves bien, me gusta. —Sonrío de lado.
–Ya deja de reír. Y lárgate.
–Creo que no me iré.
–V e t e, ahora.
–Mmm no quiero. —Le digo, y rio por la cara que tiene. Me acerco más a ella. No dice nada.
–¿Así que quieres jugar eh? —Frunzo mi ceño por no entender lo que dice. Veo que se sube la camiseta dejando ver un poco su ropa interior de la parte de abajo.
Mirando sus piernas hablo. –¿Qué crees qué haces?
Estamos bastante cerca.
–Quieres jugar ¿no? Pues yo no tengo nada que perder, así que puedo jugar mejor que tú. —Se sube más la camisa dejando ver completamente sus bragas.
Es muy sexy, y yo ya estoy bastante caliente. Sonrío.
–Así que quieres jugar ¿ah? Porque créeme que yo tampoco tengo nada que perder. —Me quito la camiseta y ella observa todo mi abdomen como si quisiera descifrar todos los tatuajes que lo cubren. Traga en seco y habla mirándome a los ojos.
–Veremos eso. —Lo que hace al terminar de hablar me deja algo confuso, pero le sigo el juego por cuatro razones.
(1) Se ve sumamente sexy con esa braga de encaje negra.
(2) Con el poco alcohol que tengo en las venas y ella frente a mí así, me pone súper caliente.
(3) Como le dije a ella; tampoco tengo nada que perder.
(4) Veremos quien juega mejor.Salta quedando encima de mí, sus piernas enrolladas en mis caderas y sus brazos en mi cuello. Se me queda mirando sin hablar pues por la forma en que está queda más alta que yo, así que subo un poco la cabeza quedando a la altura de su boca, yo solo la observo igual, y sin aguantar más la tomo por el trasero y la pego a la pared besándola apasionadamente. Ella me corresponde rápido... nuestros labios encajan a la perfección, siento un cosquilleo que no había sentido antes, pero lo ignoro, estoy seguro que es por la adrenalina y la excitación que estoy sintiendo ahora mismo. Su lengua pide paso para entrar a mi boca, la acepto, muerdo su labio inferior y ella hace lo mismo con el mío. Le acerco más a mi si eso es posible y ella gime al sentir mi erección en su parte baja. El sonido que hace con su boca hace que me caliente aún más. Dejo de besar su boca para besar su cuello, mueve la cabeza hacia un lado dándome más espacio y eso me encanta. Beso, chupo y muerdo todo su cuello mientras ella gime y sus manos tocan y aruñan con fuerza mi espalda. Mientras que adentro mis manos a su camiseta y siento que no trae sosten, toco, aprieto y sobo sus senos.
Dios, está chica me quiere matar.
Volvemos a besarnos y siento como sus manos tocan mi abdomen y bajan hasta mi pantalón, lo desabrocha y sin bajarlo mete la mano.
Dejo de besarla por un momento y miro a donde tiene la mano y la excitación es más grande.–Joder Esmeralda. —Digo como puedo, pero salió más como un gemido. Se detiene para bajarme los pantalones y la ropa interior mientras me mira a los ojos, aparta la mirada y la baja, veo que se muerde los labios. Así que le gusta lo que ve eh. Ella sigue con su trabajo y mueve su mano de arriba abajo volviéndome loco. La sigo besando y bajo mi mano hasta su braga la toco en su feminidad sin quitar la tela y siento lo húmeda que está.
Por primera vez habla con voz ronca y gemidos, dejándome un poco en shock por lo que dice, jamás pensé que dijera algo así, o que la tuviera de ese modo.–Estoy muy mojada. —Dice en un susurro. Sigo con mi trabajo mientras ella seguía con el suyo. Y mi respuesta solo fue un "mjumm" ronco.
Quito la tela y al fin la puedo sentir bien, la toco y siento lo húmeda que está. Seguíamos con lo nuestro mientras nos besábamos y de vez en cuando le besaba el cuello o ella a mí. No sé cuánto tiempo pasó, pero sé que seguíamos en el mismo lugar y que solo se escuchan nuestros gemidos. Se vino en mi mano y yo en la de ella, fue algo tremendamente caliente. Ella se bajó y se separó. Sé que no pasará nada más en ese momento, pero estoy conforme con lo que acabamos de hacer...
porque si hace una semana me hubieran dicho que tendría a Esmeralda así, jamás lo hubiera creído.–Ya te puedes ir. —Habla algo agitada. Y arreglándose la camisa y el cabello. Se ve sumamente sexy. Me arreglo el pantalón y recojo mis cosas sin hablar.
No podía creer lo que acaba de hacer con la persona que no me quería ayudar con mi madre, la persona que decía que odiaba, la niña que vivió conmigo en mi infancia. Pero sé que esto no se quedará aquí.
Ella no dice nada y antes de salir la miro y ella hace lo mismo.
Ya para esté momento estoy bastante sobrio. Realmente no estaba bastante borracho.–Ya te dije Esmeralda, tampoco tengo nada que perder. Tú decides. —Y salgo sin respuesta alguna. Recordando que dejé mi camiseta en su apartamento, pero no me molesta ir por la calle sin camiseta, así que se la dejo.
***
¡¡Queeee!! A que no se esperaban nada de eso, ni yo me lo esperaba, ese no era mi plan pero se me ocurrió al momento así que me dejé llevar, espero les guste. 💋
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Esmeralda
Teen FictionElla, una persona completamente antisocial, una persona que no confiaba ni en su propia sombra. Tenía motivos para no ayudarlo a él... ¿Él? Un misterio más. Pero... ¿Por él? ¿ella cambiará su forma de ser? ¿Ella?.... ESMERALDA.