11.

600 41 3
                                    

¡HOLA QUERIDOS LECTORES!
Antes de que lean el capítulo, les pido que me dejen comentarios de algo específico que quieren leer en esta novela, también si tienen ideas para otro libro ;)
Disfruten.

Durante toda la siguiente semana, despertaba deseando tenerla a mi lado para satisfacer mi necesidad de ella. Sí, el cariño y agradecimiento que le tenía, se transformó en eso. Traté de ignorarlo pero empezaba a doler, traté de ver algunas películas porno pero siempre terminaba pensando en ella, así que simplemente me iba a duchar para calmarme. Un día empecé a acariciar mi miembro, con ella grabada en mi mente y no pude parar, empecé a masturbarme pensando en ella y me sentía culpable al verla más tarde. Se volvió una rutina que no me hacía feliz pero lograba calmarme, hasta que estábamos a un par de días de la fiesta de disfraces, que era más como "se nos olvidó festejar Halloween así que hay que hacer una fiesta de disfraces en noviembre".

-¿De qué te vas a disfrazar?- preguntó Victoria cuando regresamos al edificio. Había ido por ella a la universidad.
-Es una sorpresa.
-No es justo, quiero saber.
-¿Para ir disfrazada de algo similar?
-¿Por qué haría eso? No somos de esas parejas ridiculas.
-No tenemos que ser pareja para hacerlo, hay muchos amigos que lo hacen- 'como los amigos con beneficios' dije en mi mente y sonreí ante el juego de palabras.
-Nunca me ha gustado eso, así que solo te pregunto por curiosidad.
-No te diré aun así. Es sorpresa.
-De acuerdo- dijo rodando los ojos.

Tenía un disfraz en mente pero no era en sí un disfraz, era más bien un personaje: Lance Tucker.

Había planeado algo para esa noche, ninguno de los dos había tenido sexo en los últimos meses, así que necesitaba la autoestima de Tucker para poder proponerle algo, o al menos para animarme a darle un beso. Sabía que era posible que ella me rechazara o que perdiera su confianza, pero en ese momento estaba pensando sólo con la cabeza, y no la que normalmente está al aire libre. Había estado haciendo ejercicio en mi casa y saliendo a correr por las noches durante dos meses más o menos, sin decirle nada a ella; ya se notaba un poco la diferencia. Conseguí un pants similar al de Tucker, ahora lo que necesitaba era un corte de cabello; en Viena había estéticas por doquier, en especial las de musulmanes, así que eso no sería difícil.

Algo de lo que no me había dado cuenta hasta que entré a la estética, fue la diferencia que había con el Sebastian Stan que llegó a Viena hace tantos meses y el que era ahora. Era capaz de salir a la calle sin preocupaciones, de comer 3 veces al día y reducir el alcohol un poco. Me sentía intocable en ese lugar, sólo era una persona más del mundo.

El día de la fiesta, le envié el mismo video que había subido a instagram hace tanto tiempo, el cual mostraba a Lance Tucker bailando. Me sentía de nuevo como él conforme pasaban las horas, cuando por fin eran las 10 de la noche, bajé corriendo las escaleras y toqué un par de veces a su puerta.

Abrió las puertas después de un par de minutos, y me encontré con Daisy Buchanan de la película del Gran Gatsby. Ella tampoco me quiso decir de qué se disfrazaría, pero no pensé que fuera a ser algo de este estilo, aunque a decir verdad le quedaba perfecto.
-Te ves muy joven- dijo tocando tímidamente mi mejilla.
-Me siento joven.
Ella rió dulcemente.
-¿De verdad fuiste tú solo a cortarte el cabello?
-Así es.
-No creí que de verdad fueras a disfrazarte de Lance.
-¿Conoces el personaje?
-Vi la película hace unos meses. Aunque creí que el enviarme el video era tu forma de decir 'también actué en esta película'.
-Definitivamente es algo que haría Lance.
-En efecto.
Sonreí al observar de nuevo su apariencia, y ella bajó la mirada mientras se colocaba un abrigo de peluche.
-¿Vamos?- dije dándole mi brazo para que lo tomara.
-Claro.

Cuando llegamos a la fiesta ya había al menos 20 personas, la mayoría de ellas usaban disfraces de algún superhéroe y la seguridad que tenía se fue hasta los suelos de pronto, esas películas me perseguirán por siempre sin importar a dónde vaya. Victoria pareció notarlo.
-Podemos irnos si quieres- comentó.
-No, tus amigas nos están esperando- dije señalando a las chicas en la barra del bar.
-¿Eso qué? Si no estás cómodo podemos irnos, inventaré algo de pretexto.
-No hace falta, mientras estés a mi lado, estaré bien.
¿Por qué dije eso? Ella pareció sonrojarse y desvió la mirada, tomé su mano y nos guié hacia la barra.

Viena (Sebastian Stan - español)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora