EN EL CAPITULO ANTERIOR...
Ambos se besaban dulcemente, con el sabor de los dos mezclado en sus propias bocas...
Toc... toc...
-¿Que quieres, Leonel?
-Jefe, disculpe que le interrumpa, solo quería decirle que hemos encontrado la señorita Sandoval...
Sintió como Maria se tensaba, estaba en problemas.
-¿Estabas buscando a la estupida de la Sandoval? Maldita sea!
-Maria...
-Te exijo que me digas ahora mismo que significa esa mujer en tu vida... y quiero la verdad Esteban...
Y ahora que haría, no podía pensar y menos teniendo a su pequeña mujer enojada con los brazos en la cintura y sus hermosos pechos libres y apetitosos a la vista...
CONTINUAMOS...
-Vamos, habla te estoy esperando...- Dijo Maria con el rostro completamente rojo a causa de mal humor y de los orgasmos que acababa de tener.
Vio como Esteban se mantenía en silencio, sin parpadear, con la vista centrada en sus pechos...
-¿Quieres volver a probarlos, amor?- Pregunto con un tono inocente, mientras se llevaba sus propias manos a sus cimas y las masajeaba suavemente.
-S..si -Esteban estiró sus manos para tomarla nuevamente, pero la inmovilidad de sus piernas impidió que llegara a ella.
-No idiota, hasta que no me respondas lo que te pregunté, no volveras a tenerme nuevamente.
Y se bajo de la cama, con una sonrisa triunfante, mientras se vestía lentamente, siendo consciente de que Esteban no la perdia de vista con cada movimiento provocativo que hacía.
-Odio sentirme una carga, pero no puedo vestirme solo... ¿podrias ayudarme?- Dijo con su ultimamente frecuente ceño fruncido.- le diría a Leonel, pero no quiero que vea mi erección.
Con lo primero que dijo, Maria quiso lanzarse encima, abrazarlo y decirle que no era una carga, pero con esto ultimo no puedo evitar mirar el miembro de su esposo y soltar la carcajada.
-Vaya, podria aliviarte ese problema, pero como te niegas...
Se acerco a él, una vez ella vestida, juntos con un poco dificultad lograron entrar a la ducha, ambos enojados el uno con el otro, por las pequeñas cosas que los seguían separando. Maria lo enjabono y lo ayudo a enjuagarse, todo gracias a que contaban con los equipos necesarios para la inmovilidad de Esteban, facilitandole la tarea a ambos.
A Maria le dolía que todo se haya salido de control después de un encuentro tan sublime, aunque en ningun momento Esteban le haya pronunciado palabras de amor... ¿A caso ya no la quería? ¿estaría perdiendo el tiempo tratando de reconstruir su matrimonio? Y para completar tenía que salir a flote el nombre de esa mujer...
Una vez en la habitación, Esteban notaba que mientras Maria lo ayudaba, tenía su rostro afligido y todo era culpa de él... era un experto para hacer sufrir a esa mujer tan maravillosa...
-Listo...- Dijo Maria, girandose para salir de la habiatacion, y sintio como esteban envolvía su cintura con sus fuertes brazos.
-Pequeña...- Maria no se resistió y lo abrazo fuerte, enrredando sus brazos en su cabello y enterrando su rostro en su cuello, lo amaba tanto.- Dejame saber como esta Victoria, después de que discutimos en el hospital no supe nada de ella, y me preocupa...
-Eso es lo que odio- Dijo ella, aún con su rostro en su cuello y ya sentada en las piernas de él en la silla de ruedas. -Tu preocupacion por tu amante. Quisiera tener el valor suficiente para irme lejos y olvidarte,- sintió como Esteban se tensada- Pero no puedo, lo que siento por ti es mas fuerte que mi dignidad...
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A TI TE QUIERO EN MI
LosoweEl amor puede llegar a ser tan fuerte que nos salva pero muchas veces termina destruyendo todo...