El resplandor de la mañana entraba por la ventana y un Heriberto aún dormido con leve dolor de cabeza despertó, un tanto desorientado al no encontrar a su mujer a su suyo, tomo unas pildoras de la mesa de noche y se recosto nuevamente hasta que sintió que alguien lo miraba fijamente.
Con una sonrisa enfocó su mirada en la cara de su hija que suavemente pasaba su mano acariciando su rostro, muy concentrada.
-Mi vida... ¿Cómo amaneciste?- Preguntó suavemente sentándose en la cama y atrayendo a su hija a su regazo.
-Bien papito... ¿Qué te pasó ayer? Me dio mucho miedo... - Dijo la pequeña Victoria enterrando el rostro en el cuello de su padre.
-No fue nada, mi niña... no te preocupes... estaba jugando con mamá y resbalé... Pero mira - alzo el rostro de su hija.- estoy bien.
-Te quiero mucho papito... prometeme que nunca me vas a dejar... Mi amiga Tella no tiene papá, y ella me dice que es muy feo...
Heriberto sabia a quien se refería, y sintió una punzada de culpabilidad, pensando si había hecho mal en encubrir la mentira de Maria...
-Te prometo que mientras Dios me de fuerzas para despertar cada día, estaré a tu lado... y aún cuando no puedas verme, solo basta que toques aquí...- tomo la mano de su hija y la pego en el lugar donde latía el corazón de ella.- ¿Sientes? Siempre estaré aquí... en tu corazón, porque cuando yo no este, el latira por los dos... Te amo, mi hermosa y preciosa luna...
Heriberto la apreto y subio la sabana para arroparse juntos, y decirse cualquier mundo de palabras, dignas de padre e hija que se amaran como ellos.
Y así fue como los encontró Victoria, dos de sus más grandes amores apapachados en su cama, una sonrisa se formó en su rostro... era su familia... lo único que siempre anhelo tener...
Bajo la mirada a su regazo y paso un dedo delicadamente por la mejilla de su bebe.
-Mami...-Exclamo la pequeña Victoria parandose en la cama y comenzando a saltar...
-Victoria, te dije que no despertaras a tu papá...- Regaño Victoria a su hija mientras se sentaba en la mecedora para darle de comer a su hijo.- y deja de saltar así, te puedes caer.
-No lo desperté, mami... -Respondió la niña haciendo un mohin, mientras se dejaba caer en la cama cruzando las piernas y brazos.
Heriberto sonrió al verlas, pero esa sonrisa se ensanchó mas cuando vio como Victoria se bajaba la bata para darle de comer a su hijo, y como este se pegaba a su seno como si se le fuera la vida en ello.
-Mi amor, tranquilo... te vas ahogar...- Susurro ella a su hijo al ver como absorbia rápidamente.
-Digno hijo de su padre...- Dijo Heriberto lanzándole una mirada pícara a Victoria.- Se parece mucho a mi...
-Muy chistoso el doctorcito...-Dijo ella provocando una carcajada en el hombre.
-Mami... Mi papá dijo que iríamos a la playa...
Victoria miro a heriberto interrogante, él se encogió de hombros...
-Hoy no tengo que ir al hospital...
Victoria volteo a mirar a su hijo, y este ya estaba apunto de quedar dormido.
-Esta bien, pero tu mi amor... ve abajo y comes todo lo que haya preparado Micaela ¿esta bien?- Dijo Victoria a su hija, que asintió alegremente y salió apresurada.
Heriberto se plantó a su lado y la ayuda a levantarse de la mecedora con su hijo.
-Aún no me das mis buenos dias...
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A TI TE QUIERO EN MI
CasualeEl amor puede llegar a ser tan fuerte que nos salva pero muchas veces termina destruyendo todo...