Un mes había pasado y las cosas parecían haber vuelto a su cause.
Victoria y Heriberto no podían estar más unidos, cada día su amor parecía ser mas fuerte, sus hijos eran los pilares y la mas grande prueba de que dos personas tan diferentes como lo eran ellos podían ser almas gemelas.
Las cosas entre Maria y Esteban, iban más lentas pero con paso seguro hacia delante tratando de dejar el dolor del pasado atras, y concentrándose ambos en la felicidad de su presente junto con la adoración de los dos: Tella.
Esteban en ese tiempo se había empeñado en reforzar el amor de su hija, un amor que parecía no tener fin, bastaba que ambos se vieran para que los ojos de los dos se volvieran en forma de corazón, algo que Maria divertida les hacia notar.
En relación con ella, él no la había vuelto a tocar del modo sexual, quería reconquistarla y que su amor recuperará las fuerzas necesarias para seguir adelante, y no quería que su relación se basará en la lujuria.
Echo que entristecia a Maria, porque de unos besos que la hacían calentar no pasaban, y ella quería mucho mas, precisamente en eso estaba pensando cuando estaba en la cocina lavando los platos de la cena.
-No deberías estar haciendo eso, yo podría contratar a alguien para que se encargue de esas cosas...- Dijo Esteban al verla secando los platos.
-Me gusta hacerlo, y no necesito de tu dinero, así que guarda tus ofrecimientos.- Gruño Maria, de repente furiosa.
Esteban impactado por las palabras de Maria guardo silencio.
-Disculpa, no quise ser grosera, sólo tengo dolor de cabeza.- Apunto al ver la inmovilidad del hombre.- ¿Y Tella?
-Se quedó dormida, no había ni comenzado el cuento y ya estaba profunda...- Dijo suavemente, sin dejar de mirarla.
-Estaba cansada, hoy corrió y jugó mucho, gracias por ser tan buen padre.
Esteban simplemente se encogió de hombros, sin hacerle notar lo que esas palabras significaban para él.
-Bueno... creo que lo mejor es que te vayas...- Dijo ella al sentirse intimidada por la mirada fija de él.
-Estas enojada conmigo...- Más que una pregunta, fue una afirmación.
-No, ya te dije que me duele la cabeza, además creo que la comida me cayó mal...
Esteban se acerco y tomo su rostro entre sus manos, bajando la cabeza para hacer que sus labios se encontrarán.
María se dejo llevar y metió sus manos dentro de la camisa negra de Esteban, apretando sus músculosos abdominales. Se sentía delirar por la lengua de él haciendo maravillas en su boca, tenía la impresión de que en cualquiler momento de derretiria, quería que hicieran el amor.
Esteban con sus manos enredadas en el cabello de Maria, trataba de calmar su excitación y mandaba la orden a su cuerpo para que se relajara, pero ella no dejaba de restregar su entrepierna contra su muslo, y él temía pasar por la vergüenza de venirse en sus pantalones. No supo como paso, pero de repente se encontró sentado en una de las sillas de la cocina, y embelesado vio como Maria se sentada sobre sus muslos, la alarma sono en su cabeza.
-Maria...
-Esteban... ¿Qué pasa?- Pregunto Maria besando su cuello.- ¿Por que no quieres que hagamos el amor?
-No quiero apresurar las cosas... no quiero que te sientas presionada... por eso todo este tiempo me he mantenido alejado de tu cuerpo... quiero demostrarte que mi amor por ti va más alla del mero deseo.
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A TI TE QUIERO EN MI
RandomEl amor puede llegar a ser tan fuerte que nos salva pero muchas veces termina destruyendo todo...