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Dedicado a: baby_unicorn16

El Ale condujo por la autopista y luego se perdió por las calles de una población cercana. Durante el camino nos mantuvimos en silencio y la verdad es que me estaba preocupando más que la chucha, porque el Ale que yo conocía nunca se callaba.

Finalmente llegamos a un lugar que parecía ser un potrero, weno no era un potrero, pero al parecer pertenecía a esos terreros que compran las empresas para comenzar a construir casas. La huea es que era un lugar lleno de pasto, arboles delgados y piedras grandes que se situaban en el camino. A lo lejos podían verse algunas villas con los postes de iluminación como pequeños puntitos.

Por un momento pensé que este culiao me había traído aquí para violarme y quise bromear sobre eso para subirle un poco el ánimo, pero al ver su rostro decaído me callé. No quería cagarla.

Estacionó el auto cerca de uno de los postes de luz, y en silencio caminamos.

Alcé mis ojos cuando vi la figura del Ale seguir adelante. Le eché una repasada… y puta que se veía rico… andaba trayendo unos jeans medios azulados de acuerdo a sus muslos fuertes, una camisa clarita y un polerón negro con gorro. Parecía uno de estos hueones que volvían locas a las minas en IG y Tumblr. Cuando se dio la vuelta casi me voy de raja. Recorrí con los ojos su mandíbula delineada, y esos labios carnuitos… Ya me estaba calentando.

Para la huea, Tamaraca. Apoya al cabro. No te lo comai con los ojos. Pero cuando lo miré a los ojos, gran fue mi plancha. El hueón estaba haciendo lo mismo… sus ojos me recorrían sin ningún pudor.

—Está lindo el pijama de conejito —habló por fin, con una sonrisita.

Me reí, ya que cuando me vestí me chanté unos jeans y las zapatillas. No estime en sacarme mi pijama rosado de conejito.

Me acerqué un poco más a él. Se encontraba posicionado al lado de una piedra grande, donde perfectamente cabríamos los dos sentados, o acostados… ah.

—No me lo iba a sacar po, hueón. Salí a la rápida —dije.

Él asintió.

—Si sé, Tamy…

Luego, bajó la vista.

Mi corazón culiao volvió a latir con fuerza, pero me sujete los calzones y tome su mano entre las mías. El Ale sujeto mis dedos entre los suyos, observando nuestra unión.

—Dime que paso… —pedí.

La nuez del Ale se movió cuando tragó.

Estaba sumamente oscuro y en cualquier momento podía salir uno de estos culiaos locos con una motosierra y partirnos en dos, pero yo solo podía enfocarme en el cabro que tenía al lado. La poca iluminación de algunos postes que estaban cerca de las villas me dejaba ver su rostro.

—Exploté. Hoy no aguanté más y simplemente exploté…

No si. Él la bomba.

Ya hueona, déjate. Me reclamé.

—¿Peleaste con tu hermano?
—pregunté.

Intente de tranquilizarlo frotando con mi pulgar sus nudillos. Mi dedo sintió extraña su piel, así que levante su mano para mirar con detalle. Sus nudillos estaban pa' la caga. La piel parecía machucada y ya se estaba haciendo costra.

—Sí. Le saqué la cresta. Creo que el hueón está en el hospital ahora.

Tragué al escucharlo decir esa huea.
De verdad tiene que haberlo dejado pal pico si su hermano corrió al hospital ahora.

¡Hueón culiao, me rompiste el choro! #HCMREC 1Donde viven las historias. Descúbrelo ahora