Me removí en la cama, intentando de quedarme dormida una vez más, pero fue en vano. El sueño culiao no venía. Se había esfumado por completo. Odiaba que el horario del colegio se hiciera una costumbre y me despertara temprano igual. Por la chucha.
Totalmente frustrada, abrí mis ojos. El Ale estaba dormido a mi lado. Uno de sus brazos estaba sobre su rostro y el otro me sujetaba parte de la cadera, sus labios estaban ligeramente separados y parecía estar en un sueño más profundo que la cresta. ¿Qué no? Si ayer llegó raja, demás necesitaba horas de sueño para recomponerse.
Unas desesperadas ganas de mear me pidieron levantarme así que, con cuidado saqué el brazo del Ale de mi cintura y salí de la cama. Él gruñendo, tomó la almohada que ocupé e inhalo con fuerza. Luego, siguió z.
Comprobé mi celular y tan solo eran las ocho y media. Arrastré mi miserable humanidad hasta el baño y eché la mea más rica de mi vida, ah. Después me saqué la ropa e ignorando la paja descomunal que tenía, me bañé. Cuando volví a la pieza, el Alejandro estaba sobre su estómago, sin emitir sonido. Así que, me vestí ahí mismo. Busque mi ropa interior, unas calzas negras, un polerón morado y mis zapatillas. Abandone la pieza muy despacio.
—¿Cómo dormiste, Tamyloca?
Me voltee cuando el Rigo apareció detrás de mí, vestido tan solo con unos pantalones de pijama y una polera musculosa blanca. Tenía una cara de muerte, hueón.
Yo, me había desplazado hasta la cocina porque las tripas ya me estaban rugiendo.
—Más o menos. Ciertos sacos eh weas anoche salieron y me dejaron más preocupada que la chucha —murmuré, poniéndole agua al hervidor, mientras el Rigo tomaba cachantun que había en el refri. Se zampo la botella de una, hueón —¿Y tú? ¿Con cañita?
Él hizo una mueca, secándose los labios con el dorso de la mano.
—Algo —encogió sus hombros —Y pucha, hueón. De verdad, lo siento. Debí convencer al Ale de venirnos al tiro, pero estábamos hechos tula —agregó, haciendo un puchero.
Yo me hice un café y le tendí uno re cargado a él.
—Creo que esas disculpas se las debí a la Karen. Se comportaron como hueones.
Me senté en el comedor, llevándome un pancito y el Rigo me siguió.
—Si sé —tomo asiento a mi lado. Un silencio le siguió a eso, pero después comenzó a hablar de nuevo: —Yo... no sé como decirte esta huea. Pero no sé a quién más preguntarle y estoy desesperado.
Fruncí mis cejas. ¿Qué huea le paso?
—¿Qué paso?
—No he tenido tiempo de conversarlo con el Ale, pero quiero saber una huea... Y como somos amigos, demás cachai más que yo.
Mi ceño se profundizo aun más. Ahora tenía toda mi atención.
—Dime, po hueón. Me asustai. ¿Te paso algo? ¿Estai en las drogas? ¿Debí plata? ¿Qué? —me desesperé, llevando mis ojos a su rostro.
El Rodrigo se río.
—No... nada de eso. Es que... —se rasco la nuca, en un gesto nervioso —¿Cómo sabi cuando estai enamorado?
Su pregunta me sorprendió. En un momento la canción de Justin se me vino a la mente: ¿what do you mean?
—¿Te enamoraste de la Karen?
—intenté adivinar.—Lo quiero creer así. Pero no lo sé, Tamy. —soltó un suspiro prolongado
—Pase tanto tiempo enganchado de la Jazmín que no se distinguir lo que siento. Ayer con el Ale nos hicimos mierda con copete hablando sobre ustedes... él parecía tan emocionado al hablar de ti. Pero yo... no sé qué sentía al hablar de la Karen. Ella ha hecho tanto por mí. Dejo al Brayan. A algunos de sus amigos por estar conmigo. Me está dejando estar con ella como yo quería. Pero ahora que la tengo... No sé. No quiero hacerle daño, hueón.
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¡Hueón culiao, me rompiste el choro! #HCMREC 1
Novela JuvenilY todo por culpa del hueón que me rompió el choro en la escalera... 》Libro 1 #HCMREC《 « PRIMERA EDICIÓN 2016 » *BORRADOR. Próximamente será editada*