Capítulo 44: Una se hace, otra se rompe

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POV Ahinoa

Definitivamente soy idiota y estaba muy equivocada. No sé que parte de el que todo el mundo supiera lo mío con Álvaro pensaba que podía ser malo pero repito, estaba muy equivocada.

Después de todo lo que pasó con Carmen y con Sergio decidí que era imprescindible contárselo a mis amigos para que se enterasen por mi y poder explicarlo bien, así que Alba, Javi, Elena, Marina y más gente de clase ya se han enterado. Bueno, me refiero a que se lo dije yo y les conté todo, porque lo que es enterado ya lo ha hecho todo el mundo. Supongo que él boca a boca habrá tenido algo que ver pero creo que algún que otro beso en medio del pasillo han sido las causas más importantes.

No es posible describir lo bien que me lo he pasado mirando las diferentes reacciones y es que, aún que algunos solo mirabas de forma desapercibida, la mayoría no se corta un pelo en poner una cara que refleja perfectamente lo que piensan. La mejor sin duda ha sido la de Rossi cuando ha pasado con sus amigas, el grupo de idiotas de un año menos. Y es que, la palabra "rabia" se creó para describir la cara de Rossi, teniendo en cuenta a demás que ella tenía la intención de joderme y contárselo a todo el mundo y yo la convencí de lo contrario.

En conclusión: no podría estar más contenta y relajada por hacer por una vez lo que me da la gana y delante de todo el mundo.

Ahora mismo me encuentro en la puerta del colegio pues ya ha acabado la jornada escolar por hoy. Concretamente estoy apoyada con la espalda en el duro pecho de Álvaro mientras él a su vez se apoya en su coche mientras charla con sus amigos de un curso más, que están situados en semicírculo mientras conversan.

Tres de los cuatro que hay sin contar a algo se ponen a discutir sobre algo de clase que obviamente no reconozco y el otro se pone a mirar el móvil.

Tras unos segundos en los que Álvaro y yo estamos totalmente fuera de la conversación noto unos labios en la parte de entre el cuello y mi oreja, y al instante me estremezco.

- Tienes que avisarme cuando vayas a hacer eso - le digo sin poder girarme para mirarle pero en voz baja.

- Te encanta que lo haga por sorpresa - responde en mi oído.

- No, es a ti al que te encanta que me de un escalofrío y por eso siempre lo haces - digo mientras hecho mi cabeza hacia atrás para poder verle.

Su respuesta no son palabras si no un beso corto en mis labios que enseguida se termina. Pero lo hace porque él se aleja para permitir que me de la vuelta y que quedemos cara a cara.
Entonces me pongo un poco de puntillas y le beso yo. No es un beso calmado, ni apasionado, es uno en el que hay ganas de mucho pero se reprimen porque no olvidamos que estamos en medio de la calle y que están todos sus amigos al rededor, a demás de un montón de gente que está saliendo ahora del colegio.

Cuando se separa de mi, yo protesto.

- No te quiero oír quejarte, además tienes que reservarte para cuando lleguemos a casa. - es lo que responde a mi gruñido.

- ¿Y cuándo nos vamos? - digo impaciente.

- En cuando se callen estos idiotas - dice señalando hacia sus amigos.

Yo giro la cabeza y les veo muy enfrascados en su discusión.

- No parece que vayan a acabar pronto - le digo con cara de pena. - Así que...

Me inclino sobre él y vuelvo a besarle pero tras unos segundos me aparta y muy ágilmente me da la vuelta y vuelvo a quedar de espaldas a él.

- Así que nada. - dice y yo sonrío e intento volver a mi posición sin éxito pues sus manos me sujetas contra él y no dejan que me mueva.

Piensa en Ellos #1, #2 [Editando]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora