20: Bocadillos y reproches

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Bocadillos y reproches

Luego de comer y hablar en el comedor de los padres de Esteban, nos encontramos en su jeep camino a la universidad, aún nos quedan como veinte minutos antes de nuestras próximas clases.

—¿Por qué no habías tenido novio antes? ¿no te gustaba nadie?

—Me gustaba alguien —confieso dejando de mirar por la ventanilla para mirarlo a él —Pero no fue mi novio.

—¿Por qué? —cuestiona mientras conduce.

—Pues, no éramos compatibles supongo. No lo sé.

—Oh, vaya. ¿Y tuviste buenos recuerdos?

¿Los tuve? Sí los tuve.
Asentí con la cabeza son mirarlo, estaba mirando al frente.

—Pero en fin, ya son solo recuerdos. —le digo al mirarlo y mostrarle una sonrisa.

Llegamos a la universidad y cada uno se fue a su clase. Las horas pasaron y luego de mi última clase me encontré con Esteban, el cual me dijo que tenía más de media hora esperándome porque tenía menos clases que yo. Me dejó en la puerta de mi casa y se fue.

Entrar a la casa y no mirar a Sebastián sentado en el mueble de la sala es raro para mí, aún no me acostumbro a estar sin él bajo el mismo techo. Lo extraño.

—Hola linda. —dice Adriana saliendo de la cocina con un vaso de jugo.

—Hola mami.

—¿Que tal tu día? ¿que tal Esteban?

—Mi día estuvo bien, ¿por qué preguntas por Esteban? —le digo porque no recuerdo haberle dicho que es mi novio.

—Porque te trajo a casa tal vez —dice con una sonrisa y yo solo puedo asentir con la cabeza mientras digo "oh" mas para mí que para ella. —¿Algo que me quieras decir sobre él?

Negué lentamente y luego asentí de igual manera. Ella sonrió por eso.

—Me pidió que sea su novia.

—Vaya, interesante. Y, ¿qué le dijiste? —me pregunta ella sentándose donde siempre me sentaba con Sebastián, me acerqué y me senté junto a ella, dejé mi mochica a mi lado, en el piso.

—Le dije que está bien —dije encogiendo mis hombros. Nunca había tenido este tema de conversación con ella ya que nunca había tenido novio y no le conté de Diego, porque él no fue mi novio.

—Eso esa aún más interesante —deja su vaso en la pequeña mesa frente a nosotras. —Él me agrada, pero nunca dejas de conocer a alguien realmente. Así que conócelo, sus gustos su pasión, lo que no le gusta... No se junten solo para besarse o tocar donde no se debe, el noviazgo no es para eso. Así que conózcanse y hablen de sus planes, para eso son las parejas.

—Gracias mami —digo asintiendo a todo lo que dijo. Siempre le he tenido confianza, pero este es un tema que nunca habíamos tocado, sin embargo habló muy tranquila y confiada con todo lo que decía. Mi madre es increíble.

—Ya vete a bañar —dice bebiendo de su jugo.

—Sí, sí —digo levantándome y tomando mi mochila a mi derecha.

Yo no soy un juguete I y IIDonde viven las historias. Descúbrelo ahora