22: Algo que no esperaste que pasaría

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Algo que no esperaste que pasaría

Durante el camino completo me mantuvo en silencio mirando a la nada, Sebastián intentó en muchos momentos hablar conmigo pero no lo dejé, Madi decidió llegar primero a su casa para decirle a sus padres que se quedaría a amanecer conmigo.

Claramente ellos estuvieron de acuerdo, minutos después ella estaba de regreso en el auto, que es de su madre pero ella es la que lo usa. Yo me sentía tan ajena a todo, ¿tan malo había sido mi comportamiento con él como para que me hablara así?

Llegamos a la casa, fui la primera en bajar del auto y caminar a la entrada.

—Hola Adriana. —dijo Madi con una sonrisa en el momento que mi madre abrió la puerta.

—Madison, que gusto verte, —dijo con una sonrisa —no se queden ahí parados, pasen.

—Bueno, yo iré a mi habitación. —me despedí al pararme al pie de las escaleras.

—¿No quieres comer nada?¿tienes algo hija?

—No mami, no tengo nada, estoy bien. —respondí al mirarla y le sonreí, una sonrisa que no llegó a mis ojos.

—Bueno, está bien, —miró a Sebas y a Madi —Si me necesitan me llaman, yo estaré en mi habitación.

Ellos asintieron y yo empecé a subir las escaleras. No me gusta contar lo que me pasa, no me gusta hacer parte de mis problemas a las personas.

Unos minutos después, Madi entró a mi habitación. Yo me encontraba mirando el techo mientras estaba acostada boca arriba en la cama.

—Realmente debo pintarlo, se ve muy aburrido. —dije, claramente refiriéndome al techo.

—Sí, ya llegará el momento para que lo hagas, pero por ahora, quiero que me digas qué tienes, algo te pasa, y quiero saber qué es, quiero ayudarte. —dijo al sentarse en mi cama, también me senté.

—Tranquila Madi, no puedes ayudarme, nadie puede ayudarme, ¿sabes por qué? Porque no me pasa nada, y si me pasara algo, estoy segura de que podría resolverlo sola.

—Estás loca.

—Puede ser, pero así de loca te preocupas por mí.

—Lamentablemente sí, — ella sonrió —Por cierto, ¿felicitaste a Diego por el buen juego de hoy? 

Suspiré.

—Lo hice. —y me levanté delante cama rumbo al baño, no quiero hablar de eso.

(…)

—Arriba chicas, levanten sus débiles cuerpos de la cama— dijo mi madre abriendo las ventanas —Recuerden que hoy muestran los resultados, no deben llegar tarde. Cuando estén listas, las estaré esperando abajo con el desayuno. —al decir eso, salió de la habitación.

—Ya la escuchaste Madi, entra al baño tu primero, eres más lenta que yo. —le lancé un beso y me cubrí con las sábanas, no me quiero levantar.

Largos minutos después estábamos camino a la academia, después de desayunar y despedirnos de mami, de Sebastián no, porque él seguía durmiendo, lo cual había dejado a Madi con ganas de quedarse hasta que despertara.

Llegamos a la academia, y aún no habían tantas personas, minutos después la reunión inició, y después de mucho hablar la directora dijo que pegaría los resultados en el mural.

—Todos tienen mucho talento, pero no todos pueden ser parte el equipo oficial, desde ya quiero que sepan que la coreografía que presentarán tendrá los tres géneros musicales que se presentaron aquí. Nos encargaremos de hacer que se vea perfecto. Ya pueden ir a ver los resultados.

Yo no soy un juguete I y IIDonde viven las historias. Descúbrelo ahora