Un simple hola—Alex —llama alguien entrando a mi habitación.
—Mm —respondo aún con los ojos cerrados.
—Levántate —encendió la luz y desapareció de mi vista.
En serio, ella es el mejor despertador del mundo, y sabe perfectamente que no me gusta dormir con luz encendida, ya estaba despierta, solo quería seguir acostada.
Me levanto lentamente y me dirijo al baño mientras estiro mi cuerpo. Es hora de bañarme. Me quejo al momento que siento el agua helada caer sobre mi piel porque olvidé regular la temperatura, pero ya estaba mojada, no valía quejarse.
Luego de salir del baño, me vestí, arreglé mi cabello, tomé mi mochila, y me dirigí a la cocina. Abro el refrigerador y tomo la leche.
—¿Te paso el cereal? —pregunta mi madre mientras me mira.
—Sí, por favor.
Amo desayunar con cereal y leche, y mi madre lo sabe perfectamente, por esa razón casi nunca falta en casa.
—Hasta luego mamá —digo al besar su mejilla, yo voy a la escuela, y ella al trabajo.
—Cuídate —exclama mientras me mira, yo solo asiento con la cabeza.
Voy de camino a la escuela, ya es costumbre para mí llegar temprano, de esa manera repaso los temas dados, aunque no haya ningún examen, también me pongo al leer algún libro, ya que amo leer.
Al llegar a las grandes puertas de la escuela, saludo al conserje que siempre está ahí y me dirijo a mi aula. Creo que si falto, nadie notará que falté, ya que aquí es como si no existiera, la única que se daría cuenta es mi mejor amiga, Madison, el problema es que estamos en aulas separadas.
Tomé mi cuaderno de matemáticas, y uno de los últimos temas fue las funciones trigonométricas, es un tema fácil. Me puse a repasarlo.
—Hola.
Al escuchar ese "hola" levanté mi vista del cuaderno, encontrando a la última persona que me podía pasar por la mente.
—Ho...hola —tartamudeé, seguro en este momento parecía una tonta ¡yo no tartamudeo! Pero me sorprendió que Diego me saludara, yo sé quien es él, pero creí que el no sabía de mi existencia.
El solo sonrió y se fue, bien, eso fue raro, muy raro, y luego dicen que la rara aquí soy yo.
(...)
Sonó el timbre, indicando que ya era momento de ir a casa, recogí mis cosas y me dirigí a la salida, durante todo el día Diego no volvió a hablarme, seguro se equivocó de persona cuando me saludó, solo hablé con Madison cuando nos veíamos, y ahora estoy esperándola en la entrada de la escuela.
—¡Alex!
Levanté mi vista del suelo, realmente no veía nada interesante. Sonreí al ver quien era.
—Hola Madi.
—Vamos querida. —Empezamos a caminar. Me quedé un poco detrás de ella perdida en mis pensamientos.
—¡Alex! ¿Que te pasa? Estás muy distraída.
—¿Qué? No, nada —suelto tratando de convencerla a ella, y de paso a mí también.
Me mira levantando las cejas.
—¿Acaso ya te volviste loca?
—Claro que no,—confesé mientras reía —es solo que pensaba.
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Yo no soy un juguete I y II
Ficção Adolescente¿Es que acaso ser una persona tranquila significa que todos pueden jugar contigo? ¡Pues no! que las cosas no salgan como ellos quieren no significa que estén mal, no dejaré que me usen, yo no soy un juguete, y quiero que quede claro. Alexa, solo viv...