7: Ganando un premio

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Ganando un premio

—Deja de mirarme así

—¿Por qué debería? —dice divertido.

—Porque estoy intentando comer, tal vez.

—Esa no es una razón. —dice pegando la espalda de su asiento —Ya que la mayor parte del tiempo en el que nos encontramos estás comiendo, y eso está bien. Ya que, como dije antes; si algún día somos pareja no tendrás vergüenza a la hora de comer.

—¿A qué quieres llegar?

—¿Yo? —se señala —A nada. —dice encogiendo sus hombros, seguido de agarrar un trozo de pizza con una sonrisa —No te limites porque estoy aquí, tú sigue comiendo.

—No me limito. —digo y muerdo mi trozo de pizza, pero él, mientras come, sigue mirándome. A este paso lo consideraré como un acosador. Me quedo mirándolo y él me sonríe —Oye ¿es que no te cansas de reír?

Y esa pregunta, esa simple pregunta hizo que los tres en la mesa empezaran a reír. Si Esteban se reía no pasaba nada, ya que estoy hablando con él, pero que Madi y Sebastián también estallaran en risas es el colmo, ellos no tienen derecho a reírse por mi pregunta porque se supone que no estaba hablando con ellos.

—Para nada, —responde aún riendo —he escuchado que si te ríes mucho la vejez tarda más en llegar a ti, por cierto, tú también te ríes mucho y yo no te pregunté nada acerca de tu sonrisa en ningún momento. —y no ha dejado de reír.

El muy idiota no ha dejado de reír.

Dejé de mirarlo y terminé de comer, no le dije ni media palabra antes de terminar de comer, y ahora mientras nos alejamos del área de comida tampoco le he dicho nada.

—No puedes ignorarme solo porque me reí Alexa. —dice llegando a mi lado —Además, no he dicho nada malo que yo sepa. —yo lo miré, luego aparté mi mirada al frente mientras seguía caminando —Alexa.

—¿Qué quieres?

—Em... No lo sé, ¿que me hables? —lo miré sin dejar de caminar, él sigue caminando a mi lado.

—¿Qué ganas tú con eso?

—Está más que claro, gano que me hables.

—Eso no es importante, cualquiera puede hablarte que no sea yo —lo miro y él achica sus ojos —Es que —dejo de caminar y él también —hay tantas personas aquí, cualquiera puede hablar contigo y ser tu amigo, ¿por qué insistes en pasar tiempo conmigo?

—Veo que tienes mala memoria. —dice con una media sonrisa, intenté interrumpir para decir que no tengo mala memoria, pero no me deja —Ya te había dicho que me resultas interesante y que quiero conocerte, conocerte de verdad.

—No tengo mala memoria. —empecé a caminar nuevamente —Solo pensé que estabas bromeando cuando dijiste eso.

—Pues ya ves que no es una broma, ¿por qué te cuesta creer que alguien está interesado en ti?

—No me cuesta solo, solo olvídalo. —él asintió y siguió caminando en silencio a mi lado.

—Chicos, ¿qué les parece si vamos al parque de diversiones? —dice Madi agarrada del brazo de mi primo frente a nosotros, ellos estaban hablando delante. Esteban y yo los miramos.

Yo no soy un juguete I y IIDonde viven las historias. Descúbrelo ahora