23: Unas palabras no muy buenas

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  Unas palabras no muy buenas

Los días han pasado, hemos estado ensayando y combinando la coreografía que presentaremos, Dylan ha estado pasando tiempo conmigo últimamente. Lo veo como un amigo, y realmente espero que él me esté viendo de la misma manera.

—Alex, pronto nos toca salir, ¿estás lista? —dice Madi sentándose a mi lado del pequeño banquito que está en los vestidores.

—Lo estoy, y más ahora que bailaremos juntas en ese gran escenario.

—Me alegra saber eso querida. —Madi se pone de pie y mira a todos los del equipo —Bien, vamos a salir y a dejar a todos sorprendidos con nuestra actuación ¿están conmigo?

—¡Estamos contigo! —respondieron los del equipo levantando su mano en un puño, que locos.

Escuchamos que nos llamaban por los altavoces, así que nos preparamos para salir. La directora dijo que quería que combináramos los tres géneros que se presentaron en la academia, y para complacerla así lo hicimos. Todos teníamos los mismos uniformes que habíamos usado esa vez.

La música inició en ballet, por lo tanto mi grupo salió primero, hicimos una parte de nuestra coreografía antes de que el género cambiara a hip hop haciendo que salgamos y entrara el grupo de Madi, y luego entramos y bailamos ballet mezclado con hip hop. Para el final salieron los de la salsa, con todas esas vueltas, giros y acrobacias, estoy segura de que cerraron con broche de oro la coreografía.

Se escuchaban los aplausos y ánimos por parte de los espectadores. Puedo decir con toda seguridad que nos fue muy bien. Bajamos de la tarima.

—Con esto la academia tendrá muchos estudiantes más. —dijo una chica del equipo de salsa hablando con la respiración entrecortada.

—Sí, estoy seguro de eso. —dijo un chico a su lado.

—¡Chicos! Estoy muy orgullosa de ustedes, hicieron un trabajo increíble, lo hicieron mejor de lo que yo pensaba. —dijo la directora con un gran brillo en sus ojos.

Todos nos quedamos hablando con ella, luego llegaron las maestras. Cuando salimos de los vestidores, ya con ropa más cómoda. Muchos nos preguntaban que cuándo podían inscribirse, debo admitir que me ha gustado bastante formar parte del equipo oficial de la academia.

—Chicos, en el parque hay un puesto de comida rápida, ¿que les parece si vamos ahí para celebrar y quitar el hambre?

Todos estuvimos de acuerdo y fuimos al parque, debo admitir que la comida aquí no solo es económica, también tiene un buen sabor.

—Nunca pensé que trabajar con ustedes sería tan divertido, ya que mis amigas me decían que no las soportaban. —dijo la chica rubia que desde un principio mostró no soportar a Madi.

—¿En serio? —dijo Madi frunciendo su ceño —¿Y quiénes son tus amigas?

—Lucía y Abby. Antes andaba con Lucía en la escuela, pero desde que se empezó a juntar con Abby ya casi no me buscaba ni andábamos juntas. —explicó ella, hasta creo que con ella estaba hablando Lucía cuando dijo en el baño que solo me usaba para salir con Sebastián —Pero me doy cuenta de que ellas estaban equivocadas en cuanto a ustedes. Lo siento por cómo las traté.

—Gracias, supongo. No pasa nada. —dijo Madi con una sonrisa.

—Bueno, nos vemos en un rato chicas. —al decir eso ella se fue.

Madi y yo nos miramos y empezamos a reír. Sin sentido y sin razón, pero nos empezamos a reír.

—Madi, ¿vas conmigo para el cumpleaños de Brandy?

Yo no soy un juguete I y IIDonde viven las historias. Descúbrelo ahora