Prólogo:
Alex cayo con un golpe seco en el pavimento, estaba adolorido y aturdido. Se levanto despacio limpiando la sangre que goteaba desde su labio partido, él sabía perfectamente que no debía ponerse a pelear innecesariamente pero el tipo se lo merecía aunque ahora no podía recordar por que empezó todo el lio en aquel bar. Después de dolorosos intentos logro levantarse y caminar con ayuda de un muro.
Alex jadeo un poco al dar un par de pasos, todo el mundo daba vueltas y la sangre en su boca le provocaba nauseas pero él solo pensaba en que la resaca que tendría mañana seria un nuevo record.
¿Cuánto había tomado? No lo sabía porque había perdido la cuenta después de la primera botella de tequila.
Él continuo caminando hasta toparse con un par de chicas en una esquina que tenían 'ropa' aunque parecían más bien bikinis o ropa interior, le ofrecieron pasar la noche juntos pero el negó con la cabeza sin saber exactamente por qué, normalmente no rechazaría una de esas ofertas. La morena de piernas largas lo miro mal pero le ofreció su cigarrillo, él acepto dudoso. No eran cigarros ordinarios.
Alex, ahora drogado y ebrio no tenía idea de a donde ir pero sabía que debía continuar caminando. Un par de cuadras más adelante se detuvo debido a los grandes carteles de neón que llamaron su atención, el efecto de la marihuana hacia que las líneas se vieran borrosas y chistosas, el lugar se llamaba "Inked". Fue entonces, que se encontró tirado en la fría y húmeda calle riéndose como loco de un cartel de neón a mitad de la noche.
Después de un rato decidió levantarse y abrir la puerta, tenia frio y estaba cansado. Un tipo alto y rubio con los brazos llenos de tinta recogía todos los suministros para tatuar y limpiaba todo el local.
—Ya estamos cerrados— murmuro este con una voz ronca y áspera. Alex lo miro durante un rato sin prestarle mucha atención, luego algo dentro de él le dio una idea y no sabía si era obra del alcohol, la marihuana o su estupidez natural.
—Quiero un tatuaje— Arrastró las palabras y se asombro de su propia voz ¿Esa era su voz? No se sorprendía de que algunas personas dijeran que él era intimidante cuando abría la boca, su voz era ronca y baja, casi amenazadora.
—Oye amigo, ya cerramos y creo que no estás en tu cinco sentidos para un tatuaje, vuelve mañana — el tipo se acerco a él con intención de echarlo por la puerta pero Alex se movió fuera de su alcance y alcanzo su bolsillo trasero, saco su billetera y le tendió varios billetes verdes al hombre cuya cara se distorsionaba por unos segundos gracias al alcohol.
—Bien — el hombre tomo los billetes y empujo a Alex hasta una silla de cuero en medio de la sala — ¿Qué quieres? — él rio como si el hombre hubiese dicho una broma, el tipo elevo una ceja en su dirección y luego maldijo para sí mismo mientras buscaba todo lo que necesitaba.
—Quiero letras— El hombre hizo un ademan para que continuara pero Alex se estaba ahogando en su laguna mental "Un nombre"
— ¿El nombre de tu novia? — El hombre barbudo trato de adivinar mientras se colocaba unos guantes de látex, Alex negó con la cabeza carcajeando.
—Jamás tendré una novia — El hombre parecía confundido pero sabiamente ignoró su parloteo borracho y encendió la maquina que hacia un ruido extraño. —Son una molestia. Para mí las mujeres solo sirven para sexo.
—Muy bien, no es que me interese pero necesito un nombre —Alex lo pensó unos minutos y no supo de donde había salido pero le dijo al hombre que le tatuara en el pecho, del lado izquierdo sobre el corazón.
Tal vez en ese momento Alexander estaba demasiado perdido para darse cuenta de lo que hacía pero aun sin saberlo solo había hecho algo: Buscar su destino.
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Corazón Tatuado
RomanceUna noche de borrachera nos puede llevar a hacer cosas que ni pensábamos hacer ¿Pero tatuarse el nombre de una persona? Dicen que solo sucede en las Vegas, sin embargo nuestra historia se desarrolla en New York, hogar del duro boxeador Alex Nieves y...