Capítulo dieciocho.

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Capítulo dieciocho.
Un desastre.

Habían pasado dos semanas en las que Alex y Gemma no se habían visto en persona, ambos estaban muy ocupados todos los días, sin embargo se mantenían comunicados por teléfono. Alex estaba trabajando y entrenando duro para una pelea importante que tendría pronto y Gemma estaba enfocada en el recital de baile.

Aunque ese viernes le sorprendió encontrar a Alex parado afuera de su departamento, llevaba puesto un pantalón de vestir gris, una camisa blanca y un saco gris sin corbata, su cabello estaba peinado hacia atrás y le sonreía todo seductor con las manos en los bolsillos del pantalón.

—Creo que me golpee la cabeza o estoy soñando —él soltó una carcajada y se encogió de hombros —Te ves increíblemente atractivo.

— ¿Por qué tan sorprendida? Soy increíblemente atractivo —se burló y ella rodó los ojos —No me has saludado, copo de nieve.

—Pues acércate —ella sonrió y él se acercó rodeando su cintura con sus manos, probablemente Gemma era la personas menos atractiva en el mundo en ese momento con la ropa sudada y el cabello despeinado pero a Alex no parecía importarle cuando bajo la cabeza y unió sus labios con los de ella —Hola, boxeador.

—Hola, cariño —murmuró sobre sus labios acariciando suavemente su espalda baja, Gemma sintió el toque por toda su columna vertebral y se separo un poco para sacar las llaves del bolsillo de sus pantalones.

—De todos modos ¿Por qué estas tan bien vestido? —ella le hizo una seña abriendo la puerta para que entrara, ella dejó el pequeño bolso que llevaba con ropa en el sillón y fue directamente a la cocina con Alex detrás de ella.

—Javier me había mencionado hace un tiempo que hoy es la obra de Brenda, pensé que querías ir —ella volteo con los ojos muy abiertos y él rió por su expresión alarmada.

— ¡Mierda, lo olvidé! —Rápidamente ella buscó su teléfono y encontró algunos mensajes de sus amigas, aun le quedaba una hora para llegar —He estado muy ocupada y lo olvide, soy un asco de amiga.

—Eso no es cierto, has estado muy estresada —respondió y ella se acerco parándose de puntillas para darle un beso en la mandíbula que lo hizo sonreír.

—Si lo soy, tu por otro lado eres un encanto —el Presidente Miau apareció frotándose entre las piernas de Alex y ronroneando — ¿Puedes darle de comer al gato? Las latas están en ese estante y el abrelatas en ese cajón.

Rápidamente Gemma corrió a la ducha odiando el hecho que tenía el cabello hecho un asco y por lo tanto tendría que lavárselo, después de una de las duchas más rápidas de su vida corrió a su armario y saco un vestido rojo que le llegaba hasta medio muslo y tenía algunas rosas de tela en los hombros, peino su cabello y apenas le dio tiempo de ponerse labial rojo y mascara de pestañas antes de correr por los tacones y un poco de perfume.

— ¡Estoy lista! —gritó saliendo de la habitación mientras se ponía unos pendientes de oro en las orejas, encontró a Alex sentado en el sillón viendo televisión que apago a penas las escucho. Gemma no le prestó mucha atención y fue por su abrigo que colgaba junto a la puerta pero cuando tomo las llaves se dio cuenta que Alex no estaba detrás de ella así que regreso a la sala donde él sonreía un poco —¿Qué pasa? Es tarde.

—Tranquila, aun tenemos diez minutos, creo que batiste un record —ella sonrió y vio como él abría un poco los labios y expulsaba aire.

—Dios, eres como un sueño Gemma —ella sintió como sus mejillas se tornaban más calientes y de hecho soltó una risita nerviosa.

Corazón TatuadoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora