Capítulo veinticuatro.
Te habría escogido a ti.Gemma se sentó en la silla junto a Javi en el momento en que sonó la campana. Alex les dedicó una miradita y luego se centró en su oponente, Gemma por su parte jamás había estado tan nerviosa e impotente, sus entrañas se retorcían y su corazón amenazaba con salirse de su pecho. Eran seis rounds de los cuáles Alex llevaba uno y Barry dos.
Ambos boxeadores avanzaron hasta estar a un brazo de distancia, ambos cautelosos y totalmente concentrados. Barry era bueno ¿para qué negarlo? Se movía con agilidad y fuerza, estaba al nivel de Alex y eso preocupaba a Gemma. Barry soltó el primer golpe que Alex esquivó rápidamente, Gemma tomó la mano de Javi y la apretó con fuerza mientras veía el espectáculo frente a ellos.
Ambos lanzaron puñetazos inútiles que comenzaban a frustrarla, sin poder creérselo Gemma se levantó y gritó con todas sus fuerzas — ¡Puedes hacerlo Alex! ¡Golpéalo!
Todo pasó tan rápido que ella apenas pudo procesarlo. Un golpe en las costillas y luego otros dos en la mandíbula y Alex tropezó y cayó directamente al suelo.
—¡¡¡KNOCKOUT!!! —Gritó un tipo junto a ella, luego gritó un poco más en su oído — ¡Maldición tiraron a el Diablo!
Gemma estaba demasiado aturdida para pensar mientras veía el enorme cuerpo de Alexander caer como un tronco, un grito se atoró en su garganta y Javi la tomó de la mano y se abrió pasó entre todas las personas que intentaban ver lo que estaba pasando. Ahí estaba su hombre, todo grande, rudo y hermoso siendo atendido por otros tres hombres. Gemma apenas pudo contenerse, corrió a través de toda la gente y trato de llegar a él pero solamente choco contra la puerta de metal de la jaula mientras Javi trataba de alejarla.
— ¡Alexander! Suéltame, necesito verlo —gritó con desesperación arañando los brazos de Javier alrededor de ella pero él no la soltó mientras los hombres levantaban a Alex y lo sacaban de la jaula, los fanáticos abucheaban y empezaban a tirar cosas dentro de la jaula.
—Cálmate que primero hay que salir de aquí —le gruñó Javier y ella asintió dejándose arrastrar por él entre la multitud. Gemma estaba muy confundida, todo estaba yendo bastante bien pero de un momento a otro Alex solo cayó.
Con el corazón a toda velocidad siguió a Javier por unos pasillos pobremente iluminados hasta una habitación donde había un montón de gente reunida, Javier se abrió paso entre ellos empujándolos sin pedir permiso y cuando lograron entrar ambos sintieron que podían respirar con normalidad al ver a Alex sentado en un sillón con una toalla ensangrentada bajo la nariz mientras un hombre rechoncho le revisaba la cabeza.
—Estarás bien, hijo, solo fue un mal golpe —ella sintió como las lagrimas empezaban a caer por sus mejillas y debió hacer algún ruido porque Alex parpadeo varias veces en su dirección y se quito la toalla de la cara para hablar.
—Gemma —murmuró tendiéndole la mano, ella no dudo en ir allí y sentarse a su lado —No llores, copo de nieve.
—Jamás había estado más asustada —murmuró ella entre sollozos y Alex le paso un brazo por los hombros para atraerla hacia él, vagamente escuchó a Javier desalojar la habitación pero ella no estaba prestando atención, inconscientemente posó su mano en el tatuaje de Alex y lo sintió besar su cabeza.
Estaba bien, él estaba bien.
***
—Has estado muy callada desde que llegamos —Alex besó el hombro desnudo de Gemma, ella sólo se limitó a encogerse de hombros y continuar preparando sándwiches. Después de la pelea un hombre se acercó y le dio una tarjeta, curiosamente había sido el mismo hombre del teatro que lo ayudó a entrar, ese que andaba con la mujer embarazada. Su nombre era Josh Stryder y era el dueño del mejor gimnasio de Nueva York, quería entrenar a Alex y llevarlo al boxeo profesional, especialmente a la competencia de peso ligero. Él había estado tan feliz que ignoró todas las invitaciones y arrastró a Gemma hasta su departamento donde ni siquiera la dejó cerrar la puerta antes de devorarla contra la pared. Luego otras dos veces en su cama.
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Corazón Tatuado
RomanceUna noche de borrachera nos puede llevar a hacer cosas que ni pensábamos hacer ¿Pero tatuarse el nombre de una persona? Dicen que solo sucede en las Vegas, sin embargo nuestra historia se desarrolla en New York, hogar del duro boxeador Alex Nieves y...