Capítulo diecisiete.
La otra versión.Alexander se sentía cómo la mierda. Toda una semana de sentimientos reprimidos se habían salido de su pecho en cinco minutos que vio los ojos de Gemma.
La respuesta era simple pero a la vez complicada, algo muy contradictorio a decir verdad: la extrañaba y en algún rincón de su retorcida mente pensó que ella lo recibiría de brazos abiertos y lo perdonaría fácilmente.
Ahora se sentía tan patético.
"¿Cómo puedes terminar algo que no ha empezado?"
Dios, que lo mataran en ese momento dolería menos. Tal vez estaba siendo dramático, o tal vez no, lo cierto era que él estaba más allá de una simple ilusión, él realmente estaba empezando a tener sentimientos por ell y ella ni siquiera sabia si eran algo ¿Cuan patético era eso?
Alex caminó fuera de la zona residencial con las manos metidas en los bolsillos del pantalón mientras pateaba una piedra y suspiraba con melancolía. Decidió que se iría en metro, después de todo no tenía dinero para un taxi, hacia frio y no había muchas personas transitando por ese lado de la calle, pensó brevemente que si tuviera una botella en la mano y un par de mujeres de la calle tal vez se parecería a esa noche en que su borracho cerebro decidió que sería buena idea tatuarse el nombre de una persona desconocida.
Alex decidió que si alguien preguntaba diría que era por la actriz famosa.
Sintió un auto aproximarse demasiado y al darse la vuelta y ver el Mercedes gris solamente siguió caminando pero ella detuvo el auto y luego escuchó el sonido de los tacones contra el pavimento así que se detuvo.
—Alex, espera — Gemma apareció frente a él con una expresión triste —Déjame llevarte a casa.
—No, gracias —ella suspiró y le dio unos ojos de cachorro a los que él difícilmente podía resistirse.
—Mira, sé que dije algunas cosas que te molestaron —ella empezó pero él la detuvo acercándose hasta que se quedó callada por su cercanía, Alex la enfrento apretando la mandíbula.
— ¿Qué cosas exactamente, Gemma? —ella respiró ordenando sus ideas mientras enfrentaba esa intensa mirada y trataba de no tartamudear.
—Sobre que no somos nada —respondió casi sin aliento —Estaba molesta, todavía estoy molesta, de hecho.
—Vete a casa Gemma —dijo él alejándose y mirando calle abajo, ella noto su postura tensa pero negó con la cabeza.
—Estoy bastante segura que me debes algunas explicaciones —ella se cruzó de brazos y lo retó con la mirada, Alex alzó una ceja y sonrió un poco —No sonrías que no es gracioso y súbete al auto que voy a llevarte.
Alex quiso reír porque ella era la cosa más adorable toda sonrojada y firme, iba a decir que no pero algo le decía que ella no se iría hasta que dijera que si y él no la quería a esa hora tan expuesta para que cualquiera pudiera robarle o algo peor así que asintió y se metió al asiento del copiloto. Vio como Gemma se desinflaba con alivio y caminaba hasta la puerta del piloto, encendió el auto y le dio una breve mirada antes de arrancar.
— ¿Estás bien? —Gemma preguntó después de un rato y Alex simplemente se encogió de hombros mirando por la ventana, ella se sentía realmente nerviosa por su silencio —No has dicho una palabra desde que salimos.
De nuevo nada.
— ¿Alex? Por favor háblame.
— ¿Qué quieres que te diga? Ya has dejado muy claro como te sientes sobre esto—Ella lo pensó por un momento mientras se detenía en un semáforo, lo miró y él le devolvió la misma mirada furiosa que nunca había visto.
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Corazón Tatuado
RomanceUna noche de borrachera nos puede llevar a hacer cosas que ni pensábamos hacer ¿Pero tatuarse el nombre de una persona? Dicen que solo sucede en las Vegas, sin embargo nuestra historia se desarrolla en New York, hogar del duro boxeador Alex Nieves y...