Casi me había olvidado del epílogo pero aquí está y creo que es un final más digno para mis bebés. Gracias por leerme :)
Epilogo
Gemma despertó aquel día y como todos los días de las dos últimas semanas con la sensación de un cuerpo cálido detrás de ella, aun con los ojos cerrados paso una mano por el brazo que apresaba su cintura y como respuesta obtuvo un beso en la parte trasera de su oreja que hizo que temblara involuntariamente.
—Buenos días, preciosa —Gemma sonrió y abrió los ojos dándose la vuelta para encontrarse con la sonrisa adormilada de Alexander, ella al verlo con el cabello revuelto y los ojos medio abiertos no se resistió y se abalanzó sobre sus labios mientras ambos gemían.
—Buenos días —dijo ella con una sonrisa a lo que él bufó divertido, ella intentó alejarse pero él volvió a tumbarla sobre su pecho.
— ¿A dónde crees que vas?
— ¿Hola? Hoy es mi último show, debo ir al teatro —Alex pasó las yemas de sus dedos sobre su espina dorsal y ella arqueo la espalda por inercia haciendo que la mirada de él vagara hasta sus pechos desnudos.
— ¿De verdad? —respondió él totalmente distraído, Gemma soltó una risa y tomo la sabana para cubrirse —Espera, no seas mala.
—Alex ¿Sabes que día es hoy, no? —él asintió perdiendo todo rastro de diversión en su cara, hoy sería el ultimo show en Estados Unidos y mañana ella tendría que ir al aeropuerto temprano para seguir con la gira. Ninguno de los dos quería que el día de mañana llegara.
—Solo serán unos meses, Gems —dijo él acariciando su mejilla, ella suspiro porque no tenía idea de cómo sobreviviría esos meses sin él, después de dos semanas juntos el simple pensamiento de alejarse de sus ojos, el sabor de su piel o el tono ronco y rasposo de su voz le resultaba una tortura —Además, no es como si fuera a volar a donde quiera que estés para verte, no voy a rendirme tan fácil con nosotros.
—Ni yo —murmuró ella maravillada con la pequeña sonrisa que empezaba a formarse en los labios de Alex —De verdad tengo que irme.
— ¿Ni siquiera un rapidito? —Gemma carcajeo porque él realmente estaba haciendo pucheros.
—Tengo que verme con Leopold para desayunar —Alex frunció el ceño y la atrajo más hacia él.
— ¿Quién? —ella sonrió y paso una mano por su pecho haciendo que sus músculos se flexionaran bajo su toque.
—Leopold, el de la academia, ya te lo había dicho —Alex se incorporo lo suficiente para sentarse y aun tenerla sobre su pecho acariciando las puntas de su cabello.
—Gemma, sé que me dijiste de esto pero no te pregunte si realmente lo quieres —ella frunció el ceño y él suspiró —. Sé que dijiste que no lo haces por mi y te creo pero cariño, pensé que querías viajar por el mundo y por eso te fuiste de gira ¿Estás segura que quieres quedarte en Nueva York de forma temporal?
—Catherine me necesita —ella se alzó y le dio un suave beso en los labios —te amo por preocuparte pero si es lo que quiero. Amo bailar, Alex, es lo que quiero hacer hasta que me muera y me da igual hacerlo aquí en Nueva York o en París, la gira hasta ahora ha sido una experiencia increíble que nunca me arrepentiré de haber hecho pero no es el lugar para mi, mi lugar es aquí contigo y Catherine, mi casa.
—Te amo, copo de nieve — ella no pudo responder porque él les dio la vuelta y empezó a besarla, ella se dejó llevar rodeándole el cuello con los brazos y besándolo de regreso.
La verdad era esa, Gemma amaba bailar y le importaba poco la fama o el dinero que podría conseguir, solo quería seguir haciéndolo hasta que su cuerpo no diera más porque era para lo que estaba hecha y con lo que cantaba su alma. Leopold estaba muy interesado en ella porque al parecer se había convertido en una mini celebridad en el mundo de internet y al parecer eso le caería bien a su compañía, cuando Gemma lo invitó a ver el show no esperaba que le ofreciera un puesto de inmediato pero lo hizo así que ella tuvo que explicarle que tendría que terminar primero su tour antes de aceptar su oferta, también habían algunas revistas y programas de televisión locales interesados en hacerle una entrevista lo cual la emocionaba mucho.
Por otro lado estaba Catherine, a quien Gemma había visto tan sola que le rompió el corazón, le dio algo de consuelo el hecho de que encontrara a Jackson que parecía hacerla feliz. Pronto sus padres llegaron de su fin de semana muy contentos y despreocupados como si no tuvieran una hija de dieciséis años de la cual ocuparse, vieron a Gemma y sus sonrisas murieron, sobre todo porque Alex estaba a su lado. La madre de Gemma palideció y el padre solo le tendió la mano a Alex como si no lo conociera, probablemente se olvidó que lo conoció pero realmente fue muy cordial con él.
El problema vino cuando Alex se fue y Gemma habló con sus padres de llevarse a Catherine con ella cuando volviera de su gira, ellos se sorprendieron porque ni siquiera sabían que estaba de gira.
Gemma se fue porque no podía soportar estar en la misma casa de sus padres, Alex insistió en que fuera a su casa y después de que Rosalie la llamara y conversara con ella paso las siguientes dos semanas con los Nieves y de hecho no era tan malo, ella adoraba a la familia de Alex y el sentimiento era correspondido.
—Espera —Alex rompió el beso moviéndose lejos de ella, Gemma puso mala cara por la perdida y lo vio abrir el cajón de su mesita de noche y revolver dentro hasta dar con lo que quería, saco una pequeña cajita plateada y la abrió.
Ella se quedó sin aliento.
Era un hermoso y delicado anillo de plata con un (como no) copo de nieve en el medio, dentro del copo de nieve había algunos pequeños diamantes que centelleaban a la luz como diciendo: mira lo hermosos que somos.
—Es un anillo de promesa —explico sacándolo de su estuche y tomando la mano izquierda de Gemma —Sé que estás nerviosa porque nos separaremos un tiempo y con esto quiero mostrarte que aunque estemos separados una vida me tienes Gems, algún día que espero no sea muy lejos, prometo cambiar este anillo por uno de compromiso real.
Oh, Dios mío.
Él tomo su mano y deslizó el anillo en su dedo, ella se quedó con la boca abierta mirando su mano abierta unos segundos antes de dirigir sus ojos hacia Alex que le estaba dando una sonrisa suave de esas que solo eran para ella. Lo amaba demasiado.
—No necesitas comprar otro anillo —dijo ella tomando su mano para entrelazar sus dedos —porque jamás me quitare este.
Escucho la risa de Alex antes de lanzarse contra él, él se dejó caer hacia atrás llevándola con él y ella aprovecho para sentarse a horcajadas sobre él dejando un montón de besos por toda su cara mientras él sonreía complacido, ella sonrió y en ese momento supo que llegaría tarde a su desayuno con Leopold pero no le importaba, solo quería tener a su enorme boxeador con corazón de oro para ella sola por un par de horas más.
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Corazón Tatuado
RomanceUna noche de borrachera nos puede llevar a hacer cosas que ni pensábamos hacer ¿Pero tatuarse el nombre de una persona? Dicen que solo sucede en las Vegas, sin embargo nuestra historia se desarrolla en New York, hogar del duro boxeador Alex Nieves y...