Capítulo veintiocho

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Capitulo veintiocho.

Casa.

—Creo que me gustan más los trajes de esta obra que los de la otra —dijo Catherine mientras prácticamente se hundía en las perchas donde descansaban los trajes, Gemma sentada en el piso a su lado poniéndose las zapatillas solo sonrió.

—Tu hermana es como una mini tú —dijo Analise sentándose junto a Gemma —pero ella es más linda.

—Obviamente no—respondió Gemma.

— ¡Oí eso! —Cat salió de la pila de trajes sosteniendo un tutu blanco —Dios mío, estar aquí me hace sentir como si tuviera doce y estuviera en una tienda de disfraces.

—Esa es la parte divertida —dijo Analise guiñándole un ojo y levantándose para ir con el resto del grupo que ya empezaba a calentar, Gemma se levanto con la misma intención pero Cat la detuvo.

—Oye Gem, quería preguntarte algo —ella miro con atención a Catherine quien parecía nerviosa esquivando su mirada y moviendo sus dedos frente a ella —Bueno espero que no sea incomodo para ti pero... bueno, quería ya sabes...

—No, no se —respondió con una sonrisa y las mejillas de su hermana enrojecieron.

—Pues quería invitar a Jackson a tu presentación si eso no te molesta —ella vio a su hermana con ternura sin poder creer en lo tímidamente linda que era así que se acerco y le dio un largo abrazo antes de acomodar su cabello.

—Claro que si, incluso puedes invitar a toda su familia, se que a su hermanita le encanta el ballet.

—De hecho la metieron a clases por las tardes, supongo que después de que te vio en tu primera función se enamoro del ballet —Gemma abrió la boca para decir algo pero fue interrumpida por uno de los coreógrafos llamándola.

—Tengo que ir, no te alejes de aquí —Cat asintió y le deseo suerte mientras la veía ir corriendo al frente del grupo.

***

— ¡Alex! —Alexander fue arrollado por dos huracanes mellizos mientras entraba por la puerta de su departamento, él se agacho cargando a sus hermanitos con facilidad.

— ¡Miren que grandes están! Ya no los voy a poder cargar —ellos rieron y entonces él los estaba bajando para abrazar a su entusiasmada madre que le lleno la cara de besos y luego un despeinado Jackson a quien le hizo una llave y le froto el puño contra la cabeza.

— ¡Suéltame mastodonte lleno de esteroides! —se quejo tratando de zafarse y Alex rio soltándolo.

— ¿Qué? Que tengas dieciséis no te libra de mi —dijo lanzándole un puño que Jackson esquivo y luego le devolvió, Alex gruño cuando impacto contra su brazo.

—Muy bien ustedes dos ¡Hora del almuerzo! Déjense de tonterías —los separo y luego le dio un beso a Jackson antes de mandarlo a darse un baño, Alex no se resistió y le dio un abrazo a su madre disfrutando la sensación de sus caricias reconfortantes —Te extrañe mucho.

—Y yo a ti mamá —el timbre sonó y ella se alejo de él con una sonrisa y él alzo una ceja en su dirección pero ella solo siguió y abrió la puerta para revelar al tío Julio vestido todo elegante con una camisa de botones y pantalones caquis y una botella de sidra en la mano.

—Vaya vaya, pero si es mi sobrino —él se acerco y le tendió una mano a Alex que no tardo en estrechar y luego arrastrar a su tío para un abrazo —Mírate mijo, estas grandote.

—Me apuesto a que toma esteroides —dijo Jackson asomando la cabeza desde el pasillo junto a la sala, Alex le dio una mala mirada y él salió corriendo directo al baño, vio a su tío reír y palmearle la espalda para llevarlo al comedor, su madre se movía alrededor de la nueva cocina de acero inoxidable que amaba con locura.

Corazón TatuadoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora