Capítulo trece.

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Capítulo trece.
Consentimiento

Alex se removió en las suaves sábanas sin abrir los ojos, le dolía la garganta y la cabeza, estaba muy incómodo y se dio cuenta que la sábana se le había pegado en la mejilla. Se sentó en el borde de la cama frotando el sueño de sus ojos y moviendo su cuello que repentinamente le dolía demasiado. Entonces abrió los ojos y frunció el ceño.

Ésta definitivamente no era su casa.

Se dio la vuelta y no había nadie más en la habitación, suspiró aliviado y un poco consternado. La habitación tenía paredes blancas y pocos muebles, parecía que no era de nadie.

Entonces recordó.

Estaba en casa de Gemma.

Alex se levantó rápidamente y alcanzó la puerta un poco nervioso, revisó su ropa sólo para descubrir que estaba completamente vestido y arrugado. Por eso estaba tan incómodo. Alex bostezó y trató de estirarse un poco, caminó casi involuntariamente por el olor del tocino y los waffles.

Entró en lo que parecía una sala de estar, se sorprendió al ver que todo estaba pulcramente ordenado y limpio, toda la casa era de un color blanco con lila y verde. Parecía como si un decorador de interiores hubiera vomitado aquí pero en cierto modo era igual de bonito y acorde a Gemma. Se paralizó en la entrada de la cocina.

¡Él había besado a Gemma! ¡Joder!

- ¡Buenos días Alex! -Exclamó la dulce voz que en aquel momento lo atormentaba, Alex se obligó a enloquecer más tarde y entró en la cocina dónde Gemma se movía por todas partes haciendo el desayuno usando unos pantalones ajustados color marrón y una blusa blanca de flores,  su cabello estaba recogido en una cola de caballo y Javier estaba sentado en una pequeña mesa engullendo todo lo que tenía al frente con nada más encima que un par de bóxers.

- ¿Estás medio desnudo o aún estoy borracho? -Preguntó y Javi simplemente rió y comió otro waffle.

- ¿Estás intimidado por mi cuerpo de macho? -Alex rodó los ojos y sacó una silla para sentarse frente a su amigo.

-Muy gracioso Javier, pero diría que es más cómo cuerpo de mujer consumiendo esteroides -Alex tembló al escuchar una pequeña risa cantarina a su izquierda, Gemma ponía huevos y tocino en un plato y luego se acercó y lo puso frente a él. No pudo evitar sentirse nervioso -Buenos días Gemma, gracias por dejar que nos quedemos aquí y por el desayuno.

Ella le dedicó una sonrisa radiante que lo dejó sin respiración.

-No es nada -Luego se dirigió a Javi que comía con el ceño fruncido -No estés molesto Javi, creo que eres muy sexy.

Javi río y le lanzó un beso. Alex no pudo evitar gruñir y querer golpear a su amigo, sin embargo se contuvo a cometer asesinato.

-Nadie me ha explicado porque Javier no lleva ropa -La sonrisa de Javier fue aún más grande cuándo notó que Alex dejó de decirle Javi y ahora estaba jodidamente molesto. Gemma fue la que contestó ésta vez.

-Javi arruinó sus pantalones con miel y le dije que se los quitara para lavarlos, además su camisa estaba llena de vomito -Javier río bajito al ver cómo los ojos de Alex se suavizaban considerablemente al ver a Gemma hablar.

-Tal vez deberías quitarte los tuyos también -Exclamó Javier y Alex rodó los ojos.

-Estoy perfectamente bien, gracias -Y otra vez los ojos de Alex volvían a ser hostiles para Javier.

Comieron en silencio, hablando ocasionalmente para decirle a Gemma que la comida estaba deliciosa y el extraño interés de Javier en su gato. Gemma murmuró que iba a buscar la ropa de Javier y salió de la cocina. Javier no desaprovechó la oportunidad.

Corazón TatuadoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora