Capítulo 6: "Si tu amigo desaparece, búscalo en un prostíbulo."

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Me encontraba recostada en el sofá, asimilando lo que acaba de pasar hace poco. No lograba entender el por qué se comportó así el sádico conmigo. ¿Acaso se había vuelto más retrasado? O ¿Quizás simplemente quería verme hacer el ridículo? No sé cuál haya sido la razón por la que había actuado así pero si fue para reírse de mí, odiaba admitirlo, pero lo había conseguido.
Obviamente esto no se quedaría así, yo me vengaría de él. Pensé en decirle a Gin-chan, pero lo descarte inmediatamente puesto que iría a castrar a ese bastardo sin dudarlo más de dos veces. Y eso no es lo que yo quiero, lo que yo quiero es hacerlo sufrir por mi propia cuenta.
Comencé a pensar las diversas formas de torturarlo mientras en voz baja me reía al imaginar su cara de dolor y sufrimiento, definitivamente lo patearé cuando tenga su cabeza agachada pidiéndome perdón... Sí, eso será maravilloso.
-Veo que estas muy animada, Kagura-chan.- Mis pensamientos fueron interrumpidos por Patsuan, que se encontraba recogiendo la casa mientras me dirigía una mirada cálida.
-¡Claro que sí-aru!- Reí macabramente mientras recordaba al sádico de rodillas.
-Por cierto, Gin-san ya tardo mucho... ¿No crees?- Mencionó preocupado mientras se acomodaba sus gafotas.- Que irresponsabilidad por él, ya es un hombre adulto y sigue comportándose como un niño.
-Y tú sigues virgen-aru- Dije mientras me hurgaba la nariz con desinterés.
-¡Kagura-chan! No seas tan cruel.- Realmente era muy estúpido ese Cuatro-ojos.

Después de almorzar, bañarme y arreglarme como siempre, Gin-chan todavía no llegaba a casa y eso me empezaba a preocupar un poco, ya que él nunca llegaba tan tarde ¿Le habría sucedido algo?... No, Gin-chan no es tan débil ni mucho menos tan idiota para dejarse lastimar por alguien, pero aun así, realmente quería comprobar que se encontrara bien.
Tomé mi paraguas y me dispuse a salir en su busca.
-¡Kagura-chan! ¿A dónde vas?- Patsuan me detuvo con sus palabras.
-Iré a buscar a Gin-chan-aru.- Mencioné sin mirarlo mientras salía de la casa.

Busqué en los bares donde solía recurrir, pero no había señales de él. Ni siquiera mi hermana mayor Otae sabía sobré su panadero y eso me asusto más de lo que ya estaba, pues ella conocía muy bien los bares populares de Edo.
Después de una larga búsqueda y sin tener una sola pista de su panadero, caminé sin rumbo por aquellas –ahora– solitarias calles. No tenía la cabeza para pensar en nada más que Gin-chan estuviera bien, él era de la única familia que me quedaba y no quería perderlo.
-¡Kagura-chan!- Escuché la voz de Shinpachi detrás de mí, quien se acercaba corriendo para llegar a mi lado. Al estar finalmente, recuperó un poco su respiración y prosiguió.- Gin-san... Gin-san está en Yoshiwara...
Al escucharlo, corrí a la dirección de aquel lugar a lo cual Shinpachi me siguió. Mientras me preguntaba a mí misma por que no se me había ocurrido eso antes.

Cuando llegamos, nos dirigimos inmediatamente donde se encontraba Tsukki y Hinowa, ya que eran las personas más probables de saber sobre Gin-chan. Afortunadamente nos encontramos a la segunda sentada junto a Seita en las bancas de su casa.
-¿Saben dónde está Gin-chan-aru?- Mencioné al llegar sin ni siquiera saludar tomándolos por sorpresa.
-¡Kagura-chan!- Dijo Patsuan mientras me obligaba a bajar la cabeza en forma de respeto.- Lo siento Hinowa-san, Seita-kun...
-No hay problema, Cuatro-ojos.- Hinowa lo observó con cara sonriente.
-Hinowa-san...- Fue lo único que pudo pronunciar Shinpachi deprimido.
Miré alrededor de donde nos encontrábamos con la esperanza de ver a Gin-chan cerca aunque fuera vomitando en un poste de luz... pero desafortunadamente no fue así.
-Kagura, ¿Buscas a Gin-san?- Seita me interrumpió de mis pensamientos.
- ¿Sabes dónde está-aru?
-¡Claro! Está en la casa. Vamos, yo te llevo.
Seita camino dirigiéndose dentro de la casa, pero antes de seguirle mire a Hinowa esperando su aprobación para que pudiera ingresar. Cuando comprendió la situación, movió la cabeza aceptando que accediera.


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