El trayecto de camino a casa estuvo en completo silencio. Seguía en la espalda de Gin-chan, quien caminaba apresuradamente por llegar al Yorozuya para cubrirnos de aquella lluvia, Patsuan lo seguía de la misma forma, enojado y preocupado a la vez... sus vistas estaban enfocadas al frente.
El viento era frío al contacto haciendo que las gotas que caían, provocaran escalofríos en mi cuerpo entero. Mis pensamientos seguían en él, en esa fría mirada que me había dedicado, sentía que el odio inundaba por completo mi ser. Definitivamente no dejaría las cosas así, tendría que darme muchas explicaciones, lo torturaría para que se arrepintiera de haberme lastimado de esa forma tan cruel.
Observé mi reflejo en las vitrinas de las tiendas por las que pasábamos con apuro, mis ojos se veían huecos y vacíos con una expresión seria.
Los charcos alrededor de nosotros salpicaban a cada pisada originando manchas de lodo, ensuciando nuestras ropas aún empapadas: éramos un completo desastre.
Al llegar a nuestro destino, subimos las escaleras a prisa, abriendo la puerta de la casa bruscamente. Gin-chan me dejó en el sofá más cercano, para así, junto a Patsuan buscar algo con que secarnos y cubrimos del frío.
-Será mejor que tomen un baño.- Escuchamos una voz salir de la cocina, haciendo presencia.- Les hará mal estar así de empapados por la lluvia.
A escena salió mi hermana mayor Otae junto a Tsukki, Sadaharu, Kyuubei y Sa-chan, con una expresión de angustia en sus rostros.
-Hermana...-Susurró Patsuan impresionado.
-Vaya... ¿Qué ustedes no conocen la palabra privacidad?- Gin-chan les sonrió un poco al mismo tiempo que rascaba la parte trasera de sus cabellos rebeldes.
Observé a los presentes, se notaban preocupados por mí y eso era algo que me desagradaba, no quería ser una carga para ellos, preferiría guardarme este rencor y sufrimiento antes de seguir contemplando sus estúpidas caras intranquilas.
Me levanté, llamando su atención para dirigirme al baño sin mencionar palabra alguna. Me bañe lo más rápido posible para salir con mi pijama rosada y mi cabello -que ahora me llegaba a la mitad de mi espalda- completamente suelto. Al regresar donde se encontraban aún todos, pude notar como guardaban silencio al verme entrar en escena.
-Tengo hambre-aru.- Me senté en el único espacio libre que había en el sillón, hurgando mi nariz con desinterés.- Patsuan, aliméntame.
La expresión de Shinpachi era la misma que los demás, no pude evitar las ganas de golpearlo para que la cambiará, pero supuse que no sería buena idea... En su lugar lo observé fijamente esperando que moviera su estúpido trasero y acatara mis órdenes.
Como respuesta, suspiró un poco y trató de dedicarme una sonrisa, la cual resultó ser demasiada falsa, para después ir directo a la cocina.
Todos seguían con su aura de pesadumbre, desviando sus miradas de mí, cosa que agradecí.
Fingí bostezar para recargarme en las piernas de Tsukki quien se encontraba a un lado mío, tomándola por sorpresa.
-¡Ah!- Puse uno de mis brazos debajo de mi cabeza que seguía en sus piernas.- Se me olvidaba que Patsuan es muy lento cocinando-aru.- Hice un puchero al mismo tiempo que cerraba mis ojos.- Me dormiré un rato...
-Kagura-chan...-Mi hermana mayor Otae me nombró, casi como un susurro.
Segundos más tarde, la mano de Tsukki empezó a acariciar con delicadeza mi cabello, no puedo negar que aquella sensación se sentía muy bien, expresaba una extraña protección estar de esa forma con ella, pude deducir que mis mejillas se sonrojaron un poco... finalmente encontré un poco de paz en mí.
-Tsukki.- Sobresalió la voz de Gin-chan.- Yo también tengo sueño.
A pesar de tener mis ojos cerrados, pude sentir como esta le lanzaba un Kunai haciendo que Gin-chan gritara por el dolor.
-¡No seas cruel, cariño!- Gritó resentido.
-¡Gin-san!- Esta vez habló la masoquista de Sa-chan.- ¡Si quieres puedes usar mi cuerpo entero para dormir!
-Sa-chan.- Mi hermana mayor Otae habló con la tranquilidad que la distingue, lanzándole lo que parecía ser un objeto a la acosadora de Gin-chan.- No es momento para que pienses en hacer cosas pervertidas.
Al fin estaban actuando de forma cotidiana, eso me hizo relajar aún más. Poco a poco el sueño me fue ganando hasta que quedé completamente dormida, alrededor de ese grupo de idiotas.
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True love
FanficCuando dos idiotas se cruzan, es desastre seguro. Pero cuando estos se enamoran es imposible que algo pueda separarlos; Kagura es una chica agresiva que no deja intimidarse por nadie y Sougo un sádico por naturaleza, ¿Podrán consumar al fin su amor...