Capítulo 38: "True love."

1.5K 120 31
                                    

¡ 0 !

¡Finalmente el capítulo final de esta historia! :D

Y ahora si puntal :v

--------------------------------------

Sueño

-Dime China, ¿Realmente ustedes son capaces de aceptar cualquier trabajo por dinero?- Dijo el gorila levantándose del asiento mientras me miraba fijamente.- Si es así, tengo un trabajo para ti de parte de todo el Shinsengumi, por favor... Acéptalo.
Esta vez hizo una reverencia, lo miré apenada mientras me preguntaba... ¿Tan importante era el sádico para todos ellos? Me dediqué a observar aquel idiota con mirada perdida.
-Está bien-aru.
El gorila se levantó con alegría, dedicándome una sonrisa.
-¿De qué trata el trabajo-aru?- Hurgué mi nariz mostrando desinterés.
-Es fácil.- Respondió contento.- Solo te pedimos que lo distraigas y nos ayudes a recuperar su sonrisa de felicidad.
-¿Eh?- Lo miré desconcertada.- ¿Cómo se supone que haga eso-aru? Distraerlo será algo fácil, pero... ¿Hacerlo sonreír de felicidad? Imposible, de él solo puedo esperar sonrisas sádicas-aru.
-¡Por favor, China!- Me rogó.- ¡Te aseguro que te pagaré muy bien!
Lo pensé con detenimiento, en realidad no era una misión muy difícil... pero dudaba poder ser la persona que necesitaban para eso.
-Pero... Yo solo me la paso peleando con él-aru.
-¡Eso es suficiente! Estoy seguro que eso será suficiente.
-¿Quieres que peleé con él-aru?- No entendía como eso haría que él sonriera.
-¡Sí!- Me dio la razón.- Exactamente eso.
Lo miré con duda... ¿Realmente sería una buen idea?
-Si tú lo dices-aru...- Me dispuse a ir con el sádico, pero me detuve al olvidar un asunto importante.- Por cierto, ¿Cuál será mi recompensa-aru?- Sonreí con hipocresía.
-¡Lo que desees!
-¿Lo que yo quiera-aru?- No me había esperado esa respuesta.
-Solo di que es lo que quieres.
Me mantuve pensativa varios minutos sobre el tema, realmente no sabía que pedir a cambio. Pensé en dinero, pero no me sonaba a algo conveniente, así que llegué a una conclusión:
-Déjame pensarlo-aru.

Fin del sueño

Abrí mis ojos con pereza al despertar. El tiempo había pasado, al igual que el día en que el gorila del Shinsengumi me había pedido devolverle la felicidad al sádico, el cual ahora se encontraba a un lado mío. Tenía mi cabeza recargada en su hombro con su chaqueta del Shinsengumi en mis hombros, podía sentir su brazo rodearme, tocando mi cabeza.
Me levanté con cuidado para observarlo, se encontraba durmiendo con tranquilidad, se me hacía un desperdicio tener que levantarlo, pero ya se nos había hecho tarde. Toqué su mejilla dándole pequeños golpes tratando que se levantara.
-Levántate, flojo-aru.- Aumenté la fuerza en que lo golpeaba.- Se nos va hacer tarde.
-Cinco minutos más...- Me abrazó tratando de dormir de nuevo.
-Nada de cinco minutos más-aru.- Lo alejé de mí.- ¡Todos nos deben de estar esperando!
Finalmente el sádico se dio por vencido y se levantó para emprender una caminata conmigo hacia el Yorozuya.

Había pasado mucho tiempo desde que estuve aquí, me sentía nostálgica al volver al lugar que había sido como mi hogar. Entré después de tocar la puerta junto al sádico, avisando de nuestra llegada.
-¡Gin-chan! ¡Tsukki! ¡Hemos llegado-aru!
Al escuchar mi voz, una mujer de cabellos dorados y ojos purpura salió de la cocina con un delantal rosa de fresas en mano. Lucía un kimono hasta las rodillas negro con estampados de hojas de otoño, mientras que su ahora corto cabello se encontraba suelto. Pero lo que más la destacaba, era la manera en que acariciaba su vientre.
-¡Kagura, Sougo!- Se acercó, dedicándonos una sonrisa.- ¡Me alegro que estén de vuelta!
-¡Tsukki!- La abracé para después tocar su vientre.- ¿Cómo estás, mi pequeña hermanita-aru?
La de cabellos rubios me observó sonriente ante mi acción.
-¿Pequeña hermanita? Estas equivocada, Kagura.- Gin-chan apareció en escena.- Será niño, así que es pequeño hermanito.
Se acercó a su ahora esposa, abrazándola por la espalda.
-Yo quiero que sea niña-aru.- Me hurgué la nariz.- ¿Verdad que tú también, Tsukki?
-Bueno, en realidad no me importa mucho eso.- Acarició su vientre con ternura.- Lo amaremos de todas formas, ¿No es así, Gintoki?
Gin-chan sonrió asintiendo con la cabeza. Por mi parte, no podía dejar de observar aquella hermosa escena con ternura, me daba mucho gusto saber que Gin-chan había hecho su vida con una mujer como Tsukki, les deseaba la mayor felicidad, juntos.
-Creo que deberíamos irnos ya.- Interrumpió el sádico.- Se hace tarde.
De esa forma, nos dirigimos todos al Dojo de los Shimura.

True loveDonde viven las historias. Descúbrelo ahora