Las horas pasaron rápidamente y casi todos se habían retirado, lo cual me relajó ya que mi cuerpo seguía en recuperación por todo lo que acababa de pasar.
Tenía una bandeja con sopa, gelatina y un jugo de naranja al frente. Esto me maravilló pues en todo el día no había comido nada.
-¿Te gusta la comida, Kagura-chan?- Me preguntó Shinpachi a un lado mío, sonriente.
-¡Sí-aru!- Le respondí a punto de tomar otro sorbo de la sopa.- Pero creo que no me llenará completamente-aru...
-¿Quieres que vaya a comprarte algo?- Mencionó Gin-chan tras escuchar mis palabras.
-Mm... Me gustaría comer un poco de Sukonbu-aru.
-Pero Kagura-chan... no estoy seguro que sea muy buena idea que comas eso.- Me confesó Patsuan preocupado.
-¡Tonterías!- Gin-chan le contestó alegre.- Nuestra Kagura es muy fuerte. Iré a comprar tu mierda esa, ¡Ahora regreso!
Salió dejándonos a Shinpachi y a mí solos en la habitación. El silencio predominó y decidí romperlo:
-Cuando... cuando estuve en coma, yo pude escuchar lo que me decías-aru...- Lo observé con preocupación.
Al confesarle eso, me miró sorprendido por un momento y después agachó su cabeza evitando verme a la cara.
-Siento preocuparte con mis estupideces, Kagura-chan.
-Creo que deberías decirle cómo te sientes-aru.
-No quiero que me vea como una molestia.
-Sé que ella no lo hace-aru. Mi hermana mayor Otae te valora más a ti... Debe estar triste porque no le hablas.
Patsuan me observó con ojos de pasmo, supuse que no había pensado en esa posibilidad.
-¿Crees que me odie?
-Ella nunca hará eso. Tenlo por seguro.-Le dediqué una sonrisa sincera, provocando que él hiciera lo mismo.-Ahora apresúrate. No quiero que te quedes mucho tiempo aquí, lo virgen puede ser contagioso-aru.- Mencioné con cierta malicia.
-Eres cruel, Kagura-chan.- Se deprimió un poco, dirigiéndose a la puerta abriéndola, para después voltear a verme preocupado.- ¿Segura que estarás bien sola?
-No estoy sola-aru.- Miré hacia la puerta dando a conocer la presencia de aquel sádico de cabellos castaños.
-Okita-san.-Observó sorprendido para después hacer una reverencia.- Por favor, cuide a Kagura-chan en mi lugar.
Y sin más, salió corriendo en busca de mi hermana mayor Otae.
El sádico entró a la habitación sentándose a mi lado. Observó la bandeja que tenía al frente de mí e hizo una mueca de asco.
-Odio la comida de hospital.- Comentó con desagrado.
-Es para mí-aru, así que no te afecta a ti.- Lo miré con burla mientras probaba otra cucharada de la sopa.
-Claro que si.- Se defendió, acercándose a mí.- Cuando te bese tendrás ese maldito sabor en la boca.
Me sonrojé al mismo tiempo que lo escuché y escupí la sopa sobre él.
-¡Qué asco, China!- Se limpió la cara con su chaqueta del Shinsengumi.
-¡Es tu culpa por decir eso tan de repente-aru!- Le dije, limpiando mi boca de los restos de la sopa.
En ese instante, Gin-chan entró a la habitación con mi pedido en mano.
-Pero miren a quien tenemos aquí...- Miró a Sougo sádicamente.- ¡Romeo enamorado!
No pudo evitar su burla y comenzó a reírse en la cara del sádico, el cual lo observó molesto.
-No es gracioso, Jefe.
-¡Claro que sí lo es!- Gin-chan parecía a punto de hacerse del baño en los pantalones, lo cual me provocó reírme igual, haciendo que el sádico se enojara aún más.
-Espero y se siga riendo cuando le diga a la China del pagó de la estancia...- El sádico le dirigió una sonrisa aterradora a Gin-chan quien se calló finalmente.
-¿S-serías capaz, Souchiro-kun?... ¿Trai-traicionarías a tu padre?- Repitió asustado.
-Sí...- Reafirmó el sádico feliz por la expresión de Gin-chan.
-¿Qué sucede con pago-aru?- Pregunté como si no supiera lo que pasaba.
-¡Nada, Kagura!- Gin-chan se veía nervioso, lanzándome en la cara la caja del Sukonbu.- Tú come esta mierda.
-¡Maldito!- Le grité enojada.- ¡¿Por qué me lo lanzas-aru?!
-China.- El sádico me miró fijamente, abrazándome y haciendo que me sonrojara.- ¿Saldrías conmigo a una cita mañana?
-¿Eh?- Eso fue lo único que salió de mi boca, estaba confundida. Nunca antes me había pedido una cita y no sabía que responderle.
-No te preocupes por el trabajo, el jefe comprende que necesitamos nuestro espacio.- Observó a Gin-chan sádicamente y prosiguió.- ¿Cierto, Jefe?
-¡Claro que no hay problema, hijo mío!- Puede notar como Gin-chan se mostraba molesto por cómo me tenía Sougo pegada a él, ya que una vena enorme resaltaba en su sien.- Pero...- Sonrió orgulloso, desconcertando al sádico- En el estado en el que se encuentra no la dejaré salir, no es bueno para ella...
-No se preocupe, PADRE.- Remarcó la última palabra al mismo tiempo que le sonreía con malicia.- No me molestaría estar en su casa cuidando de mí N-O-V-I-A.
La escena duró un buen tiempo así en el que ellos dos se dedicaban miradas de odio. No pude dejar de pensar en lo que el sádico había dicho: que cuidaría de mí el día de mañana. Me sentí un poco feliz y nerviosa al imaginarlo, pero también preocupada por la expresión que Gin-chan mostraba por la idea.
Los chicos realmente son extraños.-----------------------------------------------------------------------------------------
Esperemos y Gin-chan junto al sádico cuiden bien de Kagura-chan :v
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True love
FanfictionCuando dos idiotas se cruzan, es desastre seguro. Pero cuando estos se enamoran es imposible que algo pueda separarlos; Kagura es una chica agresiva que no deja intimidarse por nadie y Sougo un sádico por naturaleza, ¿Podrán consumar al fin su amor...