El baño de la casa no era tan grande que digamos, pero era muy agradable para relajarse. Tsukki se encontraba tañando mi espalda con cuidado, agradeciendo el tacto con el que lo hacía.
-¿Así está bien?- Me preguntó preocupada.
-¡Sí-aru!- Respondí feliz por su ayuda.- Ahora te toca a ti, Tsukki.
Me dio la esponja y se dio vuelta para que la ayudará a tallarle la espalda. Sentí un poco de envidia al mirar de reojo su perfecto cuerpo, ya que yo era todo lo contrario a ella.
-Tsukki, ¿Crees que en algún momento tendré un cuerpo como el tuyo-aru?- Le pregunté haciendo que se avergonzará un poco.
-Claro que si.- Dijo con seguridad.- Ya verás que cuando estés más grande serás la envidia de Edo.
Sonreí imaginando eso, definitivamente Tsukki tenía razón.
-¡Soy la Reina del Distrito Kabuki, la más hermosa-aru!- Traté de imitar a un personaje de la Jump que Gin-chan leía, provocando que termináramos las dos riendo.
-Bueno, ahora es momento de entrar a la tina.- Me ayudó a levantarme para entrar en ella.
Nos relajamos cada quien por su lado, observe la tranquilidad que transmitía Tsukki.
-Me recuerdas un poco a ella-aru...- Le confesé mientras ocultaba mi rostro en el agua.
-¿A ella?- Me preguntó con cierta duda.
-A mi Mami-aru- Contesté observando su reacción.
Estaba sorprendida por lo que acababa de decir, pero poco después me dedicó una cálida sonrisa.
-Realmente la extrañas, ¿Verdad?
-Demasiado-aru...- Confesé tristemente.
-¿Sabes? Dudo mucho que ella este feliz de verte recordándola con esa expresión en la cara.- Trató de alegrarme.
-Tienes razón-aru...- Sonreí.
-Además, Gintoki se preocupará más si te ve tan deprimida.- Lo mencionó con una sonrisa en la cara.
Al parecer Tsukki conocía muy bien a Gin-chan y hasta lo que yo tenía entendido, a Gin-chan le interesaba ella, lo cual me hizo preguntarme si Tsukki sentía lo mismo así que cometí la osadía de preguntarle:
-Oye, Tsukki... ¿A ti te gusta Gin-chan?
Reaccionó colorándose totalmente la cara, al parecer hablar de eso le daba vergüenza.
-Por mí no habría problema con eso-aru. Definitivamente harían una bonita pareja.- Le sonreí con sinceridad.
-¡Kagura!- Contestó aún apenada.- ¡Gintoki no me piensa en mí de esa forma y por supuesto yo tampoco!
Definitivamente a ella le gustaba, pero sus palabras me hicieron pensar que Gin-chan era malo expresando sus sentimientos... tenía que hablar seriamente con él sobre eso.
-¡Mejor dime como va tu relación con el chico del Shinsengumi!- Trató de cambiar la conversación.
La miré impresionaba para después alejar mi mirada hacia el agua. La situación era mala, sentía que él debería estar preocupado por mí, posiblemente estaría muy molesto por eso y el Shinsengumi sería un destrozo. Me compadecí de Mayora al tener que soportarlo.
-¿Sucede algo?- Me sacó de mis pensamientos debido a mi silencio.
-Tsukki... ¿Qué debería hacer si él y yo tenemos un problema-aru?- Me atreví a pedirle un consejo.-
La miré fijamente esperando una respuesta coherente. No había querido preguntarle a Gin-chan ya que sospecharía y haría algo estúpido, pero con Tsukki era diferente sabía que ella no se dejaría llevar por sus instintos.
-Hablar con él.- Contestó seriamente.- No es bueno que la pelea duré mucho, lo mejor es resolver los problemas como personas civilizadas.
-Supongo...- Tsukki tenía razón, debía hablar con él lo más pronto posible.
Minutos más tarde, salimos de la tina para dirigirnos al espejo que se encontraba cerca. Tsukki me ayudo a vestir mis ropas, para después colocarse nuevamente su kimono tradicional, amarrando su cabello como habitualmente lo hace.
Me quedé contemplando mi imagen en el espejo mientras ella seguía peinándose. Mi cabello seguía mojado haciendo que cayeran pequeñas gotas de agua.
-¿Quieres que te ayude a peinarte?- Tsukki quien ya estaba lista, ahora se encontraba a mi lado.
Asentí con la cabeza, empezó a dividir mi cabello en dos partes para hacer mi peinado característico. No obstante, la detuve con mi mano.
-Quisiera un peinado diferente-aru...- Se sorprendió un poco pero inmediatamente sonrío para hacer caso a mi petición.Saliendo del baño, nos dirigimos a la sala para el almuerzo. Me sentía mucho mejor ya que sentía que mis fuerzas habían regresado, aliviándome completamente. Lucía el cabello sujetado por uno de mis adornos cotidianos en la parte de arriba, dejando la mayor parte suelta.
Al entrar, Shinpachi me miró sorprendido.
-¡Wow! Kagura-chan te ves muy bien.- Patsuan me hizo un cumplido.
-Claro-aru.- Mencioné con vanidad.- Yo siempre me veo bien.
Voltee a ver a Gin-chan esperando que comentara algo bueno, pero en vez de eso lo encontré llevando su Jump como si nada. Lo miré enojada y Tsukki al darse cuenta de esto mencionó:
-Gintoki, ¿No le dirás nada a Kagura?
Me miró de reojo, acto seguido prefirió concentrarse nuevamente en su Jump.
-¿Piensas ir a verlo?- Me preguntó con desinterés.
-¿A quién-aru?
-A Souchiro-kun, por supuesto.- Respondió volteando a verme.
-Se llama Sougo.- Lo corregí tratando de evitar mostrar una expresión triste.- No, no lo haré-aru.
No hasta el momento, tenía que pensar en lo que le diría, no quería lucir más estúpida frente a él.
Me dirigí a sentarme en el sofá a lado de Gin-chan, agarrando el plato situado en la mesa de Onigiri que Patsuan me había prometido. Por su parte Tsukki permaneció en la entrada fumando su Kiseru.
Comencé a comer mientras que ellos permanecían en silencio, de la nada Gin-chan dejó la Jump en la mesa para agarrar su espada de madera y dirigirse a la salida.
-Vamos.- Agarró a Tsukki del brazo tomándola por sorpresa.- No debes fumar dentro de una casa completamente cerrada.-Y sin más se la llevo afuera con él.
Terminé de comer rápidamente mi plato y me levanté de mi asiento para tomar mi paraguas.
-Kagura-chan, ¿Vas a salir?- Me preguntó Shinpachi cuando notó mi acción.
-Si-aru- Le respondí mientras salía de la sala.- Definitivamente Gin-chan se trae algo entre manos.
-Te acompaño.- Patsuan se levantó de su asiento.
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True love
FanfictionCuando dos idiotas se cruzan, es desastre seguro. Pero cuando estos se enamoran es imposible que algo pueda separarlos; Kagura es una chica agresiva que no deja intimidarse por nadie y Sougo un sádico por naturaleza, ¿Podrán consumar al fin su amor...