Capítulo 10: "No todos los sueños representan un deja vu."

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No sabía en qué lugar me encontraba, nunca antes había imaginado que un paraíso de gran magnitud existiera en este universo. Caminé admirando cada detalle del lugar: enormes paredes y extensos suelos estaban cubiertos completamente por lo que era una de mis mayores adicciones: Sukonbu.
Sostuve varios en mis manos de la pared de alado, masticándolos al mismo tiempo que subía lo que parecía ser la escalera de una larga torre.
-¡Kagura!- Escuché que me llamaban por detrás, provocando que girara sobre mis talones para saber de quien se trataba.- ¡Por favor, huya príncipe!
Unas gafas voladoras me suplicaba con desesperación.
-¿Príncipe-aru?- Me sentía confundida, ¿Qué no sería una princesa?
-Ellos han venido a matarlo.- De igual manera, una espada de madera hizo su aparición.- ¡Huya, bestia!
-¡¿A quién llamas bestia, bastardo-aru?!- Sostuve con furia la espada, tratando de "ahorcarla".- ¡Y tú también malditas gafas, ¿A quién llamas príncipe, idiota!? ¡Soy una hermosa chica!
Los dos objetos guardaron silencio tras mis palabras, observándose desconcertados.
-¿De qué habla, príncipe?... Usted es una bestia.
Traté nuevamente de reclamarles, esta vez tratando de golpearlos pero mi acción fue detenida al observar mi brazo, el cual ahora estaba completamente peludo simulando el de un oso, lo que provocó que me girara a ver a una de las pocas ventanas existentes del lugar, comprobando que realmente era una bestia.
-¡¿Qué demonios-aru!?- No podía creer lo que veía.
-¡No tenemos tiempo, príncipe!- Las gafas subieron las escaleras.- ¡Sígame!
Terminé por acatar sus órdenes, corriendo al lado de la espada de madera. Al terminar las escaleras, se encontraba una puerta que nos condujo a lo que parecía ser un balcón enorme, el sol brillaba con brusquedad provocando que tratará de ocultarme de él.
-¿Dónde está mi...?- Me interrumpí a mí misma al comprobar que estaba sola.
O eso pensaba, sin previo aviso: una espada atravesó mi cuerpo provocando que gritara de dolor.
-¡Nunca dejaremos que nos quites a nuestra princesa!- Caí de rodillas al mismo tiempo que me giraba a ver al portador de aquella arma.
El vice capitán del Shinsengumi se encontraba vestido por un atuendo rojo, mostrando una postura correcta empuñando la espada de la que corría mi sangre.
-Toshi...- Dije muy a penas.
Atrás de él, varios campesinos sosteniendo antorchas me observaban con repudio, algunos poseían rostros conocidos, como el gorila del capitán y el adicto al Anpan.
-¡Deténganse!- Una voz conocida interrumpió la escena.- ¡Él no es mala persona!
Okita Sougo trataba de controlarlos, él usaba... un vestido amarillo.
-¡Jajaja!- Me reí al contemplarlo.- ¡Te ves ridículo-aru!
El sádico solo me observó enojado, provocando que guardara silencio.
Sin previo aviso, Toshi me lanzó una patada provocando que cayera a una considerable altura.
-¡China!- Sougo trató de alcanzarme extendiendo su mano, pero lamentablemente ya era demasiado tarde.- ¡Kagura!

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-¡Bastarda, levántate ya!- Sentí como me golpeaban en la cabeza.
-¡Auch!- Me quejé de dolor, levantándome.
Me senté dentro del armario, mostrando pereza. Anoche me había desvelado con Gin-chan viendo la película del Bello y la bestia, la cual resultó ser mi pesadilla, todo había sido un mal sueño.
Al frente de mí se encontraba el sádico junto a Gin-chan y Shinpachi.
-¡Estúpido!- Gin-chan agarró bruscamente al sádico de su chaqueta, amenazándolo.- ¡¿Acaso así planeas tratar a nuestra Kagura en su relación?!
-Jefe.- Levantó las manos declarándose inocente.- Llevamos media hora tratando de hacer que se despertara, no tenía alguna otra alternativa.
-¡Ah!- Se enojó aún más.- ¡Quieres que te mate, bastardo!
-¡Gin-san!- Patsuan los separó.
-China.- El sádico se dirigió a mí, ignorando a los presentes.- Alístate, vamos a salir.

Después de bañarme y usar mi ropa habitual. El sádico y yo nos encontrábamos caminando lado a lado a una sola dirección, no me había querido decir nuestro destino. Y para que no tratara de hacerle más cuestionamientos, me compró una caja de Sukonbu, así que decidí darle gusto solo en esta ocasión.
Mi impresión al saber nuestro destino al detenernos, provocó que el trozo que masticaba, cayera.

El cuartel del Shinsengumi realmente era gigantesco, estaba segura que sería más fácil de salir de un laberinto que de este sitio. Me encontraba nerviosa sentada a un lado del sádico, por lo que había entendido, Sougo, le había pedido al gorila de su jefe hablar sobre un asunto importante el día de hoy a esta hora: sobre nuestra relación.
No puede evitar recordar el sueño que había tenido en la mañana... ¿Y si se había tratado de un deja vu? Esa pregunta torturaba mi cabeza con pesadez, me sentía intranquila y más insegura que nunca. Supuse que el sádico lo notó, ya que no dejaba de observarme lanzándome pequeñas sonrisa para que me relajara un poco. Y cuando finalmente me sentía mejor, todo se fue al carajo cuando se abrió la puerta mostrando a un nombre bronceado de cabello castaño junto a otro de cabellos negros que formaba un copete en forme de V: Kondo y Toshi.
Observé al último hombre con odio, él tenía un cigarro entre sus labios, nunca olvidaré que me mató en mi sueño.
-¿China?- El gorila acosador me observó extrañado.- ¿Qué haces aquí?
-Ella está involucrada con la razón por la que lo cité aquí, Kondo-san.- El sádico aclaró.
-Ya veo.- Sonrió.- Bueno, entonces dime.
Sougo estaba a punto de hablar, pero cambio su acción guardando silencio al mismo tiempo que observaba a Toshi.
-¿Qué hace Hijibaka aquí?- Regresó su vista al gorila.- No lo llamé a él.
-¡Vamos, Sougo!- El capitán del Shinsengumi se sentó con las piernas cruzadas, colocándose al frente del sádico y de mí.- Yo le dije a Toshi que me acompañara.
Toshi y Sougo intercambiaron miradas fijas por varios segundos, tuve que agarrar al sádico del hombro para que recordara porque nos encontrábamos aquí, tomando por sorpresa a los presentes.
-Gorila.- Lo observé seria.- El sádico de mierda y yo somos novios-aru.
Lo solté sin rodeos. La habitación se encontraba en silencio, solo estaba presente el intercambio de miradas, en el cual Toshi y el gorila nos contemplaban con los ojos abiertos.
-Es cierto.- Confirmó el sádico sosteniendo mi mano con la suya.- Estoy enamorado de esta estúpida china... Y quiero que reconozca nuestra relación,Kondo-san.
Por su parte, Kondo seguía igual de impactado, mientras que el adicto a la mayonesa dejó caer su cigarro al suelo.
De la puerta que ahora se encontraba entreabierta, se escucharon varias voces conburla.
-¡¿En serio ese es el capitán sádico de la primera división?! ¡Jajaja!
-¡Is ciirti, istiy inimiridi di isti istipidi chini...Y quiiri qui ricinizci nuistri riliciin, Kindi-sin!
Todos rieron ante esa mala imitación. El sádico solo se levantó, tomó su bazuca y los lanzó a volar a todos, nadie se podía reír de él. Por mi parte, sonreí sádicamente pensando en el arrepentimiento que debían sentir aquellos bastardos.
-Sougo, China.- El gorila llamó nuestra atención.- Si estar juntos los hace feliz, por mí no hay ningún inconveniente en su relación, ¡Sabía que eran el uno para el otro! ¡Felicidades!- Sonrió alegre.- ¿Qué opinas tú, Toshi?
El adicto a la mayonesa, sacó de su chaqueta un nuevo cigarro y lo encendió.
-Lo mismo, mientras Sougo no lo utilice de excusa para saltarse el trabajo y sus deberes.
El sádico se quejó aún levantado, girando su cabeza y cruzando los brazos.
-Estúpido Hijikata.
-¡Idiota-aru!- Me lancé a él provocando cayéramos juntos al suelo, donde lo empecé a golpear.- ¡Me querías usar de excusa, ¿Verdad?!
-¡Te juro que no, mi china!- Se levantó alejándose, podía ver por la sonrisa que me dedicaba que se estaba burlando de mí.- ¡Nunca te usaría para saltarme el trabajo...! Creo.
-¡Maldito-aru!- Me colgué de su espalda, mordiendo su estúpida cabeza de hongo.
Él solo trataba de bajarme. Y por lo que pude notar, Toshi y Kondo sonreían contemplándonos.
-¡Sougo!- El gorila habló, y nosotros nos detuvimos.- Recuerda que tenemos una misión importante hoy. Lleva a tu novia a su casa, no es bueno que la dejes ir sola.- Me observó, provocando que me sonrojara por llamarme la novia del sádico, del cual todavía me encontraba en su espalda.
-No tardes mucho.- Dijo Toshi.- Te estaremos esperando.
El sádico asintió a sus palabras, después caminó a la salida de la habitación aún conmigo colgada en la espalda.
-Vamos, china.- Mencionó colocando sus manos debajo de mis piernas, cargándome–ahora voluntariamente– en su espalda.- Te llevaré así como disculpa.- Contestó al ver mi rostro sorprendido.
Me sujeté de él con fuerza, no pude evitar sonrojarme aún más. Su espalda era demasiada cómoda, además desprendía un olor fascinante que me provocaba querer que el camino al Yorozuya fuese eterno.
-¿Oye, están de broma?- Escuché a uno de los integrantes del Shinsengumi susurrar a su compañero.- ¿En serio esa chica es novia del capitán de la primera división? No se ve para nada una chica interesante, ni siquiera sabe comportarse como una novia.
-¡Shh!- Lo calló el otro.- ¡Te pueden oír, idiota!
Recargué mi cabeza en el cuello del sádico pensando en la conversación de aquellos hombres... Era cierto, no sabía como comportare como una verdadera novia. Cerré los ojos para después suspirar pesadamente.

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Si, estuve viendo la película de la Bella y la bestia :v
Y me dije, ¿Por que no? uwur

¡Gracias por el apoyo! :'3


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