Un grito en el medio de la noche.

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//N.A: ¡Hola! Espero que disfruten este capítulo tanto como yo disfruté escribirlo. ¡No olviden comentar y decirme lo que piensan que pasará xD! Besos.//

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Hannibal no tardó mucho en tomar a Abigail entre sus brazos, ni siquiera se molestaría en vestirse, no tenía tiempo, sería un padre preocupado llevando a su hija a la guardia del hospital general de Florencia por un intento de suicidio.

Y estaba por salir de allí cuando se topó con la expresión imperturbable de Clarice, que, cruzada de brazos, observaba la escena.
No parecía tener miedo de las consecuencias que esto pudiera tener para ella, sobre todo porque Hannibal no parecía ni enfadado ni tampoco preocupado.

Una parte de su mente se preguntó si ese hombre sería capaz de experimentar sentimientos.

—Se acerca el final, Clarice. Espero que tengas un buen plan en mente para salir del lio en el que tú misma te metiste. —

—Lo tengo.— fue la sencilla respuesta de ella antes de hacerse a un lado para permitirle a Hannibal pasar junto con Abigail, quien seguía inconsciente entre sus brazos.

Solo habían pasado diez minutos desde que Lecter se marchó, cuando Will llegó al lugar.

Había escuchado acerca de un tal Román Fell, había investigado y había descubierto relativamente fácil que esa identidad había sido robada. No había que atar muchos cabos para darse cuenta de quién sería el impostor. Al menos él no necesitaba hacerlo, conocía a la perfección a Hannibal y nadie era capaz de seguirle el rastro como él.

Sin embargo, para cuando llegó al lugar donde se suponía que el doctor se estaba quedando, se dio cuenta de que allí ya no había nadie.

Clarice… Esa maldita… ¿Se habrían fugado juntos tras haber descubierto que Will iba a buscarlos?

No… Eso era imposible, no hubieran tenido manera de saberlo.

Aunque se trataba de Hannibal, él siempre lo sabía todo.

Will miró el lugar y se acercó a la ventana, contemplando el paisaje de Florencia. Sentía que Hannibal había estado en este lugar. Todo parecía gritar que la presencia del doctor estaba aún muy fresca allí.

Por instinto, tenía el arma en la mano, sin seguro siquiera, aunque no sabía si sería capaz de dispararle a Hannibal cuando lo viera.

O si querría hacerlo sufrir primero por lo que hizo…

Sin embargo, unos pasos detrás suyo le convencieron de que realmente no estaba solo.

Ni siquiera lo pensó, simplemente se giró y disparó sin siquiera ver.

Y el silencio de la noche Florentina se vio quebrado por el sonido de dos balazos.

Cuando abrió los ojos se encontró en el suelo, herido. Una bala había atravesado su pierna, haciéndolo caer. Y frente a él había una mujer.
Clarice…

El arma con la que Clarice le había disparado había caído lejos de ella cuando Will también le había disparado, solo que el disparo ella lo había recibido en el abdomen.

La expresión de la mujer estaba llena de rabia, mirando a Will con odio, pero pronto se relajó y esbozó una sonrisa divertida.

—No esperaba verlo aquí tan pronto, agente Graham. —

El odio en los ojos de Will, en cambio, no mutó en lo absoluto.

A pesar de que todo lo que había sucedido había sido su culpa no podía dejar de pensar que era culpa de esa mujer.

HannibalDonde viven las historias. Descúbrelo ahora