¿Cuatro son multitud?

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Hannibal salió de la habitación un rato después de descubrir que Will se había marchado. Se bañó, se vistió con su elegancia acostumbrada y luego salió a la cocina, donde ya estaba Abigail preparando un sencillo y tardío almuerzo.


Al escucharlo venir la chica se volvió hacia él con una sonrisa y un saludo en loslabios que murieron rápidamente en su boca al ver el estado en el que venía el otro.


Tal vez se viera tan elegante y guapo como siempre, pero su expresión era más helada y más aterradora que de costumbre.


Abigail guardó silencio y lo observó sentarse en una de las sillas de la cocina, mirando el suelo, lo que la dejó aún mas atónita.


Hannibal guardó silencio durante varios minutos mientras Abigail seguía paralizada mirándolo.


-Me siento un verdadero imbecil- murmuró por fin el psiquiatra.


Otra vez Abigail sintió que se quedaría literalmente boquiabierta.


Nunca se le había pasado siquiera por la cabeza no sólo que Hannibal dijera algo como eso si no que ni siquiera podía considerar realmente que alguna vez el pudiera llegar a sentirse así en su vida.


Pero el asunto era muy sencillo. Hannibal lo había dicho por que era la verdad, se sentía como un auténtico imbécil.


Aún después de salir de la habitación había conservado la esperanza de ver a Will con Abigail en la cocina, pero en la casa sólo estaba ella.


No podía creer que le hubiera pasado algo como esto...


Se había quedado profundamente dormido, cuando por fin habían decidido que era momento de descansar, con estúpidos pensamientos acerca de que sin duda despertaría mucho antes que Will y podría ir a limpiar cualquier tipo de "desorden" que el agente pudiera haber dejado en su propia casa.


Pero Will... El... Era tan impredecible... Y por lo visto había tenido que entender esto por las malas. El agente se había ido sin siquiera decirle adiós y ahora... Dios sabía lo que pasaría.


-No viste a Will hoy verdad?- preguntó al fin Hannibal.


Ella negó con la cabeza aunque él ni siquiera la miraba. -No- respondió la chica -Me levanté algo tarde.-


El psiquiatra asintió brevemente mientras una sonrisa bastante oscura estiraba sus labios.


-No puedo creer que me quede dormido...-


Y si, se había dormido tan confiado, sin preguntas, sin miedos.


Se había dormido como una chica a la que acabaran de hacerle el amor por primera vez.


Abigail volvió a ponerse tensa otra vez, nunca había visto a Hannibal de esa manera... Tan... ¿Herido? ¿Vulnerable? ¿Humano?


No sabía bien que palabra definiría el estado de ánimo del psiquiatra en ese momento pero no lo había visto jamás y dudaba que alguien más lo hubiera visto tampoco, y eso la asustaba.


Desde luego había alcanzado a escucharlos decirse que se amaban, además de esa "reconciliación" , por lo que había esperado que de una vez ambos pudieran estar juntos... Pero no era así, Will los había vuelto a dejar, Will los había vuelto a traicionar.


No podía creer que Hannibal no hubiera contemplado esta posibilidad en su mente y se hubiera dormido sin más...


Ese tipo de confianza sólo podía ser producto de una cosa... Amor.


-Estas enamorado de él cierto? Realmente enamorado...- dijo Abigail parada delante de él y sin dejar de mirarlo.


Hannibal alzó la mirada hacia ella, una mirada completamente inexpresiva pero que al mismo tiempo lograba darle a sus facciones un extraño aspecto rugiente mientras los labios de él se apretaban hasta convertirse en una fina línea.

HannibalDonde viven las historias. Descúbrelo ahora