Hannibal

Vacaciones parte 3

Todo lo que había era oscuridad... Silencio.. Y un profundo de dolor de cabeza que envolvía en tonos rojizos esa pesada oscuridad.

Sentía alojado ese dolor demoledor entre medio de sus orejas, por momentos le parecía que en la dolorosa oscuridad que lo habia invadido escuchaba la voz de Hannibal, pero esa voz duraba sólo un instante y volvía a desvanecerse de nuevo, dejándolo en completa soledad.

Sentía calor y frío recorriendo su cuerpo por partes iguales, el sudor frío bajando por su frente, el dolor latiendo tras sus ojos.. Pero aún así le costaba encontrar el camino de regreso a la realidad, y mientras observaba esa oscuridad mortal creyó comenzar a ver algo...

Una cocina... Sangre... Piezas de cuerpos humanos y, perfilándose en la sangre que llenaba el piso, la figura maltrecha de Abigail.

Sus ojos tan claros y traslúcidos ahora brillaban con la rotunda opacidad de la muerte. Su garganta, abierta de una oreja a la otra, estaba limpia. Toda la sangre se había drenado hasta el suelo formando una costra escarlata ya endurecida hacia tiempo. Llevaba muerta el tiempo suficiente como para estar fria y rigida pero no descompuesta, y Will sintió como su cuerpo cobraba vida propia dentro de la oscuridad y corría hasta resbalar sobre la sangre semi endurecida y caer al lado del cuerpo de la chica.

-Abigail... Abigail...- se escuchó susurrar con desesperación mientras tomaba el cuerpo inerte entre sus brazos y lo sacudía. Pero ella estaba tan fria... Tan pálida... No había sonrisa alguna ni chispa de alegría en su rostro.. No había nada.

Will la sostuvo entre tus brazos y hundió el rostro en el pelo endurecido por la sangre de ella y la besó, sintiendo como sus propias lágrimas le quemaban en los ojos.

Sentía el corazón roto como nunca antes... Y esa sensación se prendió en el seno más profundo de su mente para ya jamás irse... Estaba roto por dentro, en mas de mil partes, como una taza que se deja caer...

Escuchó pasos por el pasillo que conducía a la cocina, ya sabía quien era, no necesitaba verle para saberlo.

Will levantó los ojos del cabello de Abigail y contempló como la figura ensangrentada de Hannibal se materializaba en el umbral lleno de sombras de la cocina.

-Quise salvarla Will... Pero para cuando llegue.. Ya la habías matado.- susurró Hannibal y su voz tenía una extraña resonancia detrás, que se hundía en lo profundo de su frente haciendo regresar el latido color escarlata a su mente.

-No es mi culpa... Garret Jacob Hobbs... El la mató...- se escuchó susurrar Will con pánico en la voz.

-Así es. Y tu eres Garret Jacob Hobbs- respondió Hannibal con voz igual de solemne.

-N-no... No... Yo soy... Yo soy Will Graham.. Agente especial del FBI y...-

-Deja de engañarte. No eres esa persona.- replicó Hannibal, pero de pronto Hannibal ya no era Hannibal, si no una sombra con una feroz cornamenta que lo observaba.

-Q-quien eres..? Que quieres..?- susurró Will convulsivamente.

-Quiero que aceptes aquello en lo que te has convertido. Que abraces la esencia de lo que eres.- y era la voz de Hannibal aunque el monstruo de la cornamenta no hablaba ni se movía. La voz de Hannibal resonando en todas partes y en ninguna a la vez, mientras la criatura le observaba...

-Yo... Yo no...-

-Se lo que piensas cada noche antes de cerrar los ojos y sumirte en el sueño. Se lo que sientes cuando miras pasar a una joven que te recuerda a Abigail. O incluso cuando miras a Abigail. Garret Jacob Hobbs ahora vive en ti. Tu lo tomaste y él te tomó. Y debes hacer honor a esa alianza...-