- Madre, que placer volver a verle. –dijo aquella voz que hizo vibrar cada célula de la joven, su respiración se aceleró y un frío intenso se arropó de su cuerpo.
Era esa voz que en sus noches más tristes recordaba y que aunque desease volver a escucharla, sabía era imposible.
Hasta este momento.
Una y mil veces se prometió, bajo el manto de las lágrimas, desvanecer los tonos de su voz, que ayudados por el viento transformaban su alma en gritos de pesadumbre ante la ausencia de él.
– Disculpe, no pude ir al puerto. –continuó hablando el joven castaño mientras soltaba suavemente a la actriz de aquel anhelado abrazo de bienvenida.
Adoraba a su madre y tenerla junto a él era parte de las complacencias que se permitía en su nueva vida. Se había convertido en un hombre poderoso, Sin embargo, estaba vacío y su madre era consciente de ello.
– Me surgió un inconveniente, no obstante, ya está solucionado y tengo toda la tarde libre para nosotros. –comentó sonriendo de aquella forma tan parecida a su padre, pensó ella sin dejar de tocar el brazo del hombre.
- Hijo mío, no tienes idea de cuanto te he extrañado...
– Yo también madre.
- ¿Y a mí no me saludas? –inquirió celosa la fiel compañera de Eleonor. Terry soltó a la rubia actriz para dirigirse a los brazos de aquella mujer que tanto cariño le profesaba desde que era un crío.
- Claro que sí, María, sabes que eres mi nana favorita. –habló de forma burlona; sin embargo, sintió que algo no andaba bien. Su corazón no dejaba de vibrar. Desde que supo que su madre hubo tocado tierra inglesa, algo parecido a un estruendo azotó su corazón.
- Será porque soy la única que has tenido...
- Ja, ja, ja –su carcajada inundó todo a su alrededor y a ella no le quedó más que cerrar los ojos ante los sentimientos que se desbordaban en su interior.
Desde la primera palabra, Candy perdió el aire en sus pulmones, era el su voz, estaba ahí cerca de ella, Terry.
No sabía qué hacer o como reaccionar, ¿Qué decir? Se había preparado para ver el duque de Granchester no a Terrence.
Su corazón le hizo estremecer, tan rápido como una estampida salvaje que lucha por no ser atrapada por el único amo que había tenido. Porque no iba a negarlo que él era capaz de hacerla volver a llenarse de vida con su sola presencia.
¿Como detener esto que sentía y estar tranquila si con su voz hubo despertado los latidos de su corazón después de tantos años dormido?
Sabía que tarde o temprano llegaría este día, pero no se imaginó que fuese hoy. No estaba lista para volver a verlo. Aún no tenía las fuerzas de pretender que todo en ella había cambiado.
Respira profundo tratando de contener los sentimientos, lo que lleva dentro y no le permitían conseguir la paz que tanto anhelaba. Solo de pensar en él le afectaba los sentidos; hacía ya tiempo que había entendido que su existencia sin él no tenía razón.
Era simplemente en un barco a la deriva.
"¿Cómo le pido vida? Si Terrence era la suya y no estás junto a mí...
¿Cómo demandar de tu luz para apagar la oscuridad que me arropa? Necio, este corazón que no se resigna a no tenerte junto a mí.
Todos estos años en desvelo por falta de ti, mi vida.
¡Mi Terry!"
- Hijo, disculpa, no te avisé, pero traje una de mis nuevas asistentes conmigo. –interrumpió la actriz a la efusiva bienvenida entre María y el castaño. Era el momento de ver que tanto amaba aún su hijo a la rubia de ojos verdes.
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Vida... Dame vida...
FanfictionTodos se han ido, estoy tan sóla, mi alma está desierta... Estoy muerta en vida... Los personales no son mios... Les corresponden a sus autoras yo sólo realizo esto como esparcimiento... Sin poder dormir escribiendo una historia más sobre mi pareja...