El cielo en tus ojos - Cap 7

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Los ojos de Terry mostraban un amor que aunque ella quería no mirar,  no entender; era demasiado fuerte para no hacerlo. El joven deslizó sus  manos por la cintura de Candy acercándola más a él.

- Candy...

- Terry...

Decir  que veía el cielo sus ojos era poco para lo que estaba sintiendo en  este momento, suavemente con sus manos colocadas en la diminuta cintura  de la mujer acarició su espalda haciendo que cada poro de la joven  vibrará al sentir tan sutil caricia. Terry no pensaba, no miraba más que  aquellos carnosos labios rosas que podían pedirle el universo y con  gusto se lo daría. Se sabía preso de un sentimiento que sólo ella podía  crear en él. Su más ferviente deseo era volver a besarla, moría por  volver a sentir el sabor de sus labios; pero también sabía que era muy  pronto y sí antes le ocasionó dos cachetadas; estaba más que seguro que  está vez si lo hacia podría ser peor.

- Candy, vamos a merendar, ya es tarde y debes estar hambrienta

- Si... Mucho

- Veo que no has cambiado en ese aspecto

- Y tu sigues siendo el mismo mal educado ante una dama

Estaban  tan unidos, mirándose a los ojos, sonriendo que ella no se percató en  que momento la nariz de Terry jugaba con la suya, suavemente de un lado a  otro, acariciándola, ella sólo cerró sus ojos y se dejó llevar por  aquellas simples caricias que la estaban volviendo loca. Terry al notar  como la joven cedía comenzó a acercar sus labios tímidamente a los de  ella, rozó suavemente varias veces esperando que esta hiciese algún  gesto o que lo alejara ; sin embargo lo que sintió fue el  estremecimiento de Candy ante cada roce de los labios. Poco a poco  comenzó a darles suaves y tiernos besos que bien podía confundirse con  caricias, pero cuando la joven no pudo más ante aquellas sensaciones y  ante la falta de aire un gemido suave hizo que sus labios se abriesen el  cual fue aprovechado por Terry para besarla como siempre hubo soñado.

Candy  no supo en que momento sus manos se colocaron alrededor del cuello del  joven, tampoco supo en que momento la lengua de Terry se hubo hecho  dueña de su boca y mucho menos supo en que momento este la hubo acercado  al árbol aprisionándola en una caricia que jamás imagino existiese. La  inexperiencia de la joven fue más que obvia para Terry quien se sintió  feliz de saber que el le estaba enseñando y que ella le respondía  copiando cada movimiento y detalle que el hacia.

No supo si fue un  segundo o un minuto o una hora, pero él no hubo tiempo, ni espacio, ni  nada más que este momento que por tanto tiempo pensó imposible y que de  un momento a otro se hubo hecho realidad. Terry siguió besándola, la  deseaba como nunca en su vida imaginó; estaba en total éxtasis. Nunca  ningún estreno, ninguna obra, mucho menos ningún nuevo logro en su  actual carrera podría compararse con lo que el sólo roce de los labios  de la mujer que tanto amaba le produjo.

Por su parte Candy no  podía describir las miles emociones que sentía, desde el momento en que  el tocó sus labios la joven perdió total capacidad de entendimiento, de  dirección y peor aún de su cuerpo. Se dejó llevar por el mar de besos y  las caricias nunca antes sentidas...

Sin embargo la una pequeña voz le volvió a su realidad, estaba con Terry, estaba con un hombre prohibido, ajeno... ¡Susana!

- ¡No!, no debemos...

- ¿Qué sucede Candy?

- ¡No!, esto está mal...

Terry  no entendía el por qué de su actitud. Estaba aún mirándola fijamente  lleno de preguntas sin respuestas... Y sin más rompió el abrazo, y se  alejó corriendo, Candy no quería pensar en lo hubo acabado de hacer, se  sentía mal al romper aquella promesa que hubo hecho hace tiempo atrás. Y  aunque la vida le brindó unos minutos de gloria en los brazos de Terry,  sabia que estaba mal, que no debió dejarse llevar por los sentimiento  que aún existían en su corazón hacia el joven duque.

Vida... Dame vida...Donde viven las historias. Descúbrelo ahora