Mi vida eres tu... Final parte 2 #32

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El canto de los pájaros acompañaban aquel hermoso lugar mientras que el aroma de los narcisos y las rosas blancas tocaban suavemente su pequeña nariz, invadiéndola de aquellos recuerdos y deliciosas sensaciones que hacían vibrar su cuerpo.

El insaciable apetito de su esposo por ella era cada vez mayor y esto en vez de abrumarla, le llenaba de satisfacción al saberse tan deseada por él. Desde aquel momento en el que se convirtió en su esposa, hubo conocido el arte de amar en tantas formas diferente que le hacia imposible decir cuál de todas era su favorita. Se sonrojaba ante los pensamientos y recuerdos que le llegaban cada vez que la imagen de su esposo o su piel o sus labios llegaba a su mente.

Desde hacía días se sentía indispuesta y hoy era la primera vez que estaba bien fisicamente para salir de su recamara temprano. Aunque no podia ignorar aquellas sensaciones en su estomago. Respiraba y exhalaba para poder controlarlas tratando de con ello calmar lo que sentía, pero sabia que era una lucha a perder.

Era temprano aún, su esposo se hubo marchado sin decirle adios y aunque sabia que él volvería, el problema era que ya lo extrañaba.

Ella había decido colocarse aquel suave y ligero vestido azul veraniego, no tenia deseos de vestir corsé o cualquier otra cosa que le incomodara; tan haragana se encontraba que prefirió dejar su larga y rubia cabellera suelta y que la brisa jugase con ella.

"Pasaban más de las 10 de la mañana cuando por fin pude levantarme de la cama. Realmente me sentía agotada y sin deseos de hacer nada más que dormir. Aunque debería achacarle la culpa a mi esposo por la amplia gama de actividades nocturnas en la que me envuelve todas las noche; sin embargo, sé que ese no es motivo principal de estos malestares." - Sonrió al pensar en lo nuevo que le deparaba el futuro y sonrió ampliamente.

"La paz y alegría que poseo en estos momentos no podría comparar con ningún antiguó momento de mi vida, ni si quiera en aquellos en que vivía con mis madre en el hogar de Poni. Soy inmensamente feliz; con todas sus letras. No creo poder pedirle a la vida nada más que esto que hoy vivo.

Fueron tantas las lágrimas, los sin sabores y el miedo que tuve durante todos esos años en el cual vagué buscándole sentido a mi vida. Las frías y solitarias noches que pasé por causa de personas que me odiaban sin yo siquiera entender el por qué.

Ahora soy una mujer bendecida, mi esposo ha buscado borrar con cada beso, cada toque de su piel y con cada palabra el dolor que acontecía en mi alma. Aquella oscuridad de cual era participe mi vida la ha borrado.

Y sí que lo ha logrado, pues recordar el pasado ya no es algo que me cause dolor, ahora el pasado lo veo como si nunca hubiese ocurrido y como si esos años lejos de él nunca existieron." – Tomó aire tratando de calmar su cuerpo de aquello que sentía y que era inevitable debido a su estado. Ayer le habían confirmado aquello que sabia y que seria la alegría más grande que pudiese darle a su esposo. Aún no le contaba la noticas debido a que cuando llegó no hubo tiempo para más nada que para hacerla suya una y otra vez y otra vez.

"Puedo decir que nuestra historia regresó al momento en que coloqué mis pies fuera de la estación de tren en New York para verle actuar de romeo y que aquella separación nunca sucedió.

Él es mío, como debió de ser siempre, desde el colegio, desde New York, desde que mis ojos le vieron en aquel barco y se convirtió en mi mocoso engreído.

Terrence, cada poro de mi ser es tuyo, cada aliento te pertenece.

Pensar en tus besos.... Mmmm ¡Si pudiese describir lo que me hacen sentir! Si pudiera expresar todas estas emociones que resguarda mi interior y la llama que tu despiertas en mí.

Vida... Dame vida...Donde viven las historias. Descúbrelo ahora