Entre música, cantos, bailes y alegría todos disfrutaban de aquel ambiente festivo, lo más exclusivo de la alta sociedad Inglesa se encontraba allí reunida en esa noche, sin embargo el centro de atención lo fueron aquellos dos jóvenes quienes no pararon de bailar, reír y disfrutar de una noche mágica para los dos. Para mucho ellos fueron la sorpresa de la noche, hablaban de la belleza sin igual de la joven, su blanca piel y dorada cabellera dejó a muchos curiosos sobre ella, otros hablaban de la diferencia en el carácter del joven duque y otros simplemente no podían creer que aquel sombrío hombre estuviese demostrando cariño, atención y amor ante todos los allí presentes.
Los hombres seguían cada paso que la joven daba junto a su acompañante, las mujeres la miraban con envidia. Unas envidiaban su belleza, mientras que otras simplemente envidiaban el hecho de que ella hubo sido la única en romper el corazón de hielo del joven duque, quien hubo sido asediado por más de una de las allí presentes sin resultado alguno. Las risas del joven duque bañaban cada rincón de aquel lugar, era tan obvio el amor que ellos sentían que muchos apostaron a que antes de fin de año anunciarían la boda, mientras que otros simplemente se preguntaban cómo hizo él para lograr llamar la atención de una mujer tan bella.
- ¿Te sucede algo Candy?
- No es nada, es que por un momento sentí algo raro, como si alguien me mirase...
- Creo que todos te miran amor... - Le dijo el hombre suavemente en el oído de Candy.
- Si, pero una mirada diferente, no era buena, es como si algo malo fuese a pasar...
- Lo único malo que pasará es que la noche termine y yo no pueda tocar tus labios... - Volvió a decirle el joven acercándola cada vez a más así, sin portarle ya las normas y etiqueta impuestas por aquella sociedad
- Terry... Eso es imposible que suceda, ¿Cómo he de prohibirle al dueño de mis besos que tome lo que es suyo?- El joven sujeto aún su cintura deseando poder sentir su aroma y su piel
- Candy, te amo...
- Yo también Terry... - Ambos siguieron el curso de la música mirándose fijamente y expresando con sus ojos aquello que con las palabras no podían decir.
En otro lugar de aquel salón una pareja se dirigía hacia donde se encontraba el rey y la reina mirando desde lejos cada detalle que acontecía en ese lugar. Richard por su relación directa con el Rey de Inglaterra se le permitía usar ciertas informalidades que nadie más podía en todo el reinado. A su vez la reina y Eleonor aunque no eran familias directas desde temprano se hicieron grandes amigas y esto hacía que la relación existente fuese aún más sólida. La reina nunca estuvo de acuerdo en lo que le sucedió a Eleonor y que esta no se le permitiese continuar su matrimonio con Richard ya que ella sabía el gran amor que existía entre ambos y como lucharon para poder estar juntos, lo cuál no fue posible, sin embargo al verlos juntos una esperanza creció y estaba feliz ante la posibilidad de verlos como debió ser desde un principio.
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Vida... Dame vida...
FanfictionTodos se han ido, estoy tan sóla, mi alma está desierta... Estoy muerta en vida... Los personales no son mios... Les corresponden a sus autoras yo sólo realizo esto como esparcimiento... Sin poder dormir escribiendo una historia más sobre mi pareja...