¡Recuerdos y Albert! #26

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Pasaban de las 12:30 de la mañana, sabia que era tarde, pues hacia unos minutos que me había despertado buscándolo, pero el no estaba, así que volví a la cama y me envolví entre las sabanas, estaba demasiado cansada para levantarme, fue una noche de la cual nunca podré olvidarme...  Pero a decir verdad, desde que nos casamos no hemos dormido una sola noche.  He descubierto que mi esposo es un hombre insaciable en los asuntos de intimidad y que compartir con él ha sido lo mejor que me ha pasado en la vida.

Momento después las sabanas comenzaron a moverse dejando mi cuerpo desnudo a la intemperie para luego sentir una suave mano acariciando mi desnuda espalda, sabia que era él, siempre ha sido y será él, el sentir sus caricias sobre mi era algo que no podía describir con palabras.  Mi cuerpo, alma y mente le pertenece.  Soy suya en todo lo que ello implica y hoy como hace tanto tiempo, desde que le conocí lo he sido, nunca nadie pudo hacerme sentir lo que él hace con sólo mirarme.

Despierta esposa mía - Dijo el joven mientras sus manos subían y bajaban por la blanca espalda de la joven y su boca besaba su oreja derecha de forma insinuante y deseable.
Noooo - Contestó ella colocando sus manos sobre su cara
Tienes que - Beso en la espalda - levantarte - Otro beso en los hombros - hoy tenemos la reunión con tu primo... - Continuó besando aquel cuerpo que le llenada de emociones y deseos
MMMMmmmm.... ¿Tengo que asistir? - Dijo la rubia volteándose y dejando ver su desnudo cuerpo por su esposo, quien no dudó de subirse sobre el cuerpo de ella y comenzar a amarla con todas las ansias que el deseo y el amor por ella podría profesar.

Tiempo después Candy se encontraba sentada frente al elegante tocador preparándose para bajar a comer y luego reunirse con su primo; ella peinaba su larga cabellera y recogía su rebelde cabello en un elegante moño.  Para complacer a su esposo, ella prefirió no utilizar la ayuda de ninguna dama durante este viaje, ya que Terry no se despegaba ni un momento de su esposa y tener a alguien junto a ellos hubiese sido muy incomodo, ella miró por el espejo a aquel que era el dueño de su vida; su joven esposo ya estaba listo y sentado frente a la ventana cuando algo le llamó la atención.  Sin decir nada se levantó y caminó hacia la mesita de noche junto a la desarreglada cama, lo tomó entre las manos y comenzó a mirarlo sin entender lo que era.

Aquel viejo libro de cuero marrón se veía viejo, pero en buen estado, tenia al frente el emblema de la familia Ardley. Miró a su esposa quien volteo a mirarle y sonriendo se levantó, lo tomó en sus manos, le abrazó y entonces miró a su esposo quien con su mirada le pedía explicación.

Esta es mi historia, Terry.... Son los primeros años de mi vida y las personas que tanto amé - Y levantando la mirada le dio - y amo
¿Tu diario? - Preguntó el joven
Mi vida Terry - Respondió ella - Aquí hay tanto de mi - Dijo la joven extendiendo el diario a su esposo - Tanto de ti y de aquellos que ya no están... Mi madre, Anthony y Albert!! - Dijo la joven con tristeza en sus ojos
Albert.... Aun no creo su muerte.... El fue un gran amigo...
El fue mi padre, amigo, hermano, consejero - Dijo la joven mientras caían lagrimas de sus ojos y su Terry la sentaba sobre sus piernas para consolarla-  Se que él significó mucho para ti...
Si, no te imaginas cuanto diera por que estuviese aquí...
Yo por igual, el fue mi único amigo y más que eso, fue un hermano mayor
El te queria mucho Terry.  Cuando terminamos - Dijo la joven mirándole a los ojos triste - El estuvo conmigo siempre, sabia el dolor que tenia al haberte perdido y me cuido y consoló.
Nunca vamos a olvidarlo, él fue muy importante en nuestras vidas y deseo que siempre le recordemos como al hermano que perdimos.
Si yo quiero eso...
Además quiero - Dijo el joven tratando de cambiar el tema, le toco el abdomen a su esposa - que nuestro primogénito lleve su nombre
¿De verdad quieres eso? - Dijo ella limpiando sus lagrimas y feliz del deseo de su esposo -
Si quiero un Albert - Dijo levantado los dedos y comenzando a contar - Un Richard, sino se pondrá celoso - levantó otro dejo - Una Eleonor - Levantó otro dedo - Una Elizabeth, por la reina sabes... - Levantó otro dedo con una sonrisa que iba de oreja a oreja mientras Candy le miraba con los ojos bien abierto y rápidamente agarró su mano para que parara de contar
¿4 es demasiado? Terryyyyyy!!!
Quiero una familia grande y créeme que hacerla será la mejor parte - Sonrió el de lado mientras ella se sonrojaba aun mas - Mejor bajemos debemos comer antes que llegue el elegante..
¿Le vas a contar sobre Stear? - Dijo ella colocándose de pie y dirigiéndose a recoger su bolso
Nol. - Respondió él mientras se colocaba de pie junto a su esposa y continuó besando su mano
¿No? - Volteo la vista asombrada por la respuesta del joven...
¿Recuerdas el telegrama que envié ayer? - Dijo él tocando la punta de la nariz de Candy
Si
Bueno, anoche llegó Stear y él nos acompañará.
¿Estas seguro?
Creo que el ver a su hermano será la mejor ayuda para el elegante. - Dijo Terry abriendo la puerta a su esposa y guiándola al pasillo - Lo he investigado y sé que la presencia de Stear le ayudará mucho.  Además me cae muy bien tu primo el inventor y aquí tengo unos negocios de los cuales creo podremos beneficiarnos los Ardleys y Granchester
Gracias Terry - Dijo ella mientras por fin llegaban al restaurant del hotel
¿Por que mi bella esposa?
Por todo lo que has hecho y haces por mi y mi familia. Eres lo mejor que me ha pasado en toda mi vida...
Tu eres mi vida y si estas conmigo soy feliz.... - Dijo él besando su mano mientras le ayudaba a sentarse en la mesa entonces procedió a sentarse - ¿Que deseas almorzar?
Mmm de todo, tengo mucha hambre hoy, es como si no hubiese comido en días..
Jajaja..  Siempre tienes hambre...
¿Te burlas de mi? - Dijo ella colocando sus brazos en jarra
Jamás esposa mía.... Jamás
Espero no interrumpir a los recién casados - Dijo una conocida voz mientras la joven pareja le miraba y sonreía.

Hola chicas, espero le guste... Déjenme saber su opinión de como voy!!!  Gracias...

Sé que tenían deseos de ver a Albert, pero cambiaría mucho la historia.

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