El señor Britter #23

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Sus piernas estaban cruzadas elegantemente y sobre ellas una de sus manos tocaban la cara tela de aquel pantalón, el cual era uno de los muchos gustos que ostentaba debido a la clase socioeconómica la cual poseía. Gustos como ese era lo que le daba momentos de relajación, y no sólo el pantalón, o las cosas caras que se compraba para llenar el vacío que tenia en su vida, sino aquellos licores que podía degustar sin importar la presencia de quien fuese.

En su otra mano un vaso de hielo lleno de aquel líquido amarillo que tanto disfrutaba tomar cada vez que estaban reunidos en aquel estudio. Lugar que para el se convirtió en un espacio de relajamiento y de compartir con su familia. Familia que muy a pesar de lo que fuesen y de cómo le tratasen eran los únicos que tenía en estos momentos de su vida.

Levantó su vaso y reflejó su mirada en los trozos de hielo mientras jugaban con ellos. El amarillo le acordaba tanto el agua de aquel lago en el que compartió junto a aquellos que fueron tan importante en su vida. Sentimientos de un pasado y una vida ya no existente le llenaban de nostalgias. Cómo ponerle fin a esos recuerdos de infancia cuando ellos eran los que le ayudaban en esa vida tan vacía que llevaba a diario. Nunca se imaginó verse casado y vivir lo que hoy vivía; siempre se imagino vivir feliz junto a aquella familia que hubo desaparecido, junto a su hermano ya muerto y aquella que una vez fue la dueña de su amor y luego se convirtió en su familia.

– Candy – Fue el nombre que rodo por su mente mientras recordaba los amarillos bucles de la joven en aquel vaso que disfrutaba.

"No miento que en un principio al igual que los demás me enamoré de ella, pero ella nunca fue para mi. En un comienzo fue Anthony, luego Terry y por fin cuando estaba libre de cualquier otro, simplemente fue muy tarde ya Annie estaba sembrada en mi corazón y no podía dejarla." Pensó mientras uno y otro pensamiento del pasado continuaban latente en si corazón – "Stear, si me vieras ahora, estarías tan decepcionado... Hermano no sabes el daño que me hizo tu muerte, perderte fue tan doloroso para mi... Y aún hoy lloro en silencio tu perdida como si fuese ayer"

Una suave voz le sacó de sus pensamiento al volver a la realidad y darse cuenta que no estaba solo, a su derecha aquel hombre que siempre le trataba como si fuese un empleado más, sin voz ni voto a nada. Siempre tenía que hacer y acatar sus órdenes les gustasen o no. Fueran correctas o no y peor aún; aunque estuviesen fuera de sus integridad debía de cumplir con lo que este pidiera, por el simple hecho de que le debía demasiado al haberlo aceptado luego de la caída de su familia y del embarazo de Annie.

Y aunque nunca le hecho la culpa a Annie, el sabía que aquel embarazo fue premeditado por ella, que hombre en sus cincos sentidos no se aprovecharía de estar a solas con su prometida y esta en bata de cama. Y sí bien intentó ponerse fuerte ante aquello, sus deseos fueron mayores y termino haciéndola suya mucho antes de tener fecha establecida para casarse. Pero a pesar de todo no se sentía mal ni menos culpable, amaba a su esposa y sabía que ella a él también y que sólo era cuestión de tiempo para poder sacarla de debajo de las alas de sus padres y poder tener el matrimonio que siempre soñó junto a ella.

Su suegro siempre le miraba de forma despectiva aunque nunca le dijese. El señor Britter en estos años, nunca le hubo demostrado que apreciaba el arduo trabajo que hacía. La señora Britter era sin dudas algunas peor, siempre le recordaba lo que ellos habían hecho por el cuando le recibieron y le dieron lo mejor que podía el aspirar.

Esta siempre le reprochaba, le miraba y le recordaba a diario lo que hubo pasado unos años atrás. Ella era en parte culpable de que su relación con su esposa fuese el caos que era realmente. Su esposa por su falta de carácter ante sus padres se hubo convertido en un títere de ellos. Al igual que a él, ella especialmente, que la hubo adoptado y que le debía mucho a sus padres.

- Disculpen
- Despierta Archie, siempre estás en el aire, ¿Cómo piensas ser un gran hombre de negocios si te mantiene en las nubes?
- es que... - quiso hablar el joven un poco vergonzoso al estar envuelto en sus pensamientos
- Papá deja a Archie tranquilo - Dijo Annie tratando de menguar la situación, por que aunque no quisiera reconocerlo ante su esposo, sus padres siempre lo trataban mal. No le perdonaban que el la hubo embarazado antes del matrimonio. La vergüenza para la mamá fue muy grande al nacer el bebe y que los comentarios se esparcieran entre sus notables amistades
- Hija tu esposo debe despertar
- Como le ibas diciendo, esta mañana tuve la oportunidad de entrevistarme con el Duque de Granchester. - Comento el señor Britter, mientras hacía una pequeña pausa recordando lo sucedió

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